La Xunta prometió hace dos años cribado de cáncer de mama para las gallegas de 45 y no ha cumplido

Miles de mujeres gallegas en la franja de edad de 45 a 49 años continúan fuera del programa de detección precoz del cáncer de mama, pese a que el presidente de la Xunta de Galicia anunció su intención de incluirlas en 2023. El incumplimiento de esta promesa, que buscaba alinear al Servizo Galego de Saúde (SERGAS) con las recomendaciones científicas internacionales y con lo que llevan años haciendo otras autonomías,se ha convertido en un arma política, hoy mismo el BNG se lo ha echado en cara a Rueda. Un nuevo punto de fricción en plena polémica por la negativa de las comunidades del PP a remitir los datos de los programas autonómicos de cribado de cáncer de mama.


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Archivo - Una mujer se realiza una mamografía.
Archivo - Una mujer se realiza una mamografía.

 

La promesa fue clara. El gobierno gallego, en sintonía con las nuevas directrices que empezaban a sonar con fuerza desde Europa, comunicó su intención de ampliar la población diana del exitoso programa de cribado de cáncer de mama. Históricamente, el SERGAS citaba a las mujeres cada dos años a partir de los 50 y hasta los 69 años, una franja que posteriormente se amplió hasta los 74. El nuevo horizonte situaba la primera mamografía a los 45 años, reconociendo el aumento de la incidencia de tumores en esta franja de edad más joven.

 

El anuncio se fundamentaba en una sólida evidencia científica. El Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y diversas sociedades científicas internacionales comenzaron a recomendar el adelanto de las pruebas diagnósticas. El objetivo es detectar los tumores en estadios más tempranos, cuando son más pequeños y no se han extendido, lo cual se traduce directamente en tratamientos menos agresivos y, sobre todo, en un aumento muy significativo de las tasas de supervivencia. 

 

Es más, los datos del propio sistema español demuestran que los cánceres de mama empiazan a dispararse a partir de los 40 años.

 

 

El 25 de enero de 2023, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, anunció durante la sesión de control en el Parlamento de Galicia la decisión de ampliar el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama. El presidente Rueda especificó que la ampliación sería en ambos extremos de la franja de edad. El programa, que cubría de 50 a 69 años, se extendería para bajar la edad mínima a los 45 años y subir la máxima hasta los 74.

 

Por ahora, dos años después, es una promesa que ha caído en saco roto. A día de hoy, el programa gallego de detección precoz del cáncer de mama, según la información oficial del propio SERGAS, sigue centrado en la población de 50 a 74 años. 

 

Esta situación ha provocado que la oposición política, notablemente el BNG a través de su portavoz nacional, Ana Pontón, acuse directamente a la Xunta de "incumplir" su palabra y de guardarla en un "cajón", calificándola de mero anuncio con fines de "rédito electoral" que no se ha materializado en un beneficio real para la salud de las gallegas.

 

 

La líder nacionalista ha exigido explicaciones al presidente gallego por lo que considera un "incumplimiento flagrante" en materia de salud pública, recalcando que las mujeres gallegas de entre 45 y 50 años "siguen sin ser llamadas" para las pruebas.

 

Pontón ha acusado al Partido Popular de falta de transparencia, reclamando que se hagan públicos los datos reales de los cribados en Galicia y preguntándose "qué tiene que ocultar". La dirigente del Bloque, que ha anunciado peticiones formales de información en el Parlamento gallego, reprochó a Rueda que utilice la "salud de las mujeres gallegas como un instrumento político", advirtiendo que la prevención "no puede convertirse en un eslogan propagandístico" y que "con la salud de las gallegas no se juega" prometiendo algo tan serio solo para "guardarlo en un cajón".

 

La nacionalista se refiere a la negativa de la Xunta a proporcionar al Estado los datos de los cribados de cáncer de mama en Galicia. Esa negativa supuso esta semana un cambio de rumbo, pues inicialmente Galicia dijo que enviaría los datos. Sin embargo, el PP ha pactado que sus autonomías no proporcionen estas cifras. Hoy Feijóo ha defendido este silencio.

 

 

La situación de Galicia contrasta con la de otras comunidades autónomas que sí han adaptado ya sus programas. Hay que recordar que España no tiene un calendario único de cribado; la sanidad está transferida y cada autonomía gestiona sus programas. Esto ha creado un mapa desigual en la detección precoz, donde el acceso a una mamografía a los 45 años depende, literalmente, del código postal de la paciente. Varias regiones han tomado la delantera y ya citan a mujeres por debajo de la barrera de los 50 años.

 

El caso más paradigmático es Navarra. La comunidad foral ha sido pionera en la detección precoz en España, poniendo en marcha su programa en marzo de 1990. Desde hace décadas, su población diana es una de las más amplias: Navarra cita a todas las mujeres residentes en la comunidad con edades comprendidas entre los 45 y los 69 años. Esta política se estableció ya en la década de los 90, consolidando un modelo que el resto de España tardaría casi treinta años en empezar a debatir.

 

Siguiendo la estela navarra, aunque mucho más recientemente, otras regiones han modificado sus protocolos. Castilla-La Mancha es un ejemplo. Su gobierno aprobó la extensión del programa y actualmente su población diana para el cribado de cáncer de mama abarca de los 45 a los 70 años. Las mujeres en esta franja son citadas para una mamografía con una periodicidad bienal, es decir, cada dos años, integrando a las menores de 50 en la rutina diagnóstica habitual del servicio de salud regional.

 

No son las únicas. La Comunidad Valenciana y Castilla y León también figuran entre las que han rebajado la edad de inicio a los 45 años. Del mismo modo, La Rioja, la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia han incorporado esta franja de edad a sus programas de detección. Estas comunidades han asumido las nuevas recomendaciones europeas de forma activa, modificando sus carteras de servicios para ofrecer esta prueba preventiva a un grupo de población que, según las estadísticas, está viendo aumentar la incidencia de esta enfermedad.

 

Otras comunidades están en una situación intermedia. Andalucía, por ejemplo, ha rebajado la edad de inicio, pero no hasta los 45, sino que inicia sus citaciones a los 47 o 48 años. El País Vasco también ha movido ficha recientemente; Osakidetza (el servicio vasco de salud) anunció hace poco la rebaja de la edad de inicio de las 50 a los 48 años, acercándose, aunque sin llegar aún, al umbral de los 45. 

 

El aumento de las pruebas está provocando un aumento de los diagnósticos y también de las curaciones a nivel estatal. 

 

El cáncer de mama es de lejos el más peligroso para las mujeres en España.

 

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