Alberto Sánchez, gerente de Cetaqua Galicia: "El residuo es una materia prima, no algo que hay que ocultar"

En la busqueda por el residuo cero, el trabajo de compañías como Viaqua y de centros de I+D+i como Cetaqua están permitiendo que nos acercemos al objetivo de transformar los deshechos urbanos en recursos valiosos.

Alberto Sánchez, gerente de Cetaqua Galicia, explica a Galiciapress el valor de un proyecto como Ecoval, parte de la Estrategia de la Economía Circular que impulsa a Cetaqua y ejemplo de los avances que se pueden conseguir mediante la colaboración público-privada.

Alberto Sánchez | Foto: Viaqua

¿Y si les digo que el futuro de la sostenibilidad medioambiental empieza en nuestro desagüe? El agua, un recurso tan necesario como escaso, y su conservación es uno de los grandes retos al que se deberán enfrentar todos los gobiernos y en el que Galicia ya se ha puesto manos a la obra. El Centro Tecnológico del Agua, Cetaqua, está conformado por cuatro entidades que desde Barcelona, Galicia, Andalucía y Santiago de Chile proyecta alcanzar la sostenibilidad y eficiencia en el ciclo del agua, lo que la ha convertido en “un referente europeo en la aplicación del conocimiento científico al agua y al medio ambiente”.

De esa carrera por la sostenibilidad nace el proyecto Ecoval, que busca transformar fangos en ácidos grasos volátiles, un producto de alto valor añadido y mucha demanda. En Cetaqua Galicia trabajan para “revalorizar las corrientes residuales tanto a nivel urbano como industrial”, ya que entienden que en ellas se esconde la clave para alcanzar el equilibrio medioambiental.

La investigación que desarrollamos mira al residuo como a una materia prima de la que se puede extraer mucho valor

“Siempre se ha mirado al residuo y su gestión como algo que había que ocultar; la investigación que desarrollamos mira al residuo como a una materia prima de la que se puede extraer mucho valor. Cambiamos el concepto de la gestión de residuos en una depuradora u otra instalación para su tratamiento y pasar a considerarlo como una biofactoría donde tenemos fangos o residuos industriales que con una serie de procesos nos proporcionan un producto final que tiene salida al mercado y valor añadido”, explica Alberto Sánchez, gerente de Cetaqua Galicia.

Pero incluso hay que aplicar distintos tratamientos a los residuos según sean urbanos o industriales. En las depuradoras municipales el residuo orgánico “que se genera en mucho volumen” es producto de la depuración del agua y su destino solían ser los vertederos, pero en Cetaqua apuestan por reaprovecharlo y “producir una sustancia que son precursores de procesos industriales que sirven para la fabricación de compuestos químicos o sustancias plásticas”.

EL RETO DE ABRIR CAMINO

“Lo que ganamos con esto es que todas estas sustancias provienen de una ruta petroquímica, son combustibles fósiles finitos, por lo que introducir una ruta que podríamos llamar 'eco' aporta valor y diversifica a estas industrias con productos finales con estas fuentes de materia prima alternativamente sostenibles”, señala. Por eso, por ser una segunda vía a las fuentes tradicionales, su demanda ha crecido exponencialmente: “A nivel de cadena de valor hay muchísimo mercado”.

Lo que ocurre es que ser los primeros en abrir esta senda supone “un reto”, como señala Sánchez, ya que a nivel comercial “encontramos rutas productivas con muchos años y bien engrasadas” que todavía se resisten a la innovación. 

“Ese es el reto de la I+D+i: demostrar que hay otros caminos e ir avanzando para que en el día de mañana puedan ser una realidad, en intentar que si hay una serie de barreras, como puedan ser las legales o comerciales, al menos la tecnológica ya la tengamos solventada”, esgrime el gerente de Cetaqua.

EUROPA Y LAS EMPRESAS CON LA VISTA EN CETAQUA

Esta clase de programas se enmarcan de forma decidida en la Estrategia de Economía Circular, un modelo prioritario tanto para la Unión Europea -buena prueba de ello es que el programa Ecoval se integra en Interreg SUDOE a través de fondos FEDER- como para las Naciones Unidas y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que conforman la Agenda 2030. Es por eso que, pese a la resistencia de algunos a cambiar el chip en esta búsqueda del “residuo cero”, son cada vez más las empresas dispuestas a cambiar el chip.

