#Claves de la semana

​“Jácome nos acusa de festival elitista pero él propuso cobrar 30€ por entrada cuando siempre fue gratis”

Galiciapress entrevista a la organización del festival ourensano de música clásica Pórtico do Paraíso, que se ha visto afectado por los recortes en cultura del Ayuntamiento de Ourense. El anuncio del gobierno liderado por Pérez Jácome deja a este y otros dos festivales de carácter internacional sin financiación por parte del consistorio auriense. Juan Enrique Miguéns, director artístico, y Conchi da Silva, coordinadora, explican la situación en la que se encuentra actualmente el evento y los motivos reales que esconde este portazo del ayuntamiento a la cultura. 


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Galiciapress entrevista a la organización del festival de música clásica Pórtico do Paraíso, que se ha visto afectado por los recortes en cultura del Ayuntamiento de Ourense. El anuncio del gobierno lde  Pérez Jácome deja a este y otros dos festivales de carácter internacional sin financiación del consistorio, lo que ya ha provocado protestas de la Asociación de Actores. Juan Enrique Miguéns, director artístico, y Conchi da Silva, coordinadora, explican la situación en la que se encuentra actualmente el evento y los motivos reales que esconde este portazo a la cultura.


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El público durante un concierto del festival Pórtico do Paraíso


Desde la organización del Pórtico do Paraíso no salen de su asombro al ver como un festival con doce ediciones a sus espaldas y reconocido internacionalmente desde febrero con el ‘Sello de calidad Europeo EFFE Label 2019-2020’ concedido por la Asociación Europea de Festivales, se queda sin el apoyo del gobierno de la ciudad donde se celebra. Esa decisión ya ha provocado movimientos en la Asociación española de Festivales de Música Clásica, donde la vicepresidenta Valentina Granados llamó personalmente a la organización  para transmitirles su apoyo en las acciones futuras que decidan llevar a cabo. 


“Este evento nació en 2008 y es un festival de música clásica que trata de aunar la música y el patrimonio de la ciudad y la provincia, mezclando estos dos conceptos con música de muy alto nivel, tratando en la medida de lo posible de traer a los mejores intérpretes de música clásica a esta ciudad”, explica el director artístico Juan Enrique Miguéns, que tiene que ocuparse de levantar un festival al que el alcalde de Ourense retiró los fondos por su “elevado coste y escaso retorno económico”.


A pesar de las palabras de Jácome, en las ediciones celebradas hasta ahora era complicado encontrar sillas vacías. “Desde el principio tuvo una gran acogida por parte del público, prácticamente llenando todos los aforos desde la primera edición”, recalca el director artístico. “Las salas de los conciertos son iglesias, como la Catedral de Ourense, donde se celebra siempre el primer concierto y que se llena cada año. También llenamos el Teatro Principal de Ourense cuando vamos, porque solemos tener allí un concierto en cada edición. Y luego todas las iglesias a las que vamos, en donde la gente se tiene que quedar fuera para escuchar a los artistas porque el espacio es reducido y son lugares de culto”, puntualiza Conchi da Silva, coordinadora del evento. “El respaldo del público se notó ya en la primera edición y tenemos fotos con las salas llenas”, agrega la coordinadora-


UN PRESUPUESTO REDUCIDO

Esta estocada de Democracia Ourensana deja muy tocado al festival, ya que era el gobierno municipal el que aportaba 45.000 euros. Sin ese dinero, y si atendemos solo a los fondos que aportaron Xunta, Diputación de Ourense y la Asociación Pórtico Musical (las otras tres entidades que financian el evento) en la pasada edición, el Festival Pórtico do Paraíso se quedaría con un presupuesto de solo 20.000 euros. Un festival de carácter internacional vería reducido más del 70% de su sustento y por el momento, a falta de reuniones, no tiene asegurada la financiación por parte de las otras administraciones, aunque temen que la Diputación tome el mismo rumbo que el Ayuntamiento de Ourense.


EL CONCEJAL DE CULTURA SE BORRA DEL MAPA

En la organización ya vieron las intenciones del gobierno local desde la primera reunión a finales de julio. “Entre julio y agosto nos reunimos cuatro veces con Jácome y solo en una, en la última y porque lo solicitamos nosotros, estuvo presente el concejal de Cultura…era una ausencia bastante destacable que manifiesta que no deja de ser un ‘hombre de paja’ del alcalde en este tema porque nunca quiso saber nada de nosotros”, comenta Miguéns, que sin embargo sí manifiesta la buena relación que había tenido el festival con los gobiernos anteriores, tanto durante el gobierno bipartito PSOE y BNG como con el de Jesús Vázquez (PP).


Con dinero o sin él, desde la organización advierten que no van a hincar rodilla. “Vamos a intentar seguir adelante sin ese dinero, si bien la situación es preocupante ya que no contaremos sin el que ha sido nuestro principal apoyo estos doce años”, lamentan desde la organización, aunque desmienten que el gobierno municipal pueda clausurar el festival, ya que es una cuestión que no depende del gobierno ourensano.


