La enfermedad de Lyme: la gran simuladora
La llegada del buen tiempo dispara las visitas al campo y a hacer rutas por bosques. En estas áreas podrían encontrarse las garrapatas transmisoras de la enfermedad de Lyme. Estos parásitos suelen estar en zonas sombrías con hierba alta y se adhieren a la piel mediante su picadura y esta, a su vez, suele transmitir las borrelias (bacterias) que infectan a la persona. El problema de esta dolencia es que sus síntomas se pueden parecer a otras enfermedades y de ahí que a veces los tratamientos no sean los adecuados
La población rural, las pesonas que practican actividades al aire libre y gente que realice actividades en el campo pueden ser potenciales afectados por la enfermedad de Lyme. Tal como publicaba Galicia Press recientemente, un análisis de la Fundación SOS Lyme que realizó 200 estudios, alerta sobre la alta incidencia de esta patología en el norte de España. Así, Galicia, Asturias y el País Vasco registran las mayores tasas de ingresos hospitalarios por Lyme. El interior de las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo son las zonas con una mayor abundancia de larvas de garrapata, siendo las zonas de costa y valles fluviales las menos afectadas por esta presencia. Montañas y zonas rurales son los lugares de mayor presencia de garrapatas adultas. Las ninfas, o crías, que también transmiten la enfermedad, abundan en la costa favorecidas por el clima suave que favorece su actividad los 365 días al año.
LA ENFERMEDAD
La segunda mitad de la década de 1970 fue el período en el que se estudiaron varios casos en EEUU. Así, entre 1975 y 1977 se describe la enfermedad en todo su proceso y el vector que la originaba. El nombre de Lyme se debe a la localidad de procedencia de algunas de las personas afectadas y el origen estaba en un microorganismo denominado borrelia hallado dentro de la garrapata Ixodes, o garrapata dura (en España la garrapata más “involucrada” es la Ixodes ricinus). Existe también la garrapata blanda, que afecta más a aves, la Argasidae.
En el ser humano la principal incidencia de la enfermedad de Lyme se produce sobre los tejidos articulares, cardíaco y neurológico. Esto hace que en muchas ocasiones los cuadros sintomáticos sean confundidos con trombosis, cardiopatías, problemas neurológicos y otras dolencias. En tal caso, una vez la persona ya está infectada los síntomas suelen ser, en primer lugar, la aparición de una mancha cutánea que en muchas ocasiones no produce picor o dolor. Esto último hace que la Lyme no se detecte a tiempo y se acabe manifestando con dolores articulares, musculares, dolores de cabeza muy fuertes, fiebre, a veces problemas de visión y problemas cardíacos como palpitaciones.
Los principales reservorios de las garrapatas transmisoras de Lyme son, como señala el decano de la Facultade de Veterinaria de la USC, Gonzalo Fernández, pequeños mamíferos, roedores y pájaros. Los grandes mamíferos salvajes como cérvidos, corzos, jabalíes, etc, no se consideran transmisores de la enfermedad aunque actúan como “fuente de alimento” para las garrapatas adultas. Lo mismo podría decirse de los grandes mamíferos domesticados según Gonzalo Fernández, aunque tal como señala el decano de Veterinaria de la USC: “los animales domesticados suelen tener más controles frente a los riesgos de los silvestres”.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Una de las formas de evitar el contacto con las ninfas de garrapata es no caminar por áreas sombrías, evitar zonas de hierba alta y con hojas de árboles de ramas muy bajas. Y es que las zonas soleadas o con una vegetación muy baja son poco favorables a la aparición de garrapatas.
En caso de atravesar una zona como las descritas, el doctor del CHUAC, Enrique Míguez, recomienda lleva ropa clara, manga larga en brazos y pantalones largos. Una vez atravesada la zona es conveniente hacer una revisión del cuerpo para buscar garrapatas que se hayan adherido al cuerpo. Según el doctor Míguez es recomendable que una persona examine a otra en áreas como la espalada o zonas de las piernas donde no pueda alcanzar uno mismo.
La retirada del ácaro se debe realizar con cuidado y con pinzas (hay pinzas especialmente diseñadas para esta tarea). La extracción debe realizarse antes de las 24 horas para prevenir la posible transmisión de la enfermedad de Lyme. La ropa debe ser lavada inmediatamente para eliminar los elementos adheridos y evitar que pase a otras prendas.
La detección de la enfermedad debe ser lo más precoz posible, solo así se pueden detectar los síntomas que permitan descartar otro tipo de enfermedades. Una vez hecho esto, se diseña un tratamiento mediante antibióticos y que será aplicado a largo plazo que suele curar la enfermedad (siempre que se detecte a tiempo). Sin embargo, hay casos en los que pueden quedar secuelas.
La enfermedad de Lyme se puede evitar si tomamos medidas preventivas como las descritas, ropa larga, clara, revisión del cuerpo y lavado de ropa. Por otra parte, la detección precoz y el reconocer los síntomas son elementos clave para el tratamiento posterior.
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