#Claves de la semana

Breve historia del negacionismo: de la inquisición a los antimascarillas

Miguel Bosé, Donald Trump, Jair Bolsonaro, y muchos otros personajes públicos han aumentado la visibilidad de unas tesis que navegan en dirección contraria a la ciencia. 


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Miguel Bosé, Donald Trump, Jair Bolsonaro, y muchos otros personajes públicos han sido perfectos altavoces para aumentar la visibilidad de unas tesis que navegan en dirección contraria a la ciencia. 


Los movimientos negacionistas han vuelto a surgir estos días con fuerza aupados por el coronavirus y la necesidad de medidas sanitarias como el uso de mascarillas, pero en realidad es una corriente que lleva siglos estando presente en las sociedades y, tal y como han explicado filósofos y economistas, su atribución a determinados grupos es "relativo" en función del pensamiento predominante en la época.


Miguel Bosé, tras la manifestación antimascarillas:



"Echando la vista atrás, lo del negacionismo resulta bastante relativo. Desde nuestro actual punto de vista, quienes opusieron resistencia a las tesis de Harvey sobre la circulación de la sangre eran negacionistas, como lo era el cardenal Belarmino con respecto a las tesis de Giordano Bruno y Galileo", ha señalado el filósofo José Luis Pardo, autor del ensayo 'Estudios del malestar', premio Anagrama.


Sin embargo, Pardo ha recordado cómo a finales del siglo XVI y en el siglo XVII se consideraba "exactamente lo contrario" --es decir, negacionistas-- tanto las tesis de Harvey como las de Bruno y Galileo sobre el movimiento de la Tierra, estando por entonces la Santa Sede en lo cierto.


"En el curso de esta pandemia, yo he leído que la culpa de todo lo que nos pasa la tiene algo llamado el capitalismo y que las políticas de confinamiento son una estrategia para que el biopoder reaccionario encierre a sus súbditos y les impida reunirse en lugares públicos y hacer la revolución", ha ironizado el filósofo, quien pone estos argumentos a la altura de los de hace cuatro siglos.


LOS NEGACIONISTAS TUMBARON A GALILEO


No obstante, ha alertado de la posibilidad de que estas teorías, por descabelladas que puedan parecer, puedan terminar imponiéndose en la sociedad y verse como algo perfectamente normal. "No olvidemos que Belarmino se salió con la suya y a Galileo y Bruno no les fue demasiado bien en su tiempo", ha añadido Pardo. Sin duda, los mayores negaconistas de la Edad Media fueron parte de la inglesia católica, y consiguieron mantener el poder, sin que nadie lo discutiera, durante muchos siglos. 


Los católicos, a través de la Inquisición, silenciaron a Galileo, pero a otros les tocó vivir un destino mucho más cruel: Giordano Bruno, en el S.XVI, llegó a la conclusión de que el Sol solo era una estrella, y que por tanto era probable que hubiesen muchos más planetas con vida. Sus estudios no fueron demasiado bien recibidos entre las filas de la Inquisición,y fue condenado a morir en la hoguera. 


El filósofo cree que, en el fondo, la situación actual no es muy distinta que la de antaño: "Lo mismo ocurre con los partidarios del Brexit, los simpatizantes de Donald Trump y los populistas surgidos al calor de la crisis de 2008, y hoy el Brexit es un hecho, Donald Trump es el Presidente de Estados Unidos y los populistas están en muchos parlamentos y en muchos gobiernos europeos, el nuestro entre ellos", ha lamentado.


LAS 'CRÍTICAS' A LA CIENCIA


Daniel Innerarity, primer filósofo español en publicar un libro sobre el coronavirus, 'Pandemocracia' (Galaxia Gutenberg), coincide en señalar que toda la Historia de la ciencia ha estado "acompañada de críticas y desconfianza hacia ella y sus opiniones dominantes". "De hecho, ella misma extiende y vive de la desacralización de las opiniones y el espíritu crítico", ha apuntado.


No obstante, matizando que dentro de esas disidencias las hay que son "realmente extravagantes, lo que no tendría demasiada importancia si entre ellas no hubiera algunas que, por la popularidad de quienes las suscriben o por su capacidad de difusión en las redes sociales tienen una enorme influencia en conductas que ponen en peligro la salud pública".


Para el economista Jano García, autor de 'La gran manipulación (La esfera de los libros), "siempre hay un pequeño grupo de personas que trata de buscar respuestas ocultas a algo que tiene una respuesta obvia", si bien entiendo que los casos de los movimientos antimascarillas a día de hoy son una "anécdota" y se tiende a "trasladar la realidad virtual a la realidad de la calle".


