El incendio de Vilardevós (Ourense) lleva ardiendo cuatro días y ha quemado lo equivalente a 800 campos de fútbol
El incendio de Vilardevós comenzó a las 23:04 horas del viernes 1 de agosto en la parroquia de Terroso, Ourense. Las autoridades indican que tuvo cuatro focos desde el inicio, por lo que parece provocado. Acaban de darlo por controlado, pero sigue activo en plena ola de calor. El de Ponteceso, que también quemó más de 500 hectáreas, acaba de ser declarado extinguido. Tras un inicio de año tranquilo, julio está trayendo un nivel de incendios alarmante.
El grave incendio forestal declarado el pasado viernes en el municipio ourensano de Vilardevós ha quedado por fin controlado después de calcinar, según los últimos datos de la Consellería do Medio Rural, unas 570 hectáreas de superficie. El fuego, que mantuvo en vilo a la comarca durante todo el fin de semana, fue dado por controlado a las 21:47 horas de este lunes, culminando así una jornada de intensos trabajos de extinción y vigilancia.
La importancia del siniestro obligó a que desde el domingo a las 22:15 horas se desactivase la Situación 2, medida excepcional adoptada por las autoridades gallegas ante la grave amenaza a los núcleos de población cercanos. Este nivel de emergencia suponía que el fuego estaba a punto de afectar directamente a viviendas habitadas, generando máxima preocupación entre los vecinos y todas las instituciones implicadas en la respuesta.
Confinamiento por precaución
Durante las horas críticas del incendio, fue necesario confinar a los vecinos del núcleo de Dona Elvira debido a la proximidad de las llamas. Del mismo modo, el confinamiento alcanzó al propio núcleo de Vilardevós como medida de precaución ante la aparición de elevadas columnas de humo y la posibilidad de que el frente del incendio avanzase de manera impredecible. Según confirmó la alcaldesa del municipio, Eva Pérez Gamote, la decisión fue tomada para protección de los habitantes y evitar riesgos innecesarios, ya que las condiciones meteorológicas durante las horas nocturnas, sumadas a la sequedad de la vegetación, dificultaron la contención del fuego en varias ocasiones.
La gravedad de la situación motivó el despliegue de un amplio dispositivo de emergencia, en el que sobresalió la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME), que desplazó hasta la zona a un total de 70 efectivos y 34 medios especializados, tal y como precisó la Delegación del Gobierno en Galicia. La participación de la UME resultó fundamental para contener la expansión del incendio en su fase más crítica, así como para garantizar la seguridad de las áreas habitadas amenazadas por las llamas.
Junto al operativo militar, los recursos movilizados incluyeron 57 agentes forestales, 12 técnicos, 77 brigadistas, 51 motobombas, seis palas, 12 helicópteros y 12 aviones de extinción. Este amplio despliegue evidencia el nivel de riesgo alcanzado por el incendio y la preocupación existente entre las autoridades gallegas por evitar consecuencias similares a las sufridas en anteriores temporadas estivales, marcadas por grandes incendios en la provincia de Ourense y el sur de la comunidad.
Las autoridades autonómicas insisten, por su parte, en la necesidad de extremar las precauciones en todo el sur de Ourense, tradicionalmente una de las zonas más castigadas por los grandes fuegos estivales en Galicia. Hay que recordar que parte de la provincia está en alerta roja por calor.
El fuego quemó en julio en España casi las mismas hectáreas que en el resto del año, con el Noroeste más afectado
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