Más de 800 personas superaron en el último año el curso de la Agasp para ejercer de personal de control de acceso
La Xunta, a través de la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp), convocó a lo largo del año pasado una docena de ediciones del curso de formación de seis horas específico para el personal de control de acceso de espectáculos públicos y de actividades recreativas que permitió que 850 personas obtuvieran la habilitación administrativa para ejercer estas funciones.
Según ha recordado la Xunta, en marzo del año pasado se aprobó el nuevo proyecto de decreto para el reglamento de la actividad de control de acceso a espectáculos públicos y actividades recreativas, así como en los establecimientos o espacios públicos en los que se lleven a cabo y dispongan de este servicio.
Al amparo de la nueva norma, para obtener la habilitación es necesario superar la formación específica convocada por la Agasp para los aspirantes que cuenten con el certificado de aptitud psicológica.
El actual decreto actualizó la normativa vigente desde 2010 y sustituyó las anteriores pruebas anuales por un proceso más corto a través de un curso de seis horas convocado por la Agasp que es necesario superar para adquirir la habilitación.
Para la admisión en este curso se requiere además aportar un certificado de aptitud psicológica expedido por un centro médico-psicológico o personal autorizado junto con un certificado de antecedentes penitenciarios. Esta misma documentación también se tiene que presentar en el momento de la renovación de la habilitación, cuya vigencia pasa en el nuevo decreto*de cinco a 10 años.* Entre las funciones del personal de acceso se encuentran las de controlar la entrada de las personas al establecimiento o espacio abierto al público; comprobar la edad e identidad de quien pretenda acceder, en especial en los establecimientos de juego para acreditar que no figuran en el registro de prohibiciones; controlar la adquisición de la entrada o localidad; supervisar que no se exceda la capacidad máxima autorizada; impedir el acceso a personas que incumplan las condiciones específicas de admisión; vigilar que las bebidas no sean sacadas del local; prohibir el acceso a partir del horario de cierre, e incluso, si fuera necesario, auxiliar las personas que se encuentren heridas y llamar a emergencias.
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