Javier Castillo presenta 'El susurro del fuego': "Cuesta más sorprender con tramas, hay que hacerlo con la mirada"
Javier Castillo es uno de los escritores superventas de la literatura nacional y este 25 de diciembre miles de arbolitos ocultarán envueltos en papel de regalo ejemplares de su último bombazo, 'El susurro del fuego', su primera novela ambientada en territorio nacional. Pese a los millones de ejemplares vendidos, al éxito de las series que adaptan sus novelas o al reconocimiento de sus miles y miles de fans, Castillo dice que siempre se sorprende cuando alguien lee su libro porque espera que el siguiente sea "el del batacazo": "Siempre tengo la sensación de que mi siguiente libro no le va a gustar a nadie". Con motivo de su visita a Santiago de Compostela, el autor malagueño atiende a Galiciapress para hablar de su nuevo éxito, de la acogida de la serie 'El cuco de cristal' y de su proceso para componer thrillers.
Sigues con tu recorrido de presentaciones con parada este diciembre en Santiago de Compostela. ¿Qué respuesta te estás encontrando de los lectores?
¡Está siendo muy bonito! Creo que es una de las novelas que, a quien la comprende y entiende el mensaje de fondo, porque obviamente es un thriller que tiene oscuridad y demás, pero toda esa gente que vive la historia desde dentro y que comprende el mensaje que late ahí dentro y que es ese fuego, esas ganas de vivir, esa pregunta de fondo… la verdad que está siendo abrumador. Estoy escuchando historias y lectores que vienen a decir que es su novela favorita, que es la novela que más les ha tocado de todas. Al mismo tiempo, obviamente cuando hay gente que solo busca oscuridad, thriller, ritmo, están diciendo: “Oye, no es la novela más oscura de Javier Castillo, no es la más macabra, no es el Javier Castillo que conozco”.
Pero, al mismo tiempo estoy llegando a lectores nuevos de una manera preciosa, diciéndome que esa emotividad ha conectado muchísimo con ellos, hasta el punto de desplazar el resto de mis libros y convertirse como en ese ejemplo de mensaje de fondo escondido dentro de una novela, que yo creo que es el más importante que he escrito. Está siendo súper, súper bonito
En esta ocasión invitas a los lectores a un viaje a las Islas Canarias, la primera vez que te atreves a ambientarla en territorio nacional. ¿Qué te motivó a contar esta historia y a elegir Tenerife como escenario?
Llevo mucho tiempo queriendo crear una historia que hablase sobre ese fuego interior que todos tenemos y que con el tiempo se va apagando poco a poco.A mí me pasa que me encuentro mucha gente que vive la vida de manera apagada, que no encuentra la motivación. Está en el trabajo u está pensando en estar fuera; está con los niños y está mirando el móvil; está con los amigos y no está... No sé, como que poco a poco nos estamos olvidando de vivir.
Y tenía esa pregunta que me acompañó durante mucho tiempo que es, ¿qué pasa cuando aplazamos la vida? ¿Y qué ocurre cuando creemos que siempre habrá tiempo, cuando postergamos estas decisiones, los abrazos, las palabras? Y tenía ganas de escribir esa historia que aunase lo que a mí me inquieta y, al mismo tiempo, este gran mensaje. Es una historia que trata sobre el miedo a vivir.
Aquí abordas temas como el amor fraternal, con ese aura de suspense que imprimes a todas tus novelas, o la muerte y las ganas de vivir, algo que vemos en un paciente oncológico como Mario. Supongo que son emociones que interpelan de forma muy directa a muchos lectores.
Completamente. Quería escribir una novela que avanzase intentando encontrar respuestas a un enigma, pero que se encontrase preguntas. Preguntas incómodas, necesarias, que fuese una especie de recordatorio de que la vida no te avisa, de que el tiempo no pide permiso, y de que hay oportunidades que solo pasan una vez. Quería que la historia fuera eso.
Tiene también ese tema de fondo de la emotividad de Mario y del drama que vive por su cáncer, pero que, de repente, incluso pasa a un segundo plano en cuanto se da cuenta de que hay algo que le importa mucho más, y que no es solo morirse, sino es también ver la lección que le iba a dar su hermana con este viaje a Canarias y esta vitalidad que le quería infundar. De modo que eso es lo que tú dices, hay muchos temas escondidos de fondo, al margen de ese misterio por descubrir: qué pasó con Laura, qué sucedió durante ese viaje que tenían planeado y que se había interrumpido… Hay muchísimos temas, sí, está el suicidio, está el dolor, está la fe, la religión, la ciencia… Yo creo que es una novela en que se mezcla en todos los elementos de manera más compleja.