“Reducir la aportación a cero nos afecta y mucho, pero vamos a intentar buscar fórmulas alternativas para poder llevar a cabo la XIII edición…ya nos buscaremos la vida”, declara Miguéns, quien critica que algunas de las alternativas que propuso el ayuntamiento eran recaudar dinero cobrando entradas a 30 euros, algo a lo que se negaron desde el principio al tratarse de un festival de libre acceso, o sacarlo de las iglesias llevando los conciertos a espacios municipales, alternativa que también rechazaron al tratarse estas propuestas de una clara muestra del “desconocimiento total que tienen del Pórtico do Paraíso”.


¿CULTURA A FONDO PERDIDO?

“Recaudar es el único mantra que está en su cabeza. El resto de festivales de España, con los que estamos en contacto y donde la mayoría cuentan con presupuestos millonarios para programar orquestas, óperas y otras actuaciones inalcanzables para nosotros, barajan una recuperación en taquilla del 10 o 15% en los mejores casos. Pero Jácome nos habla del 100% de la recuperación”, comenta Miguéns sobre las cifras quiméricas que propone el alcalde, sin tener en cuenta que la inversión en cultura tiene una repercusión que no se puede medir en euros.


“Hay un retorno intangible, que es el de la imagen que das de la ciudad, de la proyección trayendo público del resto de Galicia, de un festival posicionado en España y reconocido internacionalmente, que reconoce el patrimonio monumental de Ourense…Todo eso también es retorno”, destaca Miguéns.


“Ver esas iglesias llenas, con 400 personas en la Iglesia de la Caldas, que no deja de ser una iglesia de barrio pero con un gran valor patrimonial…eso es un bienestar para los ciudadanos”, subraya da Silva, que aprovecha para contradecir la afirmación de Jácome en la que tacha al festival de ser un evento dirigido a la élite. “Él habla de élite pero en los conciertoS está la gente del barrio, lo que demuestra que el alcalde no tiene ni idea de quién es nuestro público. Hacemos conciertos para todo el mundo pero él dice que están dirigidos a médicos y profesores universitarios ¿700 personas en la catedral y todos son médicos y profesores?”, cuestiona la coordinadora del festival. “Jácome proponía entradas a 30 euros, y entonces sí que lo conviertes en algo elitista a donde solo acude la gente con dinero. La élite de verdad son los músicos que traemos a tocar a Ourense y no nuestro público”, sentencia. 


VETO A LOS FESTIVALES INTERNACIONALES

Una edición en la que ya estaban trabajando y que ahora queda en suspenso, aunque afortunadamente los contactos con los grupos participantes se reducían a “contratos verbales”. “Vamos a tener que disminuir naturalmente el número de conciertos y a lo mejor el tamaño de las formaciones que vienen, pero a lo que no renunciaremos es a la calidad que ofrecemos, porque eso lo tenemos muy claro: menos pero manteniendo la calidad”, reafirma el director artístico, subrayando que el carácter internacional del festival es un elemento innegociable.


El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, en una entrevista con Europa Press.

Jácome acusó al festival, de entrada libre, de estar dirigido a una élite


Una característica que comparten con el Festival Internacional de Teatro de Ourense (FITO) y el Festival de Cine Internacional de Ourense (OUFF), con doce y veinticuatro ediciones a sus espaldas respectivamente y a los que la administración de Pérez Jácome también ha retirado la financiación. En el caso del FITO, sin esa ayuda, su continuidad todavía está en el aire; del OUFF asumirá la Diputación de Ourense su financiación.


“No es extraño si uno conoce a Jácome, porque él es totalmente local. Solo apuesta por lo local cuando hay cabida para todo en una ciudad de 100.000 habitantes: se puede apoyar a los artistas locales y a lo de fuera. Pero Jácome confunde las cosas y parece que tienes que elegir entre música en la calle, generalmente de carácter amateur, o programación cultural de otro nivel y con profesionales, pero no está reñida una cosa con la otra”, reprocha da Silva, apostillando que el problema real detrás de esto es que sencillamente “Jácome no quiere porque a él no le gusta”.


En la rueda de prensa el nuevo regidor ourensano se escudó en una apuesta por potenciar eventos y artistas de carácter local como uno de los motivo para no subvencionar los festivales internacionales, sin tener en cuenta que los festivales a los que veta ya hace su apuesta por la producción local. “No tiene ni pies ni cabeza porque en nuestro festival todos los años tenemos un artista gallego en al menos uno de los siete conciertos que celebramos”, responde la coordinadora. “Si hay gente con nivel en Galicia y que encaja en el festival nosotros la traemos, no tenemos problemas. Pero el problema no es ese, sino que el alcalde no entiende el festival”, denuncia, sin terminar de entender los motivos que alegó el regidor durante su comparecencia de prensa.


Paradójica mente, el mismo día en el que el ayuntamiento anunció que cerraban el grifo a la cultura, el consistorio auriense puso de manifiesto su intención de rendirle honores a la Santa Compaña, una comitiva de almas en pena que advierte de una muerte próxima, con una procesión que tendrá lugar durante el Samaín ourensano. La marcha recorrerá las calles de la ciudad termal de noche y la intención del evento es “atraer a mucha gente”. Curioso que desde el ayuntamiento quieran atraer público con la Santa Compaña, cuando históricamente los gallegos huimos de todo aquello que nos recuerda a la procesión de las ánimas, no vaya a ser que acabemos formando parte de ella. La cuestión ahora es saber de quién será el deceso que anuncie la Santa Compaña a su paso por Ourense: el de la cultura o el del gobierno local. Porque, visto lo visto, solo puede quedar uno. 

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