"Si este virus, como ocurrió con el MERS o el SARS, solamente hubiese afectado al sudeste asiático o a Oriente Medio, nadie estaría hablando de esto. El problema es que nos ha afectado a todos y aunque el proceso ha sido el mismo, lo único que ha cambiado es el número de gente a la que le ha trastocado la vida y, por ende, más probable que surjan este tipo de 'negacionistas'. Debemos recalcar que son muy pocos, ruidosos sí, pero pocos", ha destacado.


LOS NEGACIONISTAS EN ESPAÑA


Sin embargo, queda pendiente la cuestión de como en España, uno de los países más golpeados por la pandemia, se celebre una manifestación que junte a miles de personas precisamente para rechazar todo lo que tiene que ver con este virus. Para Pardo, la respuesta es que es "por la misma causa que en este mismo país se hayan celebrado otras muchas manifestaciones, entre ellas las que defienden la independencia de Cataluña (que es un objetivo tan quimérico como el que defendían los manifestantes de Colón)".


"No me preocupa mucho esa manifestación, porque veo que por fortuna la inmensa mayoría de la opinión está segura de que se trata de una causa demencial. Lo que me preocupa es que no exista la misma mayoría sensata para el caso de otras manifestaciones como la que acabo de mencionar (y similares). Y me preocupa porque las guerras más cruentas libradas por la humanidad son peleas que persiguen objetos ilusorios", ha alertado.



Para Innenarity, este movimiento en España puede deberse a muchos factores y lo contextualiza junto con las manifestaciones similares que ha habido en otros países. "Es gente que reivindica una idea del ejercicio de la propia libertad como si no tuviera nada que ver con la de los demás. Suelen ser personas que tienen una menor vulnerabilidad, por edad o condiciones económicas y que apelan a la libertad, pero realmente es un ejercicio de poder", ha afirmado.


Mientras, García apunta a la desinformación que ha recibido la ciudadanía como uno de los motivos para el surgimiento de estas corrientes. "Cuando has estado ocultando la realidad durante meses y has convertido la tragedia en fiesta y celebración, es normal que un grupo reducido de personas crean que esto no es tan grave. El problema aquí es que se ha querido tapar la realidad y, evidentemente, eso da lugar a multitud de teorías de la conspiración", ha concluido.


"SON UNA EVIDENTE AMENAZA SOCIAL"


Cuatro sociedades médico-científicas han advertido de que las pseudociencias y los movimientos negacionistas frente al COVID-19 representan "una evidente amenaza social", pues "alientan de manera irresponsable a la desobediencia civil respecto al seguimiento de medidas contrastadamente eficaces para luchar contra la pandemia, como son el uso correcto de mascarillas, la higiene de manos o el mantener una adecuada distancia social".


En concreto, el comunicado está firmado por las sociedades españolas de Medicina Interna (SEMI), Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Médicos Generales y de Familia (SEMG).


Estas organizaciones reivindican que el conocimiento médico basado en la evidencia científica "es la única vía para hacerle frente con garantías". "De igual modo, resulta vital hacer frente a la desinformación y a los bulos sobre COVID-19, particularmente a través de internet y las redes sociales, pues suponen un riesgo cierto para la salud poblacional y pueden complicar el complejo escenario sanitario que vivimos en España, con un constante repunte de nuevos contagios que hacen temer la llegada de una segunda ola epidémica", alertan.


"Como sociedades médico-científicas, hacemos un llamamiento a la responsabilidad colectiva para no dar difusión ni otorgar veracidad o credibilidad a teorías acientíficas, conspiratorias y oscurantistas, que nos retrotraen a épocas pretéritas felizmente superadas", concluyen.


Este artículo fue publicado originalmente en Catalunyapress.


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2 Comentarios

1

QUÉ PUÑETERA CIENCIA? ÉSA QUE NO HA DEMOSTRADO NADA? CUÁNTO RECIBÍS? HABEIS CONTRASTADO AMBAS VERSIONES, NOOOOOO, QUÉ ÉSO ES TRABAJAR, NEGACIONISTA VERSUS AFIRMACIONISTAS. QUIÉN TIENE MAS EVIDENCIAS? PUÉS ÉSO... INÚTILES...

escrito por Aurora 27/ago/20    12:59
2

Es falso que Bruno fuera condenado por sus ideas astronómicas.

escrito por Rosa 26/ago/20    07:37

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