Miguel Anxo Fernández, director del OUFF: "La del 2022 creo y espero que sea la edición de la normalidad"
El festival arranca con unas 70 proyecciones en su programa, la mayoría de temática social: "Tristemente refleja la realidad"
Miguel Anxo Fernández, director del Ourense Film Festival (OUFF) desde hace cuatro años, ha pasado por dos grandes y complicados momentos al timón del evento. En el 2018 cogía una batuta que llegaba en busca de amparo porque los rumores apuntaban a la desaparición del festival, pero logró que siguiese a flote y el año pasado, en pandemia, celebró su 25º aniversario.
No duda en tachar las bodas de plata de "dificilísimas con las olas de la pandemia", viendo cómo muchos festivales en el mundo se suspendían y el OUFF decidía que eso no podía pasar. "Aunque fuera para poquísimos espectadores, con el poquísimo aforo que se permitía, nosotros lo queríamos sacar adelante. No íbamos a romper la continuidad histórica", dice el director, en una entrevista con Europa Press.
Compara este momento con el vivido cuatro años antes, cuando recibió las llamadas desde la Fundación Carlos Velo y desde la propia Diputación de Ourense preguntándole si estaría interesado en asumir el festival: "Puede que lo del año pasado fuese difícil, no voy a decir que fuese una edición heroica pero podríamos decir que casi, y, aún así, puede que fuese más difícil retomar el festival cuando estaba a punto de desaparecer".
Y relata cómo, mientras en el 2018 estaba todo por decidir, el año pasado "ya contábamos con un equipo y aunque se hable de la figura de un director somos muchos los que trabajamos en esto".
Así, cuenta que, aunque han pasado por mucho, lo mejor está por llegar. "Estamos avanzando mucho", dice sobre esta 26ª edición pero con vistas a la próxima: "La del 2022 creo y espero que sea la de la normalidad".
Eso sí, asegura que nada desmerecerá a la edición vigente, en la que hay 71 proyecciones repartidas a lo largo de 10 días que arrancaron este mismo fin de semana. "Tenemos una batería de nueve premiados de primer orden, desde Leonor Silveira con la Calpurnia de Honor Internacional, hasta la Nacional a Gonzalo Suárez. Somos un festival único en Galicia", asevera.
"MÁXIMA COLABORACIÓN" DEL AYUNTAMIENTO
Con todo, pone la vista más allá de Galicia y su deseo a medio plazo es "tener lo que tienen otras" celebraciones similares como los festivales de Málaga y Sevilla, además del de Gijón y el de Valladolid.
Para lograrlo, considera que falta una cosa clara: "Una mayor dotación presupuestaria" para reincorporar empresas ourensanas que contribuyan el festival y también para una mayor profesionalización del equipo y así trabajar de forma continuada todo el año "casi con dedicación exclusiva".
Sin embargo, el director aclara que el Ayuntamiento de Ourense ha tenido "la máxima colaboración" con el Festival. "No nos consideramos en absoluto perjudicados a pesar de que conocemos las declaraciones que el alcalde (Gonzalo Pérez Jácome) ha hecho públicas sobre la cultura", dice Fernández
Además, sostiene que muestra de ese apoyo es que el OUFF se realiza, en gran parte, en el Auditorio Municipal y "no hubo duda para cederlo", pero aún así reconoce que "la cultura es una necesidad espiritual de la ciudadanía, sobre todo después de este tiempo tan miserable".
"Es una industria cultural, es decir, un sector que mueve mucho dinero y del que vive mucha gente", advierte Fernández, al tiempo que afirma: "De lo que se invierte en el festival, más del 50 por ciento ya se queda en la propia ciudad de Ourense directamente en hoteles, en restaurantes, en proveedores, en muchas y distintas empresas".
ASISTENCIA
El director no solo habla del apoyo económico, sino también del social, y destaca la participación del 2019 subrayando que se alcanzaron las 20.000 personas en la sala de cine y en las actividades complementarias. Y, aunque "la cifra es buenísima", en sus propias palabras, cree que aún la pueden superar.
"Es algo que se nota en el ambiente, los ourensanos tiran por el festival y eso nos emociona porque en algún momento está claro que estuvieron de espaldas, si no no habría pasado lo del 2018", dice.
La explicación que aporta el actual director es la programación que había en aquel momento. "Estaba demasiado especializada, era una oferta para un público muy restringido", algo que asegura que ha cambiado para "llegar a los cinéfilos, al gran público y aquellos que, incluso, no van al cine".
"Para eso, además de proyecciones, tenemos libros, música, organizamos eventos... Los galardones son abiertos, tenemos una oferta variada y plural", reivindica.
RUTAS DE CINE
Entre esta oferta variada y plural, Miguel Anxo Fernández se detiene a explicar un proyecto que espera que funcione más allá del propio OUFF: las rutas de cine.
Consisten en siete salidas en las que se enseñan distintos lugares de la provincia donde se grabaron películas y alguna que otra serie, como puede ser el ayuntamiento de Leiro para conocer el set de rodaje de 'Cuñados' o el de Celanova por 'El desorden que dejas'.
Es un trabajo que espera mantener no solo en futuras ediciones, sino con actuaciones atemporales y "que se unan organismos relacionados con el turismo, como puede ser el Inorde, para realizar rutas señalando estos lugares".
"Es una manera de atraer otro tipo de turismo que existe y que ya funciona en ciudades relacionadas con el cine, como por ejemplo en Almería", explica.
LA TEMÁTICA SOCIAL, PREDOMINANTE
La recién arrancada edición del OUFF todavía tiene 70 proyecciones por delante y, aunque no había requisitos sobre la temática para ser seleccionadas, hay una que predomina: la social, en todos sus formatos.
"Mucha denuncia y mucha crítica, mucho problema psicológico, mucho problema de soledad y mucho problema económico", apunta el director, que dice "es un mantra que se repite por la programación pero no solo en nuestro festival", sino que "es la producción del último año y medio, porque tristemente refleja la realidad".
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