Así vencieron los "iluminados" vecinos de Touro y O Pino a la multinacional Atalaya Mining

Cientos, miles de personas llevan años luchando contra la mina de Touro, por fin derrotada. Galiciapress charla con una de la que más alma puso en esta porfía. Isabel García Vila, portavoz de la Plataforma Mina de Touro - O Pino Non, confiesa que sufrió mucho a nivel personal ante el abandono de los alcaldes locales, pero también se muestra orgullosa de la gente "digna y generosa" la que colaboró estos años hasta finalmente que, finalmente,  tumbaron a la multinacional Atalaya Mining.

Vecinos de Touro en una protesta en una imagen de Lentes Diverxentes

DAVID GANÓ A GOLIATH

Un combate que aparentaba muy desigual. De un lado, una multinacional con enorme músculo financiero; con buenas conexiones al conseguir reabrir con éxito la  histórica mina de Río Tinto; que cotiza en la bolsa de Londres; entre cuyos socios están varias de las mayores empresas mineras  del planeta, como Trafigura  y que también cuenta con socios locales -el grupo Explotaciones Gallegas -dueños de los derechos mineros - que le sirvieron para ganar el apoyo de todos los alcaldes directamente afectados, que son del PP, partido que gobierna la Administración que debe decidir, la Xunta.

De otro lado, un pequeño movimiento vecinal, silenciado a menudo por los grandes medios de comunicación e hiperactivo en las redes, pero incapaz de lograr unanimidad entre sus vecinos (algunos trabajan en la actual mina y otros que aspiraban a ello) y también incapaz de cambiar el rumbo de sus gobiernos locales, pese a que "PSOE, BNG y Marea Veciñal apoyaron siempre nuestra causa".

EL APOYO SOCIAL FUE CLAVE

"A nivel personal lo viví por un lado de una manera por una parte triste porque non podía entender que no hubiese ni un  alcalde local que defendiera a sus vecinos antes que a una multinacional que pretendía instalar una bomba de relojería a la puerta de sus casas", confiesa García. La activista señala a continuación que "por otra parte lo viví con alegría, porque conocí a muchísima gente sana, muy digna y generosa".  La portavoz señala que sin ese apoyo social -al final lograron el apoyo de docenas de municipios, incluídos muchos gobernados por el PP- no habrían tenido opciones de ganar la batalla.

Isabel García portavoz de la Plataforma Mina de Touro NON en una imagen de Xosé Bocixa

Batalla en la que recibieron incluso insultos por parte de Atalaya Mining. La multinacional contrató una asesoría de comunicación para manejar el frente mediático, asesoría que no fue suficiente para evitar que el CEO Alberto Lavandeira cualificara a los opositores de "iluminados" cuando éstos advirtieron del peligro de las balsas. Peligro que es, precisamente, uno de los argumentos que usa la Consellería de Medio Ambiente para negar el permiso.

García no se olvida de ese ataque verbal. Sobre la reciente nota de Atalaya, advirtiendo que llevaba gastado más de 7 millones en el intento de  reapertura, la activista no cree que sea la antesala de un recurso en la Justicia, como el que interpuso la minera de Corcoesto, simplemente lo cualifica de "rabieta". Admite que la multinacional invirtió en cosas como "los informes pagados a las universidades", los sondeos, campañas de publicidad en algunos medios "para lavar la cara", el patrocinio de las camisetas de la SD Compostela o los viajes de Lavandeira.  Eso sí, critica que "en lo que no gastaron un duro fue en restaurar la actual mina, lo único que hicieron fue poner unas estacas y una lona para que la balsa no vertiese". 

LA VIEJA MINA SIGUE CONTAMINANDO

Restauración de los terrenos en la que colabora Felipe Macías, uno de los profesores universitarios gallegos  que Atalaya sumó a la causa de su filial Cobre San Rafael.  García distingue entre el papel de la USC, "el rector nos dijo que la Universidad nada tenía que ver con la mina", y el rol jugado por algunos docentes, como Macías,. "La restauración es una tarea particular que hace Felipe Macías y su familia con una empresa de Touro, dicen que se está restaurando pero llevan 30 años y no se terminó, todo financiado con fondos públicos de los que no vemos ningún resultado; lo único que hacen es depositar lodos, de los que se valoriza una pequeña parte con la que experimenta, pero la restauración ambiental non existe", argumenta la portavoz. 

¿SE ACABÓ EL PELIGRO DEFINITIVAMENTE?

Reclamar  que se inicie y complete la restauración de la vieja mina es una de las tareas que Isabel se marca para el futuro. Eso y vigilar que los dueños de los derechos mineros, los locales del grupo empresarial familiar Explotaciones Gallegas, no vuelven a reintentarlo.

"Este proyecto está finiquitado pero eso no quiere decir que pueda aparecer otro", dice García antes de recordar que en 2011 se lanzó otra propuesta de reapertura que tuvo aún menos recorrido que la tumbada ayer. 

Ahora toca "vigilar para que haya una restauración completa". Al respecto, opina que "las multas de Augas de Galicia deberían ser más contundentes, si lo fueran no hubiésemos llegado hasta aquí". Desde la Plataforma reclaman a la Xunta que garantice que las escorrentías de la antigua mina no vuelven a contaminar el Río Portapego. 

IMPACTO POLÍTICO 

¿Qué lectura política hace la Plataforma del dictamen de la Xunta?  "Valoramos positivamente que se emita una Declaración de Impacto Ambiental negativa, aunque se debería haber emitido hace más de dos años" porque "lo único que hicieron [desde Atalaya]  fue enviar más literatura pero no corrigieron ninguna de las afectaciones que denunciamos desde el primer día". 

¿Tendrá la decisión repercusiones electorales? "La política va por un lado y la sociedad va por otro, las urnas hablarán en las elecciones autonómicas" reflexiona, cauta, Isabel García. Y es que a pesar del gran movimiento social que impulsó la Plataforma Mina de Touro - O Pino Non, lo cierto es que los vecinos de Touro y O Pino reeligieron hace un año a los alcaldes que apoyaban la mina.