#Claves de la semana

Pocas, mal y tarde: así son las ayudas a ganaderos de la Xunta, cuyas batidas han cazado solo un lobo desde 2013

Galiciapress charla con representantes del Sindicato Labrego Galego y Unións Agrarias en esta segunda entrega para acercar la situación del sector primario en esta disputa legal contra el lobo ibérico, en el punto de mira ya no de los cazadores, sino de las administraciones españolas, que con sus batidas solo han cazado un lobo desde 2013, aunque la Xunta ve “terrible” que se proteja al lobo.


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La nueva categoría en la que se ha encuadrado al lobo ibérico como una especie protegida de la caza ha desatado una lucha sin cuartel entre políticos, ganaderos, sindicados, ecologistas y conservacionistas, cada uno con sus puntos de vista en torno a un animal que en el siglo pasado estuvo al borde de la extinción y del que no se conoce el verdadero número de ejemplares.


Galiciapress trata de conocer todas estas posturas en una serie de reportajes para explicar el alcance y las consecuencias de esta decisión del Gobierno de España y a la que se oponen la Xunta, sindicatos y cazadores, por lo que sin duda se avecina una batalla legal que puede durar años.


Galiciapress charla con representantes del Sindicato Labrego Galego y Unións Agrarias en esta segunda entrega para acercar la situación del sector primario en esta disputa legal contra el lobo ibérico, en el punto de mira ya no de los cazadores, sino de las administraciones españolas, que con sus batidas solo han cazado un lobo desde 2013, aunque la Xunta ve “terrible” que se proteja al lobo.


Protestas lobo

Protestas en Viveiro por la "desprotección" frente al lobo | Foto: UU.AA.


Lobo sí, lobo no, lobo siempre, lobo nunca, lobo solo a veces... El Gobierno de España, la Xunta de Galicia y otras comunidades autónomas llevan años inmersos en una guerra fraticida con un cánido como excusa para lanzarse los trastos unos a otros. Las administraciones dirigen la batalla desde palacio, pero en las trincheras están los de siempre, unos agricultores y ganaderos que oyen silbar unas balas que no saben bien de dónde vienen. Mientras, el lobo, según los principales sindicatos del sector primario, se relame en la oscuridad, a la espera de un descuido que le permita hacer de una res, el sustento de muchas familias, su próxima cena.


Para el Sindicato Labrego Galego el quid de la cuestión reside es “una guerra política y partidista entre la Xunta de Galicia y el Ministerio”. “En esta guerra los grandes olvidadas son los ganadero que día a día sufren los ataques del lobo”, inciden desde el sindicato, a la vez que recuerdan que las batidas de la Xunta -todavía vigentes- no han cazado ni un solo lobo “desde 2013”, por lo que no comprenden que a la Xunta “se le llene la boca a hablar del terrible que es la inclusión del lobo en el listado LESPRE”.


“Llevamos meses denunciando la hipocresía de la Consellería y pidiéndoles que se dejen de juegos políticos y que, de una vez por todas y mientras tengan ese deber, legislen para defender los intereses de las personas ganaderas, agilizando el pago de las ayudas, dotando las órdenes de más medios para medidas preventivas...”, reclaman desde el SLG, que también recuerda que las ayudas para prevención publicadas en enero todavía no han sido resueltas.


En iguales términos se expresan desde Unións Agrarias, que piden Moncloa y San Caetano “que dejen de jugar al frontón político con los intereses de los ganaderos” a fin de “resolver las dudas legales”. Además, conceden un mes de plazo a las administraciones para “ la renovación de las líneas de ayudas por los ataques del lobo al ganado”.


“En este momento los ganaderos gallegos quedan abandonados frente a los daños del lobo, que superan anualmente el millón de euros en nuestra Comunidad Autónoma con tendencia creciente cada año, por lo que tenía que estar previsto”, denuncian desde UU.AA. En este sentido, recuerdan que el sindicato reclamará a la Xunta por vía judicial “los daños que produzca el lobo en la cabaña ganadera gallega”.



Y ESTE CORDERO, ¿QUIÉN LO PAGA?

La decisión del sindicato se produce luego de que la Xunta determinase cancelar la orden de ayudas por ataques de lobo escudándose el nuevo nivel de protección, ya que la propia Ángeles Vázquez manifestó que con esta norma, "no habrá manera de que ningún organismo" pueda destinar ayudas a ganaderos por daños por ataques de lobos si los dueños de las explotaciones no tienen implementado un plan de prevención "específico".


Una decisión que desde Unions Agrarias creen que pilló a Xunta y Gobierno central “por sorpresa” pese a los años de negociaciones, ya que parecen no haber acordado “ni quién ejercería las competencias” ni cuál sería “responsable del pago de los daños”. “La Xunta no puede cerrar la llave, a día de hoy sigue siendo obligación suya. Tampoco podemos esperar de la Consellería otra cosa porque lleva décadas desentendiéndose del problema, y ahora parece que encontró la excusa perfecta para lavarse las manos”, recelan desde el SLG. En la misma línea, pide a los ganaderos que sigan denunciando los daños y presionando” para que el plan de gestión del lobo “sea de verdad un plan de gestión y no un paso atrás”.


