La Xunta celebra los nuevos hallazgos en los primeros días de trabajo en el yacimiento de Adro Vello, en O Grove

El conselleiro de Cultura, Educación, FP e Universidades, Román Rodríguez, ha visitado este sábado la zona arqueológica de Adro Vello, en el ayuntamiento de O Grove, donde la Xunta ha comenzado nuevos trabajos de puesta en valor con una inversión de 200.000 euros.

Allí, el responsable de Cultura ha celebrado los nuevos hallazgos realizados en los primeros días de trabajo. En este sentido, ha explicado que la actuación ya ha permitido sacar a la luz una moneda y un cuchillo con un mango hecho de hueso.

"Estos restos ponen de manifiesto la importancia de este espacio único en Galicia que cuenta con una gran importancia histórica, arqueológica, científica y cultural", ha destacado Román Rodríguez antes de recordar la apuesta hecha por el Gobierno gallego para aprobar la declaración BIC en enero de este año.

Según ha detallado la Xunta, las tareas contempladas en el trabajo de campo, en marcha hasta el mes de septiembre, incluyen labores de excavación, consolidación y puesta en valor de esta zona ubicada en el borde de la playa de O Carreiro con el fin de determinar con mayor exactitud su cronología y funcionalidad de esta área.

Ya el año pasado se llevó a cabo una primera actuación que reveló un yacimiento en el que se visualizan 18 siglos de la historia de Galicia con una intervención que contó con una inversión de 50.000 euros.

Con el fin de dar a conocer entre la ciudadanía los resultados que se van consiguiendo se ofrecerán visitas guiadas los próximos días jueves 20 y viernes 21 de julio a las 10,30, 12,00 y 17,30 horas.

La zona arqueológica de Adro Vello presenta numerosos restos de época romana y altomedieval de gran interés arqueológico, científico y cultural. Concretamente, los restos existentes incluyen desde una factoría romana de salazón y una villa romana, hasta un área de explotación de recursos marinos o restos de estuco, cerámica y cantería.

Cuenta también con restos de una necrópolis de inhumación con hasta diez niveles de soterramiento, de una iglesia altomedieval de planta basilical y cabecera cuadrada, documentada históricamente a finales del siglo IX d.C., aunque con presencia de piezas ornamentales anteriores.

Además de la importancia para el estudio de la época romana, esta zona también supone un punto estratégico de la tradición jacobea que fue objeto de varias actuaciones arqueológicas de excavación entre 1983 a 1990, bajo la dirección de José Carro Otero.