Encuesta Galicia: la izquierda bate otra vez a un PP herido por el avance de Vox

Cierto es que los de Alberto Nuñez Feijóo se recuperan un poco tras dos oleadas a la baja, pero el rebote es pequeño, no llega a un punto. Esta mínima recuperación se produce a la vez que el cajón de sastre de abstención, voto en blanco y nulo experimenta un importante retroceso, casi seis puntos.

En el análisis del barómetro anterior habíamos dicho que se apreciaba una clara correlación inversa entre abstención y similares e intención de voto al PP. Es decir, que el voto oculto en Galicia es fundamentalmente conservador.

La ultraderecha gallega a punto de romper el muro

Sin embargo, las cifras de esta oleada parecen contradecir tal afirmación, o al menos la debilitan. ¿Si muchos de esos indecisos no han vuelto al PP, a dónde han ido?

Pues a Vox. El partido ultranacionalista español cosecha un enorme alza. Duplica su porcentaje de la oleada de octubre, casi batiendo su récord este año. 

Se confirma así lo observado a nivel estatal y en el desglose, también estatal, de la transferencia de votos. En España, un 15% de los que dicen que votaron al PP ahora dicen que votarían a Vox. 

En definitiva, una de los mayores éxitos del PPdeG, ser capaz de construir un muro para preservar su casi monopolio la representación de la derecha en Galicia, se está resquebrajando y esto puede redibujar de manera profunda el panorama político del país, amenazando la capacidad de los conservadores de cosechar mayorías -y gobernar Galicia- en solitario.

Si Vox ya estuvo a punto de sacar un escaño en las generales de 2023 con un 4% de los votos, es imposible que si mantiene ese 12% no logre algún escaño en las generales. Sumar, con un 10%, consiguió dos.

Sumar sige sin opciones, ¿pactar con el PSOE es la solución?

Por la izquierda, el panorama muestra a un PSOE avanzando. Lentamente, menos de dos puntos en esta oleada, eso sí, y sin llegar todavía a los porcentajes de intención de voto de principio de año. El 23% actual está todavía lejos del 28% con el que empezaron en 2025. Está claro que los escándalos de corrupción les siguen pasando factura, aunque no tanto como cuando estallaron, allá por primavera.

La curva del BNG es más irregular que la del PSOE pero tiende, en términos generales, al alza, pese al retroceso de casi dos puntos esta oleada desde las cifras de octubre, que fueron las mejores del año. En todo caso, los de Ana Pontón acabarán, salvo sorpresa, con unos niveles de apoyo superiores a los de inicio de año. Una parte del desgaste socialista alimenta la caldera de la locomotora nacionalista.

La izquierda rupturista sigue peleando por migajas. Ni el 3,5% de Sumar ni el 1,5% de Podemos les otorgan posibilidades de entrar por la disputa de algún escaño en Galicia. 
 

Esto implica que Sumar debe hacerse una pregunta. ¿Tiene sentido arriesgar que Yolanda Díaz se quede fuera del Parlamento si se presenta, como en los pasados comicios, por A Coruña? 
 

Una cuestión que entronca con los rumores de las últimas semanas, sobre un posible pacto entre el PSOE y Sumar para que los morados no se presenten en las circunscripciones donde parece que no tienen opciones, como, según los sondeos, es el caso de las cuatro provincias gallegas. A cambio, podrían constituirse listas únicas de PSOE y Sumar en esas provincias.

Migajas también es lo que cosecha SALF. Los de Alvise Pérez se quedan en un 2,2%, muy lejos de aquel 5% con el que debutaron en primavera. 
 

Con todo, si sumamos los porcentajes de Vox, 12,4%, con los del agitador ultra, obtenemos una cifra muy similar a la intención a la intención de voto del Partido Popular. Otro indicio más de que el cambio profundo que se consolida en la derecha española empieza a llegar con fuerza a Galicia. 

Vox, que a nivel España empezó el año en el 11%, anda por el 17%. El PP estatalempezó en el 33% y repite en torno al 30%, su mínimo del año.
 

Los ultranacionalistas españoles son los favoritos a nivel de estado tanto entre la población menor de 44 años como en el conjunto de la población masculina. El ascenso de Vox no es solo el producto de un apoyo masivo y volátil por parte de hombres muy jóvenes. Es mucho más sólido y por vez primera amenaza seriamente la hegemonía del PP en Galicia.