Graduada en Psicología (USC), Máster en Piscología General Sanitaria (UIMP) y Máster en Profesorado (USC). Tras su paso por varias asociaciones y gabinetes ha obtenido experiencia clínica y educativa en niños y adolescentes, así como también en adultos. Profesora de talleres y formación en violencia de género e igualdad y del programa de igualdad y afectivo-sexual en institutos y colegios de la provincia de A Coruña.
Esta nueva normalidad donde el aislamiento social es uno de los elementos clave puede estar siendo muy confusa. También para nuestras emociones, sentimientos y sensaciones. Es frecuente (y totalmente normal) haber sentido que esta situación no es real, tener la sensación de estar viviendo como en una película e incluso llegar a plantearse si de verdad está ocurriendo todo esto. También lo es enfadarse, con los demás, con nosotros/as mismas o con la propia situación.
Estas sensaciones y emociones forman parte de un proceso de duelo. En contra de lo que comúnmente se piensa, el duelo no se presenta únicamente con la muerte de un ser querido. El duelo es un proceso de adaptación a una nueva situación vital, normalmente marcada por un hecho concreto, que ha supuesto un cambio muy drástico con respecto a la situación previa, un cambio negativo o perjudicial para nosotros física, emocionalmente o ambas.
En el duelo podemos describir las siguientes etapas, por las quizás alguno/a de ustedes está pasando y se siente identificado/a:
Es importante que sepan que dada la situación actual es completamente normal fluctuar de unas emociones a otras, sentir ira y luego tristeza, creer que nada volverá a ser igual o incluso, que lo que está pasando no es real. Si se sienten identificados con lo escrito, lo más probable es que estén pasando un proceso de duelo. Aunque lo vivan con malestar y desconcierto, es normal y será pasajero.
También es normal sugestionarse y notar síntomas en el cuerpo relacionados con el coronavirus. Tosemos una vez y las alarmas se disparan, empezamos a autoexaminarnos constantemente para comprobar si volvemos a toser, si lo hacemos con más fuerza, si notamos la tos más seca. Todo ello, es muy normal. En casos como ese, lo que debemos hacer es tratar de distraernos con otra actividad que absorba la mayor parte de nuestra atención y esperar un tiempo prudencial para ver si realmente esos síntomas persisten o no.
Escribe tu comentario