La crisis de En Marea por el caso Quinteiro abre el debate de una escisión

¿Debe una fuerza incapaz de gestionar un conflicto interno menor gobernar Galicia algún día? Este es lo que pueden estar pensando muchos votantes de En Marea ante el espectáculo que está dando la confluencia. El último capítulo, el grupo parlamentario pasa del Consello de En Marea, el máximo órgano de la confluencia, y apoya que Paula Quinteiro continúe como diputada. Desde Podemos Galicia ya se pronuncian, incluso, sobre una posible escisión.

Consello de las mareas que trató el caso Quinteiro

Hoy los alcaldes urbanos de la coalición evitaron hurgar en la herida. Xulio Ferreiro (A Coruña) y Martiño Noriega (Compostela) son conscientes de que estas luchas internas suponen un desgaste para sus aspiraciones de repetir en el cargo.

Conflictos internos que, por otra parte, parece que ya se llevaron por delante las aspiraciones del tercer promotor de la confluencia, Jorge Suárez. El alcalde de Ferrol ha sembrado muchas dudas sobre si presentará.

VILLARES NO HA  LOGRADO CONSOLIDARSE COMO LÍDER UNIFICADOR

Quien sí hurga, y con gusto, en la herida son los rivales políticos. "Luís Villares es ya parte del pasado de la política gallega y debería pensar en abandonar una política en la que su voz no cuenta y su palabra no tiene peso", le han espetado hoy al número 1 de En Marea desde el PPdeG.

Lo cierto es que lo sucedido estos días evidencia lo que ya se percibía hace meses. Villares ha sido incapaz de actuar como la figura exterior, no afiliada a ningún partido, que unifica los diferentes bandos. No sólo no ha logrado solventar las tensiones iniciales entre Podemos Galicia y el resto de la confluencia, sino que muchas de esas facciones se han dividido a su vez. Ni siquiera en la ANOVA de Xosé Manuel Beiras las posturas son unánimes. Algunas de las principales mareas, como la Marea Atlántica, evitan una y otra vez apoyar la labor del ex-juez.

Desde el PSOE la presidenta de la Diputación de Pontevedra se frota las manos, consciente de que lo sucedido desgasta la aspiraciones de las mareas locales en las municipales. Incluso Ciudadanos Galicia ha emitido hoy un comunicado equiparando la actuación de Quinteiro con la corrupción. "La diputada se enfrentó a los agentes policiales cuando estos estaban haciendo su trabajo, mientras su pareja y sus amigos se dedicaban a destrozar propiedades públicas y privadas, entrando ella, abusando de su posición de parlamentaria, a querer impedir el trabajo de la Policía", dicen los naranjas.

¿Y Quinteiro que dice? Pues, poco, la verdad. La diputada en el epicentro de la tormenta se niega a dimitir, como le exige el Consello que dice gobernar En Marea. Arropada por Podemos y por el grupo parlamentario de Villares, niega que usara su acreditación para entorpecer la labor de la policía. Lo que no niega es que la esgrimiera en unas circunstancias que nada tenían que ver con su condición de diputada.

UN EXPEDIENTE INFORMATIVO NO CERRARÁ ESTA CRISIS

La anticapitalista ha respondido pidiendo que se abra un expediente informativo en el Consello. De producirse, sea cual fuere su resultado, el expediente será insuficiente para cerrar bien esta crisis interna.

En su primera explicación, Quinteiro limitaba lo sucedido al ámbito personal y daba a entender que todo era una maniobra del PPdeG para desgastar a En Marea. Tuviese o no razón,  una semana después es evidente que la estrategia conservadora ha dado resultado y las costuras de la confluencia están a la vista de todos, más abiertas que nunca. 

Hoy la líder de Podemos Galicia ha llegado a decir que espera que la crisis no acabe en la partición del grupo parlamentario. Otra vez la izquierda galleguista hablando de posibles escisiones, otra victoria política para el homógeneo, por lo menos de puertas para fuera, Partido Popular de Galicia.