¿Sarna en DomusVi Santiago? CC.OO. lo denuncia y la residencia lo niega
La situación en las residencias de mayores en Galicia vuelve a estar en el ojo del huracán tras las graves acusaciones vertidas esta semana sobre la gestión del centro DomusVi San Lázaro, situado en Santiago de Compostela. Lo que describe la representación de los trabajadores dibuja un escenario propio de tiempos pretéritos, donde la tecnología ha fallado hasta tal punto que los usuarios, según el sindicato, deben recurrir a métodos rudimentarios para solicitar ayuda, mientras la empresa, el gigante del sector sociosanitario, reconoce fallos técnicos aunque niega tajantemente la desatención asistencial.
El conflicto estalló públicamente este miércoles, cuando Comisiones Obreras (CCOO) emitió un duro comunicado alertando de una realidad insostenible en el centro compostelano. La denuncia no se limita a cuestiones laborales, sino que apunta directamente a las condiciones de salubridad del centro.
Según el sindicato, la precariedad del servicio ha alcanzado cotas alarmantes debido a la política de la nueva dirección, caracterizada por la pasividad ante la falta de cobertura de las bajas del personal. Esta escasez de manos, sostienen, ha derivado en problemas básicos de higiene y nutrición, aumentando el riesgo de caídas y provocando errores en la administración de medicamentos, un cuadro que, dice el sindicato, la plantilla vive con ansiedad y sentimiento de culpa.
CC.OO. insiste en que la falta de personal contribuye a la "aparición de patoloxías infecto-contaxiosas (como a «sarna e a conxuntivites») y "falta de hixiene e nutrición adecuadas" .
Además, la central indica que sistema informático central, vital para el funcionamiento diario, habría dejado de operar definitivamente en octubre tras meses de fallos intermitentes. La consecuencia directa, según relata Isabel Salgado, presidenta del comité de empresa, es que las alarmas, los timbres de las habitaciones y los sistemas de apertura de puertas han quedado inutilizados. Ante este apagón tecnológico, la solución provisional aportada por la dirección habría sido repartir cucharas a los ancianos para que golpeen las paredes si necesitan asistencia urgente, una imagen que ilustra la gravedad del deterioro denunciado.
La empresa reconoce el fallo del sistema pero niega el abandono
La respuesta de DomusVi ha llegaod este viernes, admitiendo la existencia de una avería eléctrica irreparable en el servidor principal, aunque matizando considerablemente el alcance del problema descrito por los trabajadores. Fuentes de la compañía han confirmado que el sistema de llamada paciente-enfermera y el control de accesos internos están afectados, una incidencia para la que ya se ha activado un plan de sustitución completa que debería estar operativo antes de finalizar el año 2025. No obstante, la empresa rechaza que esta situación afecte a los ascensores o a las puertas exteriores, contradiciendo la versión sindical que habla de una movilidad reducida y ascensores averiados en días alternos.
En lo referente a la salud y el bienestar de los residentes, alguien miente. Mientras CCOO alerta sobre la aparición de brotes de sarna y conjuntivitis derivados de la falta de higiene, la dirección de DomusVi lo niega y califica de intolerable que se cuestione el cuidado que reciben sus usuarios. La compañía asegura que los residentes son alimentados y aseados correctamente, negando categóricamente la existencia actual de casos de sarna, también conocida como escabiosis.
Respecto a la conjuntivitis vírica, la empresa admite haber registrado algunos casos a finales del verano, pero defiende que se activaron los protocolos pertinentes y se informó con transparencia tanto a las familias como a la administración, dándose la situación por resuelta favorablemente.
La controversia también aborda la seguridad médica de los internos. Desde el comité de empresa se acusa a la dirección de obstaculizar o retrasar la derivación de pacientes a hospitales, actuando en ocasiones en contra del criterio de las gerocultoras y enfermeras, una práctica que podría poner en riesgo la vida de los mayores. Frente a esto, DomusVi insiste en su compromiso con la calidad asistencial y asegura que tras la avería del sistema de avisos se ha pedido al personal que intensifique la frecuencia de vigilancia visual en las habitaciones para suplir la falta de tecnología, garantizando así la atención continua.
Un conflicto laboral con trasfondo político en la Xunta
Más allá de los problemas técnicos y sanitarios, la denuncia pone el foco en la responsabilidad política de la Xunta de Galicia. La Consellería de Política Social es la responsable de supervisar a las residencias.
El sindicato lamenta que la administración autonómica, conocedora de la situación, permita este tipo de gestión en centros que reciben fondos públicos o conciertan plazas. Las críticas apuntan directamente a la figura del presidente Alfonso Rueda y a los responsables de Política Social, a quienes acusan de priorizar las fotografías institucionales sobre la fiscalización real del sector. Para CCOO, existe una connivencia de la administración con la precariedad que impera en el modelo de residencias privadas, donde el beneficio económico parece primar sobre el bienestar social.
El contexto laboral del sector en Galicia agrava aún más la situación en San Lázaro. El convenio colectivo se encuentra caducado desde el año 2023 y las negociaciones para su renovación parecen estancadas por, según dicen los sidcatos, la falta de interés de la patronal. Esta parálisis, sumada a unas condiciones que el comité de empresa no duda en calificar de "esclavistas" en comparación con otros grupos empresariales que sí mejoran los mínimos legales, está provocando una fuga de talento. La pérdida constante de profesionales cualificados, que huyen hacia sectores o empresas con mejores retribuciones y menor carga física y mental, deja a las residencias como la de Santiago con plantillas mermadas y sobrepasadas.
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