Feijóo no va a necesitar hacer campaña

Aunque de mantenerse el calendario oficial, algo nada seguro, las elecciones autonómicas no se celebrarán hasta dentro de un año (septiembre 2020) caben pocas dudas de que de seguir así las cosas A. Núñez Feijoo y su partido (PP) no precisarán de hacer campaña electoral ya que otros (PSOE y  UP) la hacen por y a favor de ellos. El que, hasta hace bien poco, parecía ser un viento de cola favorable al PSOE y, por tanto, a un gobierno de izquierdas en Galicia, se está convirtiendo, por mor del  trilerismo y la falta de principios de los dirigentes del PSOE y la incompetencia y el infantilismo de los correspondientes de UP, en una nueva oportunidad para las derechas en España y, por tanto, en Galicia. Una oportunidad tan favorable que resulta difícil pensar que no la van a aprovechar.

He ahí por caso lo que está pasando con la reclamación sobre el pago de las transferencias correspondientes a la actualización de las entregas del sistema de financiación autonómica, correspondientes a los “objetivos de estabilización presupuestario 2020”, y que aparecen incluidas en los presupuestos de 2019. Una reclamación en la que, por cierto, la Ministra de Hacienda, la señora Montero, tiene toda la razón. Sin tener unos presupuestos aprobados cualquier distribución anticipada de fondos será, sino ilegal, sí irregular: ¿en base a qué cantidades presupuestarias se fijarán esas transferencias? Por otra parte, que sorpresa ver ahora a los dirigentes regionales del PP, como en el caso de A. Núñez Feijoo, tan reivindicativos delante del gobierno central (PSOE) cuándo en las dos legislaturas anteriores, en las que gobernó el Partido Popular (PP), mantuvieron la boca bien cerrada a pesar de darse el mismo problema.  No obstante, el comportamiento  tramposo del señor Sánchez está dejando a la muy competente señora Montero en una situación política, que no técnica, muy difícil. ¿Cómo convencer a la ciudadanía de que la no transferencia de los fondos reclamados es lo que corresponde legalmente la situación de no tener unos presupuestos aprobados? Una ciudadanía que, por otra parte, observa atónita como la responsabilidad de no tener unos presupuestos aprobados, o cuando menos, diseñados, es mayormente del propio PSOE.

Hechos como este ponen en evidencia que a favor de los intereses de A. Núñez Feijoo y su partido (PP) juega la parálisis política, auténtico fuera de juego, en que por culpa de los comportamientos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se encuentran sus partidos en Galicia: PSOE y  UP. Parecía evidente que un gobierno de izquierdas en España (PSOE/ UP) favorecería el cambio político en Galicia donde el desplazamiento de las derechas de la Xunta de Galicia precisará, sin dudas,  de un acuerdo entre todas las izquierdas (PSOE,  UP, BNG y EN MAREA).  Un acuerdo que, hoy por hoy y visto el barullo madrileño, aparece muy difícil y poco creíble dadas la gran dependencia y el total alineamiento que tanto PSOE como UP en Galicia muestran con relación las respectivas direcciones centrales en Madrid. No digamos si finalmente volvemos a unas nuevas elecciones generales que no serían más que el reconocimiento de un gran fracaso debido a una falta de entendimiento entre PSOE y  UP: ¿“si no se entienden en Madrid, como se van a entender aquí”?

Falta de entendimiento (PSOE/ UP) que, con toda seguridad y dados los antecedentes, se había acentuado cuando, por caso, el Tribunal del 1-O dicte sentencia sobre el process: una sentencia que, dada la naturaleza del sistema judicial español, se prevé muy dura para los políticos independentistas catalanes. Lo mismo cabe esperar cuándo se traten temas relacionados con la financiación autonómica y/o la democratización y descentralización del estado español. Y si a la esas discrepancias le sumamos el eterno laberinto  cainita en el que se mueve el mundo soberanista gallego (BNG y EN MAREA) y, en general, toda la izquierda  antisistémica gallega (UP, BNG, EN MAREA) el panorama deja pocas esperanzas de un cambio.

Sí, aunque las elecciones autonómicas puede que tarden en celebrarse resulta evidente que A. Núñez Feijoo seguramente no precise hacer campaña, porque ya tendrá quien se la haga.