La Xunta adjudica por 1,4 millones la adaptación de la planta de residuos de Vigo para recibir la fracción orgánica

La Xunta de Galicia, a través de la empresa pública Sogama, ha adjudicado por más de 1,4 millones de euros las obras de mejora y adaptación de la planta de transferencia de residuos de Vigo, situada en Guixar, para que pueda recibir la fracción orgánica recogida de forma diferenciada mediante los contenedores marrones.

Según han informado fuentes del gobierno autonómico, los trabajos contemplan la construcción de una tolva para la transferencia de los biorresiduos y la sustitución de la envolvente del conjunto. Así, se sustituirán todas las chapas de cierre de la nave para aumentar el aislamiento acústico, y también se actualizará el diseño para mejorar la integración en el entorno.

Una vez terminada la obra, la instalación pasará a formar parte de la red pública de infraestructuras para la valorización de materia orgánica diseñada por la Xunta y ejecutada por Sogama. El objetivo de la iniciativa es ayudar a los ayuntamietnos a cumplir la legislación vigente y facilitar la conversión de biorresiduos de origen doméstico en compost.

La de Vigo será una de las 13 plantas de transferencia integradas en esta red, junto a las de A Lama, Arbo, Cee, Curtis, Lugo, Narón, Ponteceso, Riotorto, Silleda, San Cibrao das Viñas, O Porriño y A Rúa, que servirán de apoyo a las cuatro infraestructuras de biorresiduos provinciales (Cervo, Cerceda, Verín y Vilanova de Arousa.

RENOVACIÓN DE INSTALACIONES
Con estas obras, la planta de Guixar contará con capacidad para trasvasar 10.480 toneladas anuales de residuos orgánicos, que luego son trasladados a la planta provincial.

El plazo de ejecución de los trabajos es de un máximo de 7 meses y un mínimo de 6, contados a partir de la fecha de firma del acta de inicio de las obras.

La red gallega de plantas con tratamiento para residuos orgánicos busca que la práctica totalidad de municipios adheridos a Sogama tengan una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 kilómetros de distancia, y poder así ahorrar costes ambientales y económicos.