El árbol sabugueiro, bieiteiro, saúco y mil nombres por el que se le conoce en Galicia, tiene unas bayas casi negras que, en su estado inicial, cuando están verdes, tienen glucosido cianognénico, tóxico que, al madurar el fruto, desaparece. Quizás fue ésta la razón por la que el saúco tiene su propia leyenda negra.