Visto para sentencia el juicio contra dos hombres por un supuesto caso de abuso sexual en un pub de Pontevedra

La fiscal pide el sobreseimiento del caso al ser "un toque fugaz" y rechazar que se produjesen amenazas

El Juzgado de lo Penal Número 3 de Pontevedra ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio contra dos varones por un supuesto caso de abuso sexual en un pub.

Uno de los hombres está acusado de abuso sexual contra una mujer por darle "una palmada en el culo" sin su consentimiento y el otro por amenazas y coacciones que tuvieron lugar después de esa supuesta agresión.

Los hechos tuvieron lugar en un pub de Pontevedra la madrugada del 24 de febrero del 2019. Según relató la denunciante, estaba hablando con unas amigas dentro del local de ocio nocturno y cuando fueron a hacerse una foto en grupo una persona le dio "una palmada en el culo".

Inmediatamente, exigió saber quién había sido pero nadie admitió lo ocurrido y fue en ese momento cuando se originó un tumulto en el que, según la acusación, se produjeron amenazas y coacciones contra la víctima por parte de varios miembros del grupo, aunque solo uno fue citado como acusado.

Durante el juicio, los acusados solamente respondieron a preguntas de su abogado. El primero explicó que la denunciante, a la hora de hacerse la foto, lo pisó y él reaccionó empujándola. El segundo niega haberla amenazado. Ninguno de los dos admiten haberle tocado el culo.

"HUMILLADA Y VEJADA"
A preguntas de la Fiscalía, la denunciante relató que después de su reacción ante el tocamiento se originó un "ambiente de burla" hacia su persona, por lo que se sintió "humillada y vejada".

La abogada de la denunciante insistió en el carácter sexual de la agresión después del visionado de las cámaras de seguridad: "La miraban como un objeto de deseo y se animaban entre ellos a tocarle el culo", denunció.

La denunciante es guardia civil y en aquella época estaba en prácticas. En un momento de la discusión, alguien le avisó de que se encontraba un teniente coronel en el grupo y la invitaron a irse y que cejase en su empeño de identificar al que le tocó el culo porque de lo contrario "iba a tener problemas".

Fue entonces cuando la denunciante abandonó el lugar y llamó a un amigo suyo también guardia civil que se encontraba en el pub para que mediase en el conflicto.

En el grupo de los denunciados se encontraba también otro agente del Instituto Armado al que la acusación trató de imputar en el proceso judicial por haber presenciado el delito y no haber intervenido.

Sin embargo, tanto la jueza como la fiscal insistieron en que estaban siendo juzgados como particulares sin importar su profesión.

La fiscal sostiene que existe un atentado contra la dignidad de la víctima y reprocha la actitud del acusado de abuso sexual, pero matiza que se trató de "un toque fugaz" que no alcanza la relevancia para ser juzgado como abuso sexual.

Además, después de visionar la cinta y escuchar a los testigos rechaza que se hayan producido amenazas o coacciones, por lo que pide la absolución de ambos acusados y el sobreseimiento del caso.