La residencia Concepción Arenal, gestionada por Florentino Pérez, sirve sardinas en lata a los ancianos "por la falta de cocineros"

El centro coruñés, de servicio público pero gestión privada, está desde el 1 de agosto en manos del Grupo Clece, filial de residencias de ancianos de ACS, grupo del que es dueño el empresario y presidente del Real Madrid. 

Por la falta de cocineros en el centro se sirvió un "menú de emergencia" que consistía