Consecuencias de la COVID-19: Cómo cuidarse

“No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives”. Franz Kafka: La Metamorfosis. 1915.

La pandemia por coronavirus SARS- CoV-2 (que debe su nombre el hecho de tener una forma esférica de la que sobresalen unas espículas que les dan la apariencia de una corona, por semejanza a corona solar), sigue ahí… ¡y seguirá! Tiene (y tendrá) consecuencias económicas, sociales, políticas…y sanitarias.

Es un virus nuevo, pero de una familia vieja, conocida de los epidemiólogos y que, en general, causaba resfriados comunes. Conocíamos 6: el HCoV-229Y, HCoV- OC43, HcoV- NL63, HcoV- HKU1, SARS- CoV, MERS- CoV y apareció el SARS- CoV-2 causante de la Covid-19. Éste es, también, de la familia de los coronavirus, pero es un virus RNA que muta con frecuencia y esto lo hace más peligroso. Los coronavirus no solo afectan a los humanos, también pueden pasar de especie a especie. Cuando esto ocurre, nos encontramos con un virus totalmente nuevo, algo que nuestras defensas no vieron nunca y por lo tanto, no saben cómo actuar. La mortalidad y contagiosidad de este coronavirus es mucho mayor que la de los anteriores. Su período de incubación es de 14 días.

¿Y qué podemos hacer? Lavarnos las manos, usar las mascarillas y guardar la distancia de seguridad (las 3 M: manos, mascarilla y metros). Si tienes sospecha de que puedes tenerlo, o bien por estar en contacto con persona positiva o por los síntomas, debes ponerte en contacto con tu Médico de Familia, o llamar el 900 400 116 y explicar el caso. Si eres positivo y no tienes síntomas, aislarte 14 días es obligatorio.

¿Cuáles son los síntomas para sospechar de la COVID-19? Fiebre, Tos, Dolor muscular, Náuseas, Vómitos y Diarrea (“FiToDoNaVo”), y por ese orden, importante esto para descartar otras patologías.

¿Cuáles son las consecuencias de padecer a COVID-19?

Problemas cardíacos: Palpitaciones, Hipotensión Ortostática, Síncope, HTA, Taquicardias, Bradicardias.

Problemas Respiratorios: Disnea, Opresión Torácica, Tos Seca.

Problemas Psicológicos: Ansiedad, Fobias, Apatía, Trastornos del sueño, problemas derivados de la estancia en UCI, pérdida de hábitos y rutinas, estrés psicosocial derivado de una situación extraordinaria.

Problemas Otorrinolaringolóxicos: Odinofaxia, Disfaxia, Disfonía, Hipoacusia, Aftas Bucales.

Problemas Oftalmológicos: Diplopia, Visión Borrosa, Ojo seco.

Problemas Osteomusculares: Artralxias, Mialxias, Calambres Musculares.

Problemas que Coagulación: Hematomas, Microtrombose. Hoy sabemos que esta es una de las causas de la alta mortalidad causada por este virus.

Problemas Digestivos: Dolores Abdominales, Dispepsia, Pirose, Diarrea, Flatulencia.

Problemas Dermatológicos: Urticaria, Rash, Alopecia.

Problemas Neurológicos: Parestesias, Cefaleas, Pérdida del Gusto, Pérdida del Olfato, Trastornos del Aprendizaje, Déficit de Memoria, Mareo, Inestabilidad, Dificultad de Concentración.

Problemas Generales: Febrículas, Anorexia, Escalofríos, Malestar General.

...Y Problemas COVID-Persistentes: Astenia, Pérdida de la Calidad de Vida, Fluctuación de los Síntomas.

Cuando hablamos de muertes de ancianos, no hablemos de "nuestros mayores", "los abuelos". Ni son "nuestros" en el sentido de posesión, ni todos son "abuelos". Lo de no derivarlos a los hospitales de referencia es de delito; como lo que hizo Feijóo, dando 250 euros para gastar en cañas y paradores, y mintiendo descaradamente cuando dijo que tenía “6.000” rastreadores, vaya mentira, pues incluía el personal de Atención Primaria, ya sobrecargado.

Y comienza el curso escolar. La Consellería de Educación puso de acuerdo a todas las instituciones relacionadas que educación en contra del “protocolo” de seguridad, otro “éxito” de Feijoo.

El interés de la administración debería ser que la gente no se contagie y que no enferme, pero para eso hay que querer, y por lo que estamos viendo, quieren bien poco.

Aprender a convivir con el virus y con la “nueva normalidad” es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos, ¡por desgracia!

¡Pero no debemos resignarnos y tenemos que demandar de las administraciones coherencia, no contradicciones, y transparencia!