El gobierno de Vigo acusa al comité de Vitrasa de no querer negociar y a CIG y BNG de "utilizar" a los trabajadores
Los nacionalistas urgen a Caballero a "dar un golpe en la mesa" y convocar a las partes para desbloquear el conflicto "de verdad"
El gobierno municipal de Vigo ha acusado este martes a los trabajadores de Vitrasa, concesionaria del servicio de bus urbano, de no querer negociar con la empresa para buscar una solución al conflicto que mantienen desde hace más de dos años (tal y como la propia empresa ha afirmado), al tiempo que ha acusado a CIG y BNG de "utilizar" a la plantilla con la finalidad de "reventar" la ciudad.
Así lo ha trasladado el portavoz del gobierno vigués, el socialista Carlos López Font, a través de una declaraciones remitidas a los medios, en las que ha proclamado que "el Bloque y la CIG le están haciendo un enorme daño a la ciudad utilizando a los trabajadores de Vitrasa" en una "estrategia política" cuyo objetivo es "reventar la ciudad".
Font ha señalado que los trabajadores de la concesionaria de bus, que empezaron el pasado sábado una huelga indefinida tras meses de paros parciales, "son rehenes de BNG y CIG", que solo pretenden "hacerle daño a los vigueses".
Además, ha advertido de que es "intolerable" que los representantes de la plantilla "ni siquiera quisieron empezar a negociar" para buscar una salida al conflicto, haciéndose eco de las manifestaciones de Vitrasa sobre el fracaso de un encuentro celebrado el pasado viernes entre las partes. "Es lo nunca visto en un sindicato, con el BNG detrás", ha incidido Font, en alusión a la CIG, a pesar de que en el comité tienen presencia cuatro sindicatos (CIG, que es mayoritario, CC.OO., UGT y USO).
MEDIACIÓN SIN RESULTADOS
Precisamente, el órgano de representación de los trabajadores denunció que la reunión del pasado viernes, planteada como una mediación, no fue más que una "trampa", porque la empresa se presentó "con las manos vacías, sin ningún tipo de propuesta ni solución", simplemente planteando un calendario de reuniones para negociar, a cambio de que se suspendiese la huelga hasta el 31 de diciembre o el 31 de enero.
Además, el comité sigue denunciando que el alcalde debería haberse implicado en el conflicto, habida cuenta de que Vitrasa es concesionaria de un servicio público y que, según denuncian, incumple las condiciones del pliego, pese a lo que el gobierno vigués prorrogó la concesión en plena pandemia. Abel Caballero siempre ha mantenido que el conflicto era una cuestión entre una empresa privada y sus trabajadores, aunque en los últimos meses ha acusado a la plantilla de hacer "rehenes" a los usuarios del transporte público con sus paros.
Hace unos días, el regidor olívico anunció que el gobierno está ultimando la cifra que aportará a Vitrasa el Ayuntamiento para asegurar el "reequilibrio económico" de la concesión, aunque ni Caballero ni nadie en el gobierno local ha querido desvelar el coste de ese reequilibrio. En base a ello, el alcalde reclamó a empresa y sindicatos que se sentaran para negociar, aunque el primer contacto (el del viernes) no ha dado frutos.
Este mismo martes, el BNG de Vigo ha reclamado al gobierno local que convoque a las partes para desbloquear "de verdad" el conflicto, porque el alcalde y su equipo no pueden ser "convidados de piedra" en esta situación. "Es hora de que el Ayuntamiento dé un golpe en la mesa ante la actitud pirata e irresponsable de la empresa", ha señalado el portavoz nacionalista, Xabier Pérez Igrexas.
Mientras, el comité de Vitrasa mantiene su calendario de movilizaciones y, tras su presencia en el pleno de este lunes, este martes varias decenas de trabajadores se han manifestado por las calles de Vigo, al grito de "Menos luces, más autobuses". El viernes habrá una nueva marcha de protesta, con salida de Plaza de España en dirección al Museo Marco, a partir de las 19,00 horas.
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