Pontevedra relanza el proyecto para combatir la soledad no deseada que ya cuenta con "cinco experiencias exitosas"
El Ayuntamiento de Pontevedra ha presentado este lunes en rueda de prensa el balance de la primera fase del programa Vida Compartida, una iniciativa conjunta con la ONG Boa Vida destinada a combatir la soledad no deseada y a ofrecer alternativas habitacionales a personas en situación de vulnerabilidad.
El proyecto, que comenzó hace un año en varias parroquias del municipio, se ampliará en 2026 al casco urbano tras los primeros resultados positivos.
La concejala de Benestar Social, Anabel Gulías, destacó que se trata de "un proyecto riguroso y realista, a medio y largo plazo, que afecta a la vida de las personas". En la misma línea, Pepa Vázquez, coordinadora de Boa Vida, subrayó que la iniciativa aborda cuestiones esenciales como el modo de envejecer, el apego y la convivencia: "Hablamos de personas y eso lleva tiempo".
El programa nació con el doble objetivo de atender al creciente número de personas que viven solas de forma involuntaria --por edad, enfermedad, discapacidad, rupturas familiares o jubilación-- y también ofrecer soluciones ante la crisis residencial y la escasez de alquileres accesibles.
La primera fase se desarrolló inicialmente en Cerponzóns, Santa María de Xeve, Santo André de Xeve y Salcedo, y a lo largo de 2025 se extendió a otras parroquias del municipio.
Tras un trabajo de campo en colaboración con asociaciones, los servicios sociales municipales y el Sergas, Boa Vida localizó a 55 personas potencialmente beneficiarias: 40 con vivienda propia y 15 en busca de un hogar.
A partir de ahí, se organizaron talleres socioafectivos para propietarios interesadas en acoger y para posibles convivientes, con el fin de proporcionar herramientas para mejorar habilidades sociales y promover una convivencia positiva.
Uno de los retos más importantes detectados ha sido la desconfianza a la hora de compartir vivienda con personas desconocidas. Por ello, el programa incluye un período de prueba tutelado y sin compromiso, además de un acompañamiento continuado para garantizar la adaptación y la seguridad de ambas partes.
Aun así, Boa Vida confirma que ya existen "cinco experiencias exitosas". Se trata de tres convivencias estables en viviendas compartidas y de dos alquileres "éticos". Además, algunas personas que continúan viviendo solas han comenzado, gracias al programa, a ampliar su vida social y tejer redes de apoyo.
Según los primeros datos, las personas acogedoras suelen ser jubiladas o con problemas de salud que no implican dependencia; las personas acogidas, en cambio, suelen enfrentarse a desempleo, trabajos precarios o economía informal, inmigración o salarios muy bajos. Los servicios sociales del Concello y la Cruz Roja desempeñan un papel fundamental en la identificación y derivación de candidatos adecuados.
El proyecto cuenta con una aportación municipal de 15.000 euros, además de financiación procedente del 0,7% del IRPF.
Desde Boa Vida recuerdan que muchas personas que viven solas no perciben su situación como una necesidad urgente de cambio, sino que la afrontan con resignación o incluso con vergüenza.
La organización indica que la soledad no deseada es un fenómeno derivado de transformaciones socioeconómicas y familiares de las últimas décadas, que afecta a personas de todas las edades y clases sociales.
Aunque la creación de una red estable de hogares compartidos es la prioridad del programa, Boa Vida pone también el foco en las cerca de 8.000 viviendas vacías que existen en Pontevedra, según datos del INE.
La ONG hace un llamamiento a sus propietarios para que las ofrezcan en régimen de alquiler seguro y "a un precio ético" a personas vulnerables dispuestas a convivir en régimen autónomo. Boa Vida garantiza el pago y ofrece a los propietarios acceso permanente a la vivienda.
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