Santalices reivindica en Madrid el "sentidiño" que caracterizó las cuatro décadas de gestión de la autonomía gallega

Ha recibido el Trofeo Galleguidad en un acto en el que ha criticado la "inaceptable lentitud" de la reparación del viaducto de O Castro

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, ha recibido este sábado en Madrid el Trofeo Galleguidad, en la modalidad de persona jurídica, otorgado por la Orden de la Vieira a la Cámara gallega como reconocimiento a sus más de cuatro décadas de historia, por tener siempre presente a emigración gallega y por la estrategia de apertura a la sociedad que impulsa en los últimos años.

Durante el acto, Santalices ha agradecido la distinción en el nombre de todos los integrantes del Parlamento de Galicia y ha hecho un recorrido por la historia del Legislativo gallego, desde su primera sesión, el 19 de diciembre de 1981, en el Pazo de Xelmírez.

Así, se ha referido a la Galicia de hace medio siglo, "una comunidad atrasada, mal comunicada y con carencias de todo tipo". "En términos generales fuimos capaces de revertir aquella situación de retraso, de la mano de una gestión caracterizada por el 'sentidiño', evitando charcos innecesarios y siempre desde una exquisita lealtad a la Constitución y al conjunto de las instituciones del Estado", ha añadido.

En su opinión, si otros territorios y comunidades hubieran actuado al igual que Galicia durante estas décadas "la España de nuestros días estaría libre de buena parte de los problemas que vienen a la mente de todos". Para Santalices, la autonomía gallega "es una historia de 40 años de éxito" en los que el Parlamento "ha jugado un papel determinante en su condición de primera institución" de la Comunidad.

Pero además de las consideraciones generales sobre la autonomía, Santalices Vieira también ha tenido tiempo de mostrar su "profunda preocupación" por cuestiones de actualidad, como el corte de la A-6 tras el hundimiento del viaducto de O Castro el mes de junio del año pasado.

Así, ha tachado de "inaceptable" la "lentitud" de las autoridades ministeriales a la hora de resolver este problema que tiene repercusiones negativas para el conjunto de la sociedad, también en términos económicos.