Esto es una especie de sistema GPS "que nos guía por el cerebor y la columna", ayudando al galeno a localizar cada uno de sus pasos desde "dónde vamos y hacia dónde queremos llegar". El sistema cuenta con imágenes de resonancia magnetica que, procesadas a través de un software, permite mapear en 3D el cerebro, ofreciendo así un "callejero" de con el que los cirujanos pueden localizar en tiempo real la posición del instrumental quirúrgico y tener una precisión milimétrica. "Es imposible perderse; llegamos al punto exacto sin dañar venas o arterias importantes", celebra Villarejo, que ya ha utilizado este sistema en "tumores muy pequeños y profundos": "La guía milimétrica nos permite acceder a ellos sin lesionar estructuras elocuentes, y una vez extirpados, comprobar si queda algún resto". Este nuevo recurso puede funcionar igualmente con tumores de mayor tamaño, ya que su función es la de dibujar la ruta en una craneotomía, de manera que la cirugía sea lo menos invasiva posible.