La diputada de En Marea pide a Luís Villares "repensar" el rumbo de la confluencia y a los alcaldes, más protagonismo.
Los dirigentes de Anova y En Marea coinciden en rebajar la trascendencia de las celebraciones separadas del 25 de julio.
Yolanda Díaz apuesta por "refundar" la confluencia mientras Villares no ve "motivo de calado" para que "nadie se descuelgue".
Las líneas de los dos documentos, "incompatibles" entre si, imposibilitaron el pacto. Las votaciones de los temas más conflictivos fueron ajustadas.
"Sería importante que todos los actores que participaron en la creación de En Marea se comprometiesen con el recorrido", reprende Xulio Ferreiro.
El sector agrupado bajo el lema 'Recuperar En Marea' trata de evitar que la formación se convierta en "un partido clásico".
El regidor compostelano dice que no quiere "retroalimentar el ruido" en torno a la integración de "los colores" de la confluencia.
Villares asegura que la ley de acompañamiento de los presupuestos faculta a Pillado para "poner y quitar profesionales a dedo".
El líder de En Marea asegura que los resultados de las primarias reflejan la demanda de las bases socialistas de dar "un giro a la izquierda".
Ve "positivo" el trabajo del grupo parlamentario pero admite que hay gente "sin experiencia política" y aún "aprendiendo".
De la Serna está "abierto" a crear un grupo de trabajo para compartir con el Gobierno gallego las decisiones relativas a la autopista.
Defiende que la posibilidad de ruptura "está muy lejos", pero se posiciona en contra de que la confluencia se parezca cada vez más a un "partido clásico".
Matiza sus palabras y dice que es "oportuno", en su intención de escuchar a "todos los colectivos sociales".
BNG y En Marea piden a Feijóo no dejarse chantajear por Villar Mir en base a "facturas contraídas" por el PP con el dueño de Ferroatlántica.
Carmen Santos y Antón Sánchez afirman que la confluencia "tiene cauces de debate" y que las posturas de las partes ya son de sobra conocidas.
El portavoz defiende que en En Marea ya "no hay partes" y reprocha que "los que decidieron no estar tendrían que decir por qué".
Los críticos con la nueva dirección elegida este domingo la rechazan por "excluir" sensibilidades. Villares, en cambio, entiende que "se acabaron las listas y las pegatinas".
En el orden del día está incluida tanto la elección de la coordinadora como de la portavocía o portavocías, la principal discrepancia en el seno de la confluencia.
Asegura que lo ocurrido no hace justicia a lo que es el espacio de confluencia de En Marea, "un espacio de fraternidad".
El portavoz de En Marea en el Parlamento dice que "estos seis meses han sido muy ilusionantes" y seguirá ahí "si los inscritos quieren".