Los huelguistas del metal de A Coruña logran la "mayoría" de sus demandas y suspenden los paros

Las asambleas de trabajadores de Comisións Obreiras, CIG y UGT ratificaron el preacuerdo con la patronal del metal de la provincia de A Coruña. 

Quedan desconvocados por lo tanto los paros - tres jornadas de huelgas previstas para hoy, mañana y pasado- tras tres jornadas de huelga en las últimas semanas.

Los proletarios votaron en asambleas, que acabaron entrada la noche del lunes. Por la mañana, se había anunciado un preacuerdo de sus representantes con los empresarios.

"Quedó suspendida la huelga y salió refrendada la propuesta" señalan a Galiciapress fuentes oficiales de CC.OO., que añaden que los asalariados arrancaron a sus empleadores la "mayoría" de sus reivindicaciones.

SUBIDA SALARIAL

¿Cuáles eran estas demandas?  Está pendiente aún una comunicación oficial de las centrales con los detalles, pero la principal era una actualización de las tablas salariales que mantuviese el poder adquisitivo de sus familias. Los huelguistas empezaron demandando una subida del 6,5% para este año y parece que finalmente han llegado a un pacto en el entorno del 4,5%.

A esta "garantía al nivel salarial en el convenio" se añaden otras mejoras, como un día más de vacaciones, una reducción de la jornada y la obligación de que las empresas de subcontratadas para el mantenimiento subroguen a los trabajadores.

Concluye así uno de los conflictos laborales más importantes de los últimos años en Galicia, que afectaba a compañías tan importantes como Navantia Ferrol o Aluminios Cortizo. Más de 16.000 trabajadores están afectados por el convenio del sector siderúrgico, que ahora se debe formalizar. 

El acuerdo llega tras seis jornadas de huelga, no consecutivas. Los paros paralizaron la mayoría de los polígonos de la provincia. También se produjeron incidentes, aunque no de gravedad, y hubo una detención de un piquete.

CRÍTICAS DESDE LA CGT

No todos los sindicatos están de acuerdo con lo firmado. La CGT de Navantia Ferrol, indica que en la práctica el convenio supone un recorte salarial, pues la inflación anual es mayor a la subida de salarios pactado. 

El colectivo anarquista prefería no firmar y coordinarse con otras provincias -recientemente hubo conflictos en el metal en Cantabria y Cádiz, entre otros lugares- de cara a una huelga estatal.