Hasta ahora, las líneas de ayudas, de dos tipos -ayudas por daños y ayudas para la prevención- resultaban “insuficientes”, demasiado dilatadas en el tiempo y no cubren la totalidad de las pérdidas, según los ganaderos. Solo en los últimos seis años, como transmiten desde la Xunta, los lobos se han comido un presupuesto de 4,6 millones de euros “a líneas de ayudas para la adquisición e instalación de medidas preventivas frente a los daños que el lobo ibérico ocasiona sobre las explotaciones agroganaderas”. En este sentido, 2,1 millones han ido parar a estas explotaciones para los planes de prevención; 2,5 millones a las indemnizaciones. El aumento del presupuesto ha sido gradual, desde los 150.000 euros en las convocatorias de prevención de 2016 hasta los 300.000 euros de la convocatoria de este 2021.


Los 300.000 euros de este año se desglosan en “200.000 euros estaban previstos destinarlos para la adquisición de perros protectores y defensores del ganado, pastores eléctricos y cercas móviles de malla electrificada y 100.000 euros para la adquisición e instalación de vallados fijos”.


“Del total de solicitudes recibidas, algo más de 900 cumplen con los requisitos establecidos en las bases de la convocatoria, pero con el crédito consignado solo se podría hacer frente a un tercio de ellas, quedando el resto de posibles beneficiarios sin poder percibir estas ayudas por insuficiencia de crédito presupuestario”, puntualizan desde la Xunta. Esto quiere decir que en torno a 600 solicitantes quedarían fuera de estas ayudas.



“Para atender a la práctica totalidad de las solicitudes de la convocatoria de 2021, la Xunta de Galicia decidió ampliar el crédito presupuestario en más de 600.000 euros y, asimismo, tal y como publica hoy el Diario Oficial de Galicia, amplía el plazo para la justificación de los gastos hasta el 26 de noviembre —inicialmente finalizaba el 9 de octubre—“, añaden. Así, y siempre según las cuentas de la administración, la Xunta está cerca de sextuplicar el presupuesto de 2016.


AYUDAS QUE LLEGAN TARDE, CUANTÍAS INSUFICIENTES...

Pese a los planes de prevención, cada año las pérdidas del sector “superan el millón de euros” según UU.AA., aunque la mayoría de explotaciones “tienen alguna medida de prevención” como perros o cierres. “El gran problema es que con la precaria situación económica que atraviesan sectores como el del vacuno de carne, ovino etc. en muchos casos no hay recursos disponibles para poner en marcha un plan de prevención integral y completo”, subrayan desde el Sindicato Labrego Galego.


“Los informes que el Ministerio ha preparado sobre la puesta en marcha de planes de prevención, y que pretende sean de obligado cumplimiento para incluso optar a las ayudas, hablan de un coste medio de entre 12.000€ y 20.000€ para una explotación media en Galicia, sobre 20-25 vacas nodrizas. Ahora mismo, con la crisis estructural de estos sectores, en muchos casos es inviable que las explotaciones lleven a cabo estos planes de prevención”, comentan.


Los sindicatos, pese a lo que pueda parecer, abogan por la “conservación” del lobo “para las generaciones futuras”, un objetivo alcanzable “con un marco que garantice la convivencia de la actividad ganadera con las poblaciones de lobo, siendo al mismo tiempo fundamental a solidaridad de la sociedad a la hora de compensar las pérdidas que este depredador produce en el ganado, y teniendo que existir medidas de control para los casos de ataques reiterados las explotaciones y situaciones de riesgo para la seguridad de las personas en el rural”.


En el SLG van más lejos al recordar los más de 2.000 ataques documentados al ganado, aunque muchos quedan sin denunciar porque los afectados, ante los mecanismos de la Consellería “no lo ven útil”. Así, el problema final no es con el lobo, sino con “la gestión” que se hace sobre este depredador, un problema “de de prevención y convivencia con la fauna salvaje” que Galicia arrastra desde hace décadas.



“Es esta falta de gestión del territorio por parte de las administraciones públicas, principalmente la Xunta de Galicia, la que está provocando problemas de convivencia con la fauna salvaje como el lobo y el jabalí... La convivencia con esta fauna tiene que existir y es necesaria para mantener el equilibrio ecológico, pero en lugar de quedarnos con el número de ataques del lobo o jabalí tenemos que pensar que al mejor este incremento de ataques es fruto de una nefasta gestión territorial donde fuimos nosotros mismos los que rompimos el equilibrio ecológico”, reconocen. Y mientras los ojos amarillos brillan en la oscuridad.   

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