El maquinista del Alvia defiende su inocencia en la tragedia de Angrois

Francisco Garzón, maquinista del tren Alvia que descarriló en Angrois en 2013, ha roto su silencio en televisión, ofreciendo su primera entrevista tras ser condenado a dos años y medio de prisión por la tragedia. En el siniestro, que se cobró la vida de 80 personas y dejó 144 heridos, Garzón defendió su postura, argumentando que el accidente no fue un suceso aislado, sino el resultado de una grave falta de sistemas de protección. Acompañado de su abogado y varias víctimas, el maquinista insistió en que las medidas de seguridad eran insuficientes para proteger tanto a los pasajeros como a él mismo.

Garzón explicó que la curva donde ocurrió el descarrilamiento, a 179 kilómetros por hora, carecía de la señalización adecuada que advirtiera del peligro. Señaló como factores clave de la tragedia la ausencia de balizas que forzaran la reducción de velocidad y una llamada del interventor que lo distrajo en un momento crucial. Su abogado, Manuel Prieto, añadió un elemento más, la desconexión del sistema ERTMS, un mecanismo de seguridad que habría activado una última alerta para evitar el siniestro.

A pesar de su condena, Garzón asegura mantener la conciencia tranquila y revela que ha recibido el perdón de varios pasajeros y familiares de las víctimas. Con la voz quebrada, relató el momento del impacto: "El batacazo fue bestial. Pensé que se habían matado todos. Lo primero que vi fue chatarra y gente por todas partes". También compartió la carga psicológica que ha soportado, sintiéndose señalado como único responsable desde el primer momento, cuando su identidad y domicilio se filtraron a la prensa.

En un giro inesperado de la narrativa, la entrevista incluyó los testimonios de tres víctimas que viajaban en el tren. Jesús Domínguez, Teresa Gómez-Limón y Rogelio Bernardo, padre de uno de los fallecidos, coincidieron en exculpar al maquinista. Sus declaraciones apuntan directamente a la falta de medidas de seguridad en la vía como la verdadera causa de la tragedia, poniendo en tela de juicio la versión oficial y la responsabilidad exclusiva atribuida a Garzón.

Las declaraciones de Garzón, sumadas al apoyo de las víctimas, reabren el debate sobre las causas del accidente de Angrois. La entrevista no solo ha servido para que el maquinista ofrezca su versión de los hechos, sino también para visibilizar el apoyo de aquellos que sobrevivieron a la tragedia, quienes insisten en que la responsabilidad es mucho más amplia y que las deficiencias en el sistema de seguridad ferroviaria jugaron un papel determinante.