La USC celebra la graduación de la promoción de enfermería 2018/22, tan necesaria en la lucha contra la Covid-19

Este viernes se graduaron los alumnos del Grado de Enfermería de la Universidade de Santiago de Compostela en un acto solemne para los estudiantes y sus familias.

La enfermería es una de las profesionales más demandadas en la universidad compostelana en un momento de evidente urgencia de dotar de más enfermeros y enfermeras a la sanidad pública gallega.

Graduación de Enfermería | Foto: @UscEnfermeria  

Cientos de alumnos abandonan estas semanas las aulas para cumplir su sueño de convertirse, por fin, en profesionales de Enfermería. Este fin de semana la USC celebra la graduación de la promoción 2018-22, unos enfermeros y enfermeras que cuando entraron en la universidad el mundo era muy distinto a como lo conocemos hoy. Entre medias, una pandemia mundial ha azotado a todo el planeta y ha hecho que su sector sea, si cabe, todavía más importante. 

De los pupitres salen con la lección aprendida y con más experiencia de la que cabría esperar después de dos años complicados. Algunos de ellos fueron los que participaron en cribados durante lo más crudo de la pandemia y sirvieron de refuerzo a una sanidad pública saturada y exhausta. Ahora ellos serán los que, en muchos casos, sean el relevo de los más veteranos, siempre que aprueben los exámenes correspondientes.

PRECARIEDAD E IMPORTANCIA

La importancia de su labor quedó clara en estos dos últimos años, como explicaba hace poco Malules Carbajo, secretaria autonómica de SATSE en Galicia. "Queremos pensar que antes de la pandemia ya nadie lo dudaba pero ahora, después de todo lo sucedido, es algo irrefutable. Las enfermeras y enfermeros somos pilar, referente y motor de nuestro sistema sanitario. Somos agentes de salud, sí, pero también de riqueza y progreso para nuestra sociedad", razonaba.

En esas mismas líneas, Carbajo también desgranó la precaria situación que viven muchos profesionales de enfermería, empujados, en algunos casos, a abandonar el país en busca de oportunidades laborales o, incluso, a dejar la profesión en la que se han formado. "No queremos otra cosa que poder trabajar con suficientes medios y recursos en entornos seguros y saludables que nos permitan realizar nuestra labor sin sobrecarga, tensión y pésimas y precarias condiciones, las cuales, al final, repercuten negativamente en nuestra salud y seguridad y en la de los pacientes", reflexionaba.

"Es cierto que estamos cansados, saturados y desanimados, tras constatar que nuestros responsables públicos y políticos ya se han olvidado de todo lo prometido para mejorar la sanidad y a sus profesionales, pero también lo es que estamos muy orgullosos de nuestra labor asistencial y de cuidados antes y durante la pandemia", dice Carbajo. Ahora es el turno de los nuevos enfermeros y enfermeras, encargados de recoger ese difícil testigo.