De igual forma que para que exista la oscuridad tiene que existir la luz, ¿crees que solo la belleza puede existir si también hay horror? Porque parece una constante esa forma de estrechar lazos a través del trauma como hilo conductor.
sin duda. Además, yo creo que el contraste, especialmente en un libro, es lo que hace que nos demos cuenta de las diferencias de una cosa y de otra. En este libro no se habla solo del dolor, sino de la urgencia, de tener la sensación de que cuando experimentamos algo, solo lo valoramos cuando tenemos la sensación de que lo vamos a perder. Yo sé que es una frase esa de solo valorar lo que tienes cuando lo pierdes, pero que está mucho más representada en esta historia, porque te das cuenta de que la vida no es solo caminar por ella y decir: “Estoy sobreviviendo”. La vida se trata de experimentarla y de sentirla.
Al mismo tiempo, en este viaje obviamente te entretienes, estás comiéndote la cabeza todo el tiempo para preguntarte, ¿pero quién hizo esto? ¿Por qué le pasó esto a Laura? ¿Cuál es el misterio? ¿Por qué pasó por tal sitio? ¿Por tal gasolinera a tal hora con el coche? Y, de repente, dentro del enigma, se mezcla todo lo demás y se convierte en ese gran golpe que hace contrastar una y otra vez la belleza con el dolor, la vida con la muerte, la ciencia con la religión, y tienes todos estos choques de ideas opuestas que hacen que todas encajen a la perfección.
Incorporas también cuestiones científicas, como las particularidades del programa Quijote, que tanto sonará a los amantes de la astronomía. Supongo que, en un mundo tan puntilloso como en el que vivimos, habrá sido necesaria una documentación muy metódica para encajar todas las piezas que propones.
La parte de la ciencia me fascinaba. Me fascina leer sobre ciencia, sobre astronomía, sobre astrofísica…es un tema que siempre he tenido ahí de fondo. En algún momento, surgirá un personaje con el que pueda hablar de todo este camino y me fascina. Era la ocasión perfecta. En Canarias está el Observatorio Astronómico del Teide, que ya me servía como punto de lugar en el que Laura trabajaba y estudiaba. Me metí de cabeza para que participase en uno de los proyectos más fascinantes que hay, que es el de mapear la radiación de fondo del universo para descubrir qué esconde. Me parecía divertido jugar a descubrir algo junto con ese proyecto y que Laura fuese mucho más relevante.
Con su descubrimiento lo que nos hace es hacernos más pequeños todavía en una novela que trata de reforzar esa historia, esa idea de que en realidad somos un absoluto grano de arena en la existencia de nuestro mundo y la existencia del universo, y que nuestros problemas son absolutamente diminutos. Eso hace que relativices mucho más lo que te ocurre y consideres que no todas las tragedias que pasan en tu vida son dramas y tienes que experimentarlo, pero que no son realmente tan importantes como nosotros pensamos. Y eso hace que, al hacerte tú mismo tan pequeño, nuestro universo sea más pequeño, con lo que descubre Laura, eso refuerza muchísimo más el mensaje de que aproveches la vida porque no importa los errores que cometas. Se trata de vivir y aprovechar esta oportunidad que tenemos.
La novela recuerda también un poco al juego que propone Dan Brown en ‘Ángeles y Demonios’, con la ‘Partícula de Dios’ como ese elemento para enfrentar a ciencia y religión. En principio parecen dos términos contrapuestos, pero en ‘El susurro del fuego’ son casi dos caras de la misma moneda que encarna Laura.
Ella está llena de contradicciones. Es muy científica, pero al mismo tiempo se ha vuelto religiosa con la vida por las grandes preguntas para las que no encuentra respuesta. Eso es fascinante porque, cuando no encontramos respuesta, es cuando nos volvemos más receptivos, más espirituales. Me parece un tema fascinante para lanzar ese mensaje de que no se trata de separarnos y dividirnos en trozos. Estamos compuestos de preguntas con respuesta y preguntas sin respuesta.
Cualquiera de las dos maneras de afrontar la vida es válida, porque al final, conforme vayas leyendo la novela, vas a ir descubriendo que la solución no está en una de las dos particularmente, porque Laura se encuentra completamente abandonada en las dos soluciones por sí sola, pero, de algún modo, comprende que la respuesta puede estar en en el momento en que están las dos juntas. Me fascinaban esas contradicciones. Al personaje de Laura lo conocemos por lo que recuerdan las demás de ella, los momentos en los que la vemos, y habla pocas veces al inicio de la historia, pero luego todo lo demás es como se convierte en el personaje, que tienes que conocer y descubrir para saber cómo era y qué hizo.
