Los peritos descartan un trastorno en el acusado de intentar matar a su expareja en Santiago

Rechazan que su consumo de alcohol y de drogas afectase a sus capacidades
Peritos que examinaron el hombre acusado de intentar matar a su expareja, en Santiago en 2017, presente algún tipo de trastorno derivado del consumo de alcohol y de drogas, según han expuesto en la segunda y última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de A Coruña.

Así, en su declaración, han descartado que el consumo de alcohol que presenta o las drogas que les aseguró que consumía, en concreto porros, afectase a sus capacidades en relación a los hechos que se le imputan. Mientras, han ratificado que hubo un "riesgo elevado" de que la víctima falleciese debido a las heridas causadas con una navaja.

Los hechos se remontan a hace dos años cuando el hombre, presuntamente, apuñaló más de una docena de veces a su expareja ante su negativa a volver a retomar su relación, marcada por los malos tratos e insultos, según Fiscalía, que relata episodios concretos en las fiestas de Marín y Lalín, en 2016, cuando el acusado le reprochaba a la víctima no obtener dinero suficiente con la venta ambulante.

Tras la ruptura, en julio de 2017, el acusado amenazó a la mujer para que retomase la relación. Así, el día 24 de julio, mientras la víctima se encontraba durmiendo en el interior de un vehículo en la zona de San Clemente, próxima a la zona vieja de Santiago de Compostela, el hombre abrió la puerta del coche y le pidió que volviese con él, a lo que ella se negó.

Según la Fiscalía, entonces, el procesado sacó de su bolsillo una navaja con la que apuñaló múltiples veces y con "gran violencia" a su expareja en la cara, tórax y abdomen, dejándola "inerme" y "sin posibilidad de defenderse".

TESTIMONIOS DE FAMILIARES
Al igual que hizo el acusado en su declaración, su padre y su tío han negado que maltratase a su expareja y han culpado a la familia de ésta, todos ellos de nacionalidad rumana, de oponerse a la relación. Por el contrario, la madre y la hermana de la víctima confirmaron que le vieron moratones. La hermana aseguró también que la agredida le confesó ser víctima de malos tratos cuando no traía el dinero suficiente que le exigía el acusado, con problemas con el juego.

Por estos hechos, Fiscalía y acusación particular piden penas que se elevan a unos 20 años de prisión por distintos delitos, entre ellos intento de asesinato y amenazas. La defensa, por su parte, rechaza que los hechos puedan considerarse un asesinato en grado de tentativa.

Frente a las tesis de Fiscalía y acusación particular, para quien hubo un "ensañamiento brutal" y que pide la misma pena que el Ministerio Público y una indemnización de 150.000 euros, la defensa rechaza que se den las circunstancias para los hechos se puedan considerar un asesinato en grado de tentativa.