#Claves de la semana

Tasa turística para Santiago: Así son las de España y Europa que marcarán la negociación de PP y PSOE

Los equilibrios de poder municipales y autonómicos colocan al líder del PP de Santiago en una posición que le permittiría presentarse como artífice de un pacto con Bugallo que no descarrile en el Parlamento de Galicia. Visto lo que sucede en otros lugares, las opciones son muchas, con precios que rondan desde los 0,2 hasta los 9 euros por persona y noche.


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Llegada de jóvenes peregrinos ocupando todo el ancho de la calzada en el Barrio de San Pedro y enarbolando banderas españolas
Llegada de jóvenes peregrinos ocupando todo el ancho de la calzada en el Barrio de San Pedro y enarbolando banderas españolas

 

 

Alfonso Rueda modificó la postura tradicional de la Xunta sobre los impuestos específicos para turistas. Lo que siempre ha sido no rotundo, ahora es un 'no negamos a estudiarlo'.

 

El cambio se produjo tras reunirse la semana pasada tras reunirse con el alcalde de Santiago. Eso sí , a Xosé Sánchez Bugallo le reclamó que concretase quién y cómo iba a pagar la nueva tasa turística.

 

Es lo mismo que venían pidiendo desde el PP de Santiago, concreción. Así, los conservadores evitan dar un giro de 180 grados, no se enfrentan a los cada vez más numerosos compostelanos molestos por la avalancha de viajeros y, a la vez, despejan la pelota y la embarcan al tejado del PSdeG.

 

Bugallo ya ha anunciado la convocatoria de un órgano Cabildo Capitalino, que no se reúne desde 2009. Da la sensación que, vista la proximidad de las elecciones y lo impopular que puede ser un nuevo  impuesto entre algunos sectores influyentes -como los hosteleros-,  el debate puede ir para largo. Es probable que los políticos prefieran no enfangarse con una nueva tasa y haya que esperar a después de las elecciones para ver resultados concretos. 

 

Otra opción que tienen los políticos compostelanos para ganar tiempo es copiar, o al menos imitar, algunos de los modelos de tasas turísticas que ya existen en España y en Europa. 

 

Barcelona debería ser, en principio, el primer caso a estudiar. Al fin y al cabo, es la única ciudad española con una tasa específica. Las otras en España son de ámbito autonómico. 

 

En la capital catalana, es de 2,25 € por persona y noche para hoteles de 5 estrellas. Lo mismo en apartamentos turísticos, foco de las iras de parte de los vecinos y de los hosteleros barceloneses y también compostelanos. Más barato en otros negocios,  solo 1,10 € para alojamientos de 4, 3 y 2 estrellas. 

 

Estos precios difieren del resto de Cataluña, donde son un poco más baratos. En la tasa autonómica, un hotel de cinco estrellas cuesta 2,25 €, el de cuatro carga 1 € y un hotel de dos o tres estrellas solo 0,50 €.  

 

La otra autonomía que ya tiene tasa turística vigente es Baleares. Su modelo también es variable, en función de la categoría del establecimiento. Los de cinco estrellas en Ibiza, Mallorca,  Formentera y Menorca cuestan 4€ por persona y noche. Sus rivales de 4 estrellas, cargan 3 euros, mientras que los hoteles de menor categoría solo 2 euros.  Es el mismo precio para hostales, residencias o casas. Donde menos se carga es el camping y las pensiones, 1 euro.

 

Valencia ha aprobado una tasa turística que debería entrar en vigor en 2024. Los valencianos cargan menos que sus vecinos catalanes y baleares, entre medio euro y 2 euros. La tasa no se aplicará en todo el territorio, solo en los municipios que así lo regulen.

 

En el resto de la Península, nuestros vecinos de Portugal la tienen vigente en sus capital, Lisbboa, y Oporto, en ambos lugares son de 2 euros por persona / noche. 

 

VARIOS MODELOS yY PRECIOS

El modelo luso es de precio único, algo que es excepcional en Europa, donde en la mayoría de tasa turísticas oscilan en función de la categoría del establecimiento.  Hay, eso sí, excepciones. Por ejemplo, Malta (medio euro para todos), Suiza (2,35€) o Eslovenia (1,25€). 

 

En el Continente, la tasa turística más cara son los casi 9 euros que se pagan en Bruselas y los 4,4 de París en los hoteles de lujo. Allí los más modestos pagan 2,15 y 0,22 euros respectivamente.

 

Además, hay otro modelo a considerar. Hay ciudades y países que no establecen una cantidad fija o variable en función de la categoría del negocio. En su lugar, fijan un porcentaje. Esto les permite no tener que andar repensando diferentes cantidades cada año y renovándolas en función de la inflacción. Este sistema tiene, eso sí, un aspecto negativo, no es tan transparente para los turistas en sus facturas. 

 

La mayoría de los que aplican un porcentaje son europeos del norte o del este. Los rangos también varían mucho. Desde el 0,5% de la República Checa al 5% de Berlín o Asterdam.

 

¿A DONDE VA EL DINERO?

Otro aspecto clave a considerar -y en el que Rueda hizo hincapié- es quién cobra. Por ejemplo, en Cataluña se reparte lo ingresado al 50% entre autonomía y la administración local. Con ese dinero, la Generalitat ha anunciado planes de fomento territorial, especialmente rural.

 

Y es que en la mayoría de los casos, las tasas turísticas no acaban en el bolsillo general del fisco sino que, en teoría, van a ciertos proyectos que tienen que ver con la rehabilitación de los bienes turísticos y su explotación sostenible.  

 

La cuestión es que la mayoría de las competencias en ese ámbito no son locales y, claro, el Ayuntamiento de Santiago no quiere una tasa turística para financiar otras administraciones, sino para sostener sus castigados servicios públicos, que a menudo se ven contra las cuerdas ante las avalanchas veraniegas de peregrinos y turistas.

 

LA POSTURA DEL PP DE SANTIAGO ES CLAVE

Cuando el pleno del Ayuntamiento de Santiago concrete, podrá remitir una propuesta a la Xunta. No será el Gobierno quien la apruebe, antes debe pasar por el Parlamento de Galicia. 

 

Así las cosas, la tasa turística necesitará al menos del apoyo político del PSOE y del PP. Una alianza entre los dos les bastaría para ganar la votación en el pleno del Ayuntamiento de Santiago y así, en teoría, el PP tendría casi imposible negar su apoyo en el Parlamento de Galicia, donde tiene mayoría absoluta. Más complicado lo tiene Bugallo si, como hasta ahora, solo suma el apoyo de Compostela Aberta y Bloque. Entonces, el PP a nivel autonómico probablemente diga no, al menos hasta pasadas las eleciones de primavera.

 

 De ahí la importancia que tiene en todo este embrollo la postura del líder del PP de Santiago y diputado en el Parlamento de Galicia, Boja Verea. Él será también el principal rival de Bugallo en los proximos comicios autonómicos. Todavía no se ha pronunciado tras el cambio de postura de Rueda.

 

 

 

 

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