No tiene que ser sólo cosa de hombres

Laura Yañez Bastos

Malditosbastardosfotogramapeliculamujer

Hay indicadores como el test de Bechdel que nos demuestran el machismo imperante en el cine. Se basa en tres pruebas que la película tiene que superar para “no ser sexista”: que haya al menos dos personajes femeninos con nombre propio, que hablen entre sí, y que la conversación no gire en torno a un hombre. Las películas que a lo largo de la historia se han consagrado como las más valoradas por la crítica, como El Padrino, Pulp Fiction o Cadena Perpetua, no superan el test.


Actualmente no hay ninguna película en la cartelera de los cines de Santiago de Compostela que esté dirigida por una mujer. Y no es porque seamos menos creativas o menos inteligentes (a pesar de que haya individuos que no duden en afirmarlo ante toda Europa), es por la sencilla y única razón de que lo tenemos más difícil que los hombres para triunfar en esta industria. Pero este hecho no se reduce al audiovisual, es algo que se repite en todas y cada una de las facetas de la vida. Parece que tenemos que aceptar que se nos trate de forma distinta.


En el mundo del cine solamente un cuarto de los trabajadores son mujeres, y sus papeles tanto delante como tras las cámaras, están sumamente estereotipados y sexualizados. Como actrices, da la sensación de que tienen que aceptar que van a ser juzgadas casi exclusivamente por su físico más que por su talento interpretativo. 


En los aspectos técnicos, el porcentaje de mujeres está muy por debajo del de hombres, y los únicos campos en los que hay mayoría femenina son vestuario y maquillaje/peluquería, perpetuando el rol de la mujer y además con porcentajes altísimos (según datos de 2016 92% y 75% de mujeres, respectivamente). Y no es algo que tienda a igualarse con los años, al contrario, la diferencia ha ido aumentando.


En Hollywood la situación es para echarse a llorar. En ochenta y nueve ediciones solamente han estado nominadas a Mejor Dirección cuatro mujeres. Y de ellas, solo ha ganado el premio Kathryn Bigelow en el año 2010 por En tierra hostil, una película sobre soldados estadounidenses en Irak que ni de lejos ha tenido la repercusión que sí han tenido las ganadoras de otros años. Basta con ver el fenómeno La La Land de los últimos meses, por ejemplo.


En los Premios Goya, este año ninguna mujer optaba al Goya por Mejor Dirección. De hecho, en treinta y una ediciones solo tres mujeres lograron este galardón: Pilar Miró, Icíar Bollaín e Isabel Coixet, y la última fue hace doce años. Sin embargo, leyendo los nombres de los nominados a mejor director novel, una se da cuenta de que todos los años hay alguna mujer nominada, y se pregunta por qué ninguna de estas mujeres logra tener la proyección suficiente como para llegar a convertirse en una directora consagrada. Y no, esta situación no se va a resolver porque a Dani Rovira le salga de los tacones.


El pasado miércoles se celebró el Día de la Mujer. Hubo movilizaciones feministas reivindicando la igualdad en toda España, y el cine es simplemente un ejemplo de por qué son necesarias estas reivindicaciones.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores

Galiciapress
Plaza de Quintana, 3 15704 Santiago de Compostela
Tlf (34)678803735

redaccion@galiciapress.es o direccion@galiciapress.es
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR POMBA PRESS,S.L.
Aviso legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial - Publicidad
Powered by Bigpress
CLABE