Federalismo y plena potestad tributaria

¿Tiene sentido el nacionalismo gallego en el siglo XXI en una Unión Europea en permanente desenrollo y cada día menos democrática? ¿Tiene sentido un partido político como Coalición Galega en este mismo siglo XXI, aquí, en Galicia? Va ya para siglo y medio que las tres provincias vascongadas y el antiguo Reino de Navarra comenzaron a gestionar sus haciendas autónomas.

En plena Restauración después de la Primera República, Cánovas del Castillo, jefe de gobierno en aquellos tiempos, era un firme partidario del Estado unitario y centralista, pero quería hacer algunas cesiones a las élites vascas, tan poderosas en vísperas de la que sería la segunda revolución industrial española.

Antonio Cánovas venía de diseñar la Constitución de 1876 para garantizar la paz civil después de un montón de golpes de Estado y venía también de aplicar una reducción de los privilegios territoriales contenidos en los Fueros. Hoy, 150 años después, nos encontramos en una tesitura semejante.
 

Como decía recientemente el profesor Nuñez Seixas y otros colegas, es un error pensar que las provincias forales salen del franquismo con sus regimenes fiscales particulares. Fue una decisión de los gobernantes de la transición democrática. 

Hay quien dice que este privilegio se le ofreció también a la naciente Autonomía Catalana, pero parece ser que el Sr. Pujol la rechazó. Y también hay quien dice que fue un error ofrecer esto al PNV para que se decantara plenamente por el camino constitucional, porque después no estuvo a la altura de las circunstancias. Y llegamos ahora con la nacionalista madrileña Sra. Ayuso y el Sr. Salvador Illa en Cataluña al llamado cupo catalán.

Un sistema generalizado de conciertos en las autonomías llevaría al federalismo, que no es otra cosa que lo que nosotros venimos defendiendo primero como Partido Galeguista desde 1931 y ya desde mediados de los años 80 como Coalición Galega.
   

Defendemos también los principios humanistas, liberales y el derecho a la autodeterminación, al igual que exigimos la plena potestad tributaria originaria acerca de todos los hechos imponibles que se produzcan en Galicia.
 

Un vasco o un navarro cuando se dirigen a la administración no lo hacen en términos de sumisión, sino en términos positivos, y esto es porque tienen una administración recaudatoria que les puede aportar soluciones, ya que dispone de dinero y no tiene que estar pidiendo limosna continuamente a las administraciones autonómicas o central. Falta ahora saber el grado de simetría o asimetría que de aquí en adelante, entre todos, somos quienes de conquerir hasta alcanzar un pleno poder tributario.