Las derechas gallegas vuelven a doctorarse

Manoel Barbeitos
Economista

Las elecciones autonómicas del pasado 12 de julio dejaron de nuevo en evidencia la gran fortaleza política del PP en Galicia fruto de un mayoritario apoyo social. Apoyo que se ve favorecido por la concentración del voto conservador y que supera territorios y clases  sociales. Unas evidencias que hacen pensar que este dominio seguirá prolongándose en el tiempo.


Que de las 11 convocatorias electorales habidas desde el año 1981, con cambios generacionales de por medio, la presidencia de la Xunta de Galicia cayese  en 8 de ellas en las manos de este partido (AP/PP), todas con mayoría absoluta, es una evidencia indiscutible de que las derechas mantienen a lo largo de la reciente historia autonómica un continuo y mayoritario apoyo social. Evidencia que se confirma con el dato empírico de que a lo largo de estas cuatro décadas, con la excepción de la primera legislatura en 1981, contaron con un promedio de votos que superó los 700.000 (¡26% del censo electoral!), con los picos de 515.000 (1985) y 825.000 (1997). 


Un apoyo que se refleja tanto a nivel territorial como social. En estas últimas elecciones autonómicas el Partido Popular fue el partido más votado en 298 de los 313 ayuntamientos gallegos (95,2%). Dato que confirma que ese apoyo se da tanto en la Galicia interior como exterior, en la rural y marinera como en la urbana y que, para gran preocupación de las izquierdas, también es muy importante entre las clases populares (he ahí que, por caso, se impusiese en la mayor parte de los barrios de las grandes ciudades y en importantes villas industriales, rurales y marineras: las rías de Ferrol y Vigo, Terra Cha, Costa da Morte).


Resultado que se produce a pesar de que el Partido Popular cuenta en estos momentos en Galicia con un apoyo institucional local mucho menor que el de las izquierdas, quienes con las alcaldías de 6 de las 7 grandes ciudades y 3 de las 4 diputaciones son mayoritarias a nivel local. Dato que al mismo tiempo tira por tierra las tesis del "caciquismo" como fundamento de la inclinación del voto a favor de las derechas gallegas. ¡Ya no vale este argumento!


Una de las claras razones de esta hegemonía es el haber conseguido aglutinar la mayoría del voto de las derechas, lo que no deja de ser un mérito de estas élites conservadoras. Que, por caso, Vox, que venía experimentando un fuerte crecimiento en toda España, no lograse representación en estas autonómicas no deja de ser tanto un buen dato para la democracia gallega como un éxito del Partido Popular: se puede argumentar, y con cierto fundamento, que la ley electoral gallega que exige un mínimo del 5% para obtener representación tuvo un papel determinante, pero ese condicionante alcanza a todos. Lo mismo cabe decir con relación a Cs.


No menos importancia tuvo una muy inteligente campaña reflejada por caso en el cartel electoral. Con una publicidad que centraba la atención en Galicia (¡Galicia, Galicia, Galicia!) y en el candidato (A. Núñez Feijóo) el Partido Popular dejó prácticamente en fuera de juego al PSdeG-PSOE y a Galicia en Común, que no fueron quienes de responder a tal escenario. Solo el BNG lo hizo, he ahí una de las razones de los respectivos resultados.


Tienen razón los partidos de la oposición cuando señalan el importantísimo papel que a favor del Partido Popular juegan la mayoría de los medios de comunicación y opinión gallegos. El control goebbelsiano de la RTVG y el servilismo majadero de la mayoría de medios de información y opinión en papel suman muchos votos a favor de las derechas gallegas.  No obstante, centrar todo al éxito de estas en el papel de los medios no responde a la realidad, dado el bajo nivel de audiencia de los mismos y la enorme ventaja que los populares le sacan a los demás partidos. Por el contrario, no se debería despreciar el peso que en una gran parte de la población gallega tiene hoy un galleguismo populista y vulgar (gaita y empanada), el cual podemos ver reflejado en algunos programas televisivos (como por caso LUAR) y que tan bien saben representar los líderes locales del Partido Popular.


No querría finalizar este artículo sin hacer referencia a las lecturas que desde determinados púlpitos mediáticos, tanto desde dentro como desde fuera de Galicia, se hicieron del resultado de estas elecciones. Lecturas que convergen en el tópico de la Galicia distinta por conservadora. Tales altavoces y expertos contertulios parecen olvidar que desde los años ochenta, con el final de los "felices treinta" (1945-1975), el pensamiento conservador domina en todo el occidente gracias tanto al auge del neoliberalismo como la conversión de la vieja socialdemocracia al socialliberalismo. Por favor, repasen la historia política de occidente y verán que Galicia no es tan diferente.

1 Comentarios

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Manolito...si dices que la mayoría de medios de comunicación son majaderos,doy por hecho que éste para el que colaboras con tus habituales y patéticos escritos también lo es...y tú el mayor majadero de todos,claro. Por otra parte,,,lo del galleguismo populista y vulgar lo veo más para perroflautas como tú o del BNG. A la gaita y la empanada déjalas tranquilas,que hacen más país que personajes como tú.

escrito por eldemoniodetasmania 25/jul/20    20:47

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