“Es algo que percibimos a nivel europeo, pero también nacional o autonómico, ya que aquí la Xunta ha lanzado sus propias estrategias de economía circular de cara al futuro. Las empresas lo han integrado así. En esta serie de proyectos, como la unidad mixta en la que contamos con el respaldo de la Xunta de Galicia y Viaqua, nos dedicamos exclusivamente a este tema en el que hemos encontrado colaboración de industrias conserveras como del sector vitivinicolas”, comentan desde Cetaqua, ejemplificando estos acuerdos en la recuperación de polifenoles en la bodega Martín Codax.

“SOMOS UN MODELO DE COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA”

“Más allá del marketing, sí que se está moviendo en el nivel de I+D+i, se cuenta con apoyo del sector privado, como el acuerdo con Viaqua para investigar...Es un momento idóneo para hacer investigación en este campo porque contamos con el interés tanto del sector privado como de las administraciones”. Tanto es así, que Cetaqua parece ser un claro ejemplo del modelo colaborativo entre lo público y lo privado y de los resultados que estas alianzas pueden dar a la hora de lograr un modelo eficiente en el ciclo del agua.

Desde Cetaqua se definen como “un modelo de colaboración público-privada, con cuatro fundaciones sin animo de lucro”. “La filosofía es incorporar en ese modelo a empresas privadas con un gran conocimiento tecnológico y de gestión del ciclo del agua, el conocimiento académico que en nuestro caso incorporamos gracias a la colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, y también del CSIC, que es el elemento común a todas las fundaciones”, agrega Sánchez, a la vez que razona que, a su entender, este modelo es “el idóneo porque nos permite aunar lo mejor de cada parte; en la colaboración está la sinergia y la potencia de nuestro modelo”.

También destaca la apuesta pedagógica que hacen desde Cetaqua, conscientes de que la receta para la sostenibilidad medioambiental parte de la educación. “Nuestro rol, además de desarrollar tecnología o conocimiento aplicado, nos obliga a ser un martillo pilón e insistir en la importancia del I+D+I y en la gestión sostenible de nuestros recursos naturales tan vitales como el agua”, sostiene el gerente de Cetaqua. “Detrás del gesto de abrir el grifo hay personas y tecnologías que funcionan las 24 horas, los siete días de la semana y los 365 días del año. Hay muchísimo conocimiento y tecnologías para hacer eso posible y todos tenemos que ser corresponsables de preservar la cantidad y la calidad de este recurso”, subraya Sánchez.

Instalaciones del proyecto Ecoval | Foto: Viaqua

“Tratamos de ser un modelo de referencia en la aplicación del conocimiento que se genera en la academia en el ciclo del agua, intentando hacer una I+D+I muy aplicada pero sin centrarnos unicamente en el ciclo del agua, sino que trabajamos en la valorización de residuos y con otras industrias fuera del ciclo del agua”.

RECONOCIMIENTO MUNDIAL Y NUEVOS PROYECTOS

Las biofactorias, en cualquier caso, ya son una realidad en ciudades como Ourense, Palencia o incluso Oporto, donde se pretende implementar este modelo de biofactoría y transformar las depuradoras tradicionales en “instalaciones generadoras de recursos” y ser solución para la gestión de residuos urbanos dentro de la economía circular.

“Ya en la Cumbre del Clima de Katowice la estrategia de las biofactorias, que nació en Chile con el Grupo Suez que desarrolla un importante programa de transformación para conseguir instalaciones completamente sostenibles con residuos cero y reutilizando aguas tratadas, fue galardonada con el premio 'Momentum for change'”, recuerda Sánchez. Este no es un tema menor, ya que Cetaqua pertenece a este mismo grupo empresarial, por lo que hay “una marcada estrategia para investigar en esta línea” como la que se está desenvolviendo en Ourense con la “primera gran instalación con este concepto de biofactoría al norte de la península”.

FERTILIZANTES PARA CERRAR EL CÍRCULO

Con todo, Ecoval no es el único as que guarda Cetaqua bajo la manga, ya que viene de recibir un proyecto de Horizonte 2020, “que es la élite de la investigación en Europa”, y que desarrollará en la ciudad termal. “Es un proyecto que tiene el objetivo de formular biofertilizantes inteligentes para la agricultura a partir de fangos”, expone Sánchez. A renglón seguido, recalca la importancia de un programa de estas características en una comunidad como la gallega donde el peso del sector primario es tan importante.

“Podemos cerrar el círculo de convertir los residuos en fertilizantes no tradicionales sino de muy alta calidad y alto valor añadido, especifico para determinados tipos de cultivos. Es un proyecto que nos ilusiona, que vamos a desarrollar durante los próximos cuatro años en la zona de Ourense y que podemos encuadrar junto a otros proyecto muy enfocados en la valorización energética o material de corrientes residuales que son el futuro de trabajar en nuestro campo”, concluye Sánchez.