"SIEMPRE ESTÁ LA SENSACIÓN DE QUE ES EL ÚLTIMO DE QUE QUE SERÁ EL GRAN BATACAZO"
Si echamos un vistazo a la estantería de más vendidos, encontramos un predominio de novela histórica y thriller. Está claro que es un género que vive un gran momento, con una producción constante. ¿Es cada vez más difícil ser original en este mundillo o hablamos de una fuente inagotable?
Yo lo tengo clarísimo: cada vez es mucho más difícil. Creo que por eso el tema, el estilo, la voz propia, son tan importantes. Reivindico mucho la figura de tener tu propia voz, no imitar a nadie, no tratar de acercarte a las voces de otros autores, porque en realidad nadie es mejor que uno mismo siendo uno mismo. Hay que intentar dejarse todo, porque cada vez es más difícil sorprender con tramas. De modo que lo que tienes que hacer es sorprender con tu mirada, que es única, y construir el tipo de thriller que tú crees que nadie ha escrito, ya no solo con el tema, sino con tu manera de hacerlo, que cada uno tiene su voz propia, su lenguaje propio, sus inquietudes propias.
Esta novela, por ejemplo, no la podría haber escrito otra persona, porque otra persona no ha pasado por mi momento vital en el que pensaba, donde todo es muy frágil, todo se desmorona, no estaría fascinado por la ciencia, ni por la astronomía, de modo que tampoco podría crear el personaje de Laura con esa complejidad que tiene. En realidad, nuestra mirada, nuestra historia personal, está tan llena y es tan variada que eso hace que sí que haya mucha variedad en el thriller, pero al mismo tiempo que las tramas se vuelven menos importantes. Lo importante está en esa mirada única que cada uno de nosotros tenemos porque estamos condicionados por nuestra propia vida, nuestro gusto y nuestra historia.
Hace poco leí una entrevista en la que decías no creerte todavía tu éxito. ¿Sigues arrastrando ese “síndrome del impostor” pese a vender dos millones y medio de libros?
En cada libro. De verdad. Cuando estás aquí, delante del ordenador la sensación es que es el primer libro que escribes, porque en cada libro, yo al menos, intento crear algo muy único que yo mismo no haya escrito, probarme con esquemas nuevos, voces nuevas, intento sorprenderme a mí mismo y en cada libro tengo la sensación de que nadie lo va a leer, de verdad lo digo.
Tengo muy claro lo que a mí me gusta, pero es imposible descubrir lo que a la gente le va a gustar. Uno se tiene que entregar a crear el mejor libro que sea posible y no pensar en que lo vaya a leer nadie más. Por eso siempre tengo la sensación de que mi siguiente libro no le va a gustar a nadie, o el anterior, y siempre me pasa, en cada libro tengo como ese vértigo de ‘ojalá guste’, pero tampoco lo puede saber y nadie. Creo que ningún autor sabe en realidad lo que está haciendo, que va como a ciegas cogiendo ideas de esta nube que a todos nos persigue, buscando que a la gente le atrape y le fascine con lo que ya sabes hacer, si es estructurar mejor o tener esa narrativa de una manera distinta, pero siempre da vértigo y siempre tienes la sensación de que es el último, de que el siguiente será el gran batacazo.
A lo mejor una de las claves de tu éxito es el trato al lector. Recuerdo asistir a una firma de libros en Salamanca, en 2024, donde la cola para verte daba la vuelta a la manzana, literalmente, y hasta que no atendiste al último la librería no echó la persiana. En otra ocasión, se hizo viral como encargaste comida para todos los que guardaban cola esperando a verte. Esos detalles también dicen mucho.
Al final, de verdad lo digo, todo se trata en ser una persona normal, no sentirte más que nadie, no sentirte ninguna estrella. Se trata de tener humanidad, empatía… Hay gente que viene a una firma y empieza a hacer cola a las 3 de la tarde, son las 11 de la noche, y no se ha quitado de la cola para que le firme el libro. Entonces piensas: “Jolín, es que no se ha movido y lleva 5 o 6 horas esperando, qué menos que se vaya cenado o tomarse una hamburguesa”. Imagínate que digo que no, que firmo solo hasta las 10, y una persona que lleva 6 horas esperando para nada. A mí eso me parecería inhumano. Trato siempre de devolverle a la gente esta humanidad que yo creo que falta tanto.
