La guerra del presidente del Celta contra Caballero esconde intereses políticos y económicos

La confrontación desatada por el presidente del Celta contra el Ayuntamiento de Vigo arrecia. Carlos Mouriño cumplió este miércoles su amenaza y evitó sentarse al lado de Abel Caballero (PSOE) en el palco durante el partido que los celtiñas empataron ayer con el Barcelona en Balaídos (2-2). Caballero no se amedrenta y responde, en un episodio más de una guerra con intereses partidarios y económicos.

Mouriño, Caballero y Silva en el centro de la imagen en un pasado acto

Antes del encuentro, el mandatario celeste pasó de saludar al alcalde antes  y se sentó dejando un asiento de por medio. Fue incluso mas allá y advirtió a la presidenta de la Diputación de Pontevedra Carmela Silva (PSOE) de que no ocupase las plazas que le corresponden a él como presidente.

El conflicto, que era en principio de raíz deportiva, la gestión del vetusto estadio municipal de Balaídos, ha derivado en una pelea política con claros intereses económicos de por medio.

Mouriño, propietario de Sociedad Anómina Deportiva que el Celta, pretendía que el Ayuntamiento le traspasase Balaídos, inmueble público de gran valor por estar en la zona urbana. Amenazó incluso con vender el club a un inversor extranjero si el Concello no aprobaba este pelotazo urbanístico.

Las negociaciones que surgieron a continuación pasaban porque el Ayuntamiento conservase la titularidad de Balaídos, pero cediese a la SAD la gestión del estadio a cambio de un canon, al parecer un millón de euros por año.

Parecía que iba haber acuerdo, pero, sin embargo, el plan anunciado por el Celta para construir una ciudad deportivo - comercial en el vecino Concello de Mos. Un plan que cuenta con el apoyo de la Xunta.

 Se sospecha que Mouriño quiere ir ampliando el estadio que construya en Mos para, poco a poco, cumplir su amenaza de llevarse al Celta fuera de Vigo a una instalación que mezclará deporte con zonas hosteleras y  comerciales.

El ayuntamiento de Vigo ha presentado alegaciones al proyecto de Mos. Alega, entre otros puntos, que perjudicará a la economía de la ciudad, al tener que pagar Vigo infraestructuras millonarias para el acceso y el suministro de agua.

La directiva del Celta aumentó más la tensión al pagar anuncios en la prensa local cualificando al edil como una persona incapaz.  intencionalidad locales.

Además, en Mos gobierna el Partido Popular de GaliciaPSOE en la autonomía, presidente además de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

El PP de Vigo y la Xunta apoyan sin fisuras al empresario Mouriño. "El Celta y los celtistas se sienten traicionados" aseguró ayer la líder conservadora local. La ex-conselleira Elena Muñoz dice que Abel Caballero es el único responsable de la ruptura de las negociaciones. 

La respuesta de Caballero ha sido contudente, no se deja intimidar. "Seguiré yendo al palco, estaré en el próximo y en todos los partidos. Dentro de 10 años seguiré siendo alcalde, ocupando el palco y apoyando al Celta", advierte antes de decirle a Mouriño que "al palco se va a apoyar al Celta, y los que crean que van a otra cosa se equivocan".