Las derechas y los impuestos

"Es una buena noticia que se bajen impuestos, la contraria es subirlos" (Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia)

El señor Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, viene de sumarse al coro de presidentes

de comunidades autónomas, que también son dirigentes del Partido Popular (PP), que están haciendo de la bajada de impuestos una de sus banderas principales, adoptando así una estrategia fiscal que apenas tiene parangón en la Unión Europea, donde la mayoría de los gobiernos -que son mayoritariamente de derechas- apuestan por subir impuestos para, en esta coyuntura tan difícil donde la recesión es una amenaza cierta, atender las necesidades crecientes de ayudas por parte de las familias, las empresas y las administraciones públicas.

Delante de una decisión de este tipo que choca con las necesidades actuales conviene hacer público que una rebaja de impuestos en un momento recesivo como el presente traerá como consecuencia, como así lo demuestran todas las evidencias, un recorte en el gasto de las funciones públicas de bienestar -con el impacto que, por caso, estamos viendo en Galicia en la sanidad y en la atención pública a los mayores-, una caída en paralelo de los empleos y un incremento de las deudas públicas y privadas.

Una bajada de impuestos que, además, parece querer ocultar que España, y con ella

Galicia, es uno de los estados de la Unión Europea con menor presión fiscal (37,5% frente a 41,3% de media en la UE), lo que no impide que sea también uno de los más injustos fiscalmente -ya que son las rentas del trabajo las que sostienen básicamente el sistema: 75%- y con mayor fraude fiscal -que en un 90% procede de las rentas altas-. En este marco sorprende que el Partido Popular (PP) defienda una bajada en los impuestos en vez de, por caso, un mayor equilibrio fiscal y una importante reducción en el fraude. Sorprende también que no muestre preocupación por el impacto que tal bajada tendrá en las deudas tanto públicas cómo privadas.

La sorpresa es menor si vemos que la principal rebaja tributaria que el señor Rueda y sus

compañeros de partido (PP) defienden afecta al patrimonio, a los grandes patrimonios.

Una decisión que comporta incrementar una desigualdad fiscal ya elevada pero que

resulta coherente con la ideología de un partido que se alimenta de la corrupción y el fraude fiscal al tiempo que privilegia los intereses de las clases de rentas altas.

Conviene repetir, una vez más, que como podemos comprobar a través de los informes

internos de la Unión Europea, son los estados con mayor y equilibrada presión fiscal y menor fraude fiscal los que disfrutan de una mayor calidad de vida, una mayor productividad, un menor desempleo, una mayor renta per cápita y también menores deudas lo que les permite soportar mejor las recesiones económicas. Evidencias que ponen a cielo abierto los errores de los dogmas tributarios neoliberales que solo benefician las rentas más altas pero que contribuyen a las recurrentes recesiones.

Para finalizar, subrayar los objetivos y finalidades que tienen los tributos en una economía capitalista. Los impuestos sirven, por caso, para financiar la producción de bienes y de servicios que no cubren el mercado y la iniciativa privada. Sirven también para conseguir un mayor equilibrio en las rentas y una menor desigualdad. Finalmente, los impuestos tienen además un efecto estabilizador en la economía ya que, como demuestran todas las evidencias, es el gasto público quien tira del gasto privado contribuyendo así a un incremento de la renta nacional. Evidencias que también demuestran que la defensa de una bajada en los impuestos es una opción ideológica que apuesta por un determinado tipo de sociedad: desigual, con grandes déficits sociales, escaso empleo, muy endeudada, escasamente competitiva...