Y creo que cada vez más escritores se están sumando a esto de no cerrar la firma, de no irse hasta que esté el último, de tratar a la gente mirándolos a los ojos. Me parece un movimiento precioso, en el que los lectores son el centro del mundo del libro, y los escritores estamos ahí para crear historias y agradecerles que le den vida con cada lectura. En realidad, se trata simplemente de tener empatía con la gente que te espera y que te lee.
Al final, ese mensaje de “vivir el momento porque todo puede cambiar” que acompaña el libro es tan vitalista como aterrador, pensando que la vida es muy muy frágil y volátil. ¿Dedicas tiempo a pensar en todos esos posibles futuros?
Sí, lo hago, estoy continuamente planteándome el porqué de las cosas, el buscarles sentido, intentar caminar hacia adelante mirando qué quiero hacer, qué quiero conseguir. El secreto de vivir una vida plena es planear la vida como si no te fueras a morir nunca y luego actuar como si te fueras a morir mañana. Si tienes un plan, como escribir novelas y que en 10 años las adaptaciones lleguen a todo el mundo, ¿qué tengo que hacer hoy? Si me fuera a morir mañana, pues escribir el mejor párrafo final de la historia que estoy escribiendo ahora mismo. ¿Por qué? Porque si me fuera a morir hoy, tengo que escribir la mejor locura que estoy escribiendo. De repente te tomas cada día con esa intensidad y te acercas más a tus planes. Y si un día alguien chasquea los dedos por ahí arriba y se acaba tu partida, tienes la sensación de que has aprovechado cada momento, aunque haya cosas que se te hayan quedado por hacer, tienes la sensación de haber dicho a la gente que te quiere que la quieres, de haber reído con tus amigos, de ser mucho más pleno y consciente de todo. Y agradecido, sobre todo
SERIES DE PRESENTE...¿Y DE FUTURO?
Mencionas las adaptaciones y es obligatorio preguntarte también por ‘El cuco de cristal’, el último bombazo del audiovisual nacional que lleva tu firma. Parece que mucho de lo que escribes se presta a la pequeña y gran pantalla. ¿Puede ser el caso de ‘El susurro del fuego’?
Estoy muy ilusionado con la acogida que está teniendo la novela, con esa vitalidad que transmite y que está llegando poco a poco a los lectores, muy centrado en que la gente disfrute el libro. Luego, si llegamos, trabajamos en la adaptación y vemos que tiene sentido y que se puede hacer, la haremos. La intentaremos hacer y ojalá. Pero, de momento, estoy celebrando la acogida del libro y también celebrando la locura que está pasando con el ‘El cuco de Cristal’, que se estableció en el top 10 de series más vistas del mundo.
Es una auténtica locura, un verdadero sueño, en un momento en el que se estrenan series como Stranger Things ha sido como una locura esta mega acogida que está teniendo. Creo que el mensaje que queda de fondo es que en España hacemos un tipo de thriller que es muy universal, capaz de conectar con gente de muchas culturas distintas, como pasa en Netflix, que son 190 países, 300 millones de cuentas, casi mil millones de personas por detrás...pero nuestra manera de ver el thriller es muy única, muy a la española, más emocional, más vinculado a los personajes que están rotos y que se van reconstruyendo poco a poco, con esa emotividad que llega muy lejos. Ya pasó con ‘La chica de nieve’ y ahora con ‘El cuco de cristal’. Está siendo precioso porque, en realidad, cuando piensas cómo funciona la adaptación, porque haces la adaptación con la ilusión de que funcione en tu propio país, y de repente el algoritmo se lo empieza a enseñar a la gente fuera y la gente la ve y la disfruta y la empieza a recomendar, es un sueño cuando eso pasa.
Sí, acaba siendo número uno en Eritrea, a lo mejor.
Sí, sí, ahora mismo no sabría decirte dónde está porque no lo tengo, pero es una auténtica locura los países en los que acaba llegando. Nueva Caledonia, Tailandia… no sé, la verdad es que es una sorpresa.
Nos has acostumbrado a esperar un libro al año con la firma de Javier Castillo. ¿Hay ya algún boceto en la mesa de trabajo o algo a lo que nos podamos agarrar para 2026?
Hay un esquema, una idea con la que estoy trabajando que, obviamente, será un thriller. Será distinto, mucho más oscuro que este último que he escrito y mucho, mucho más oscuro. Ojalá que me dé tiempo para terminar para el año que viene. Siempre lo intento y mi día es escribir o estar con mi familia, de modo que intentaré llegar. Pero bueno, cuando ya vea que queda poco, pues quizá el final es 2026 o a lo mejor imagínate que requiere algo más de tiempo y es 2027. No pasaría nada. Lo ideal es que sea el mejor libro posible y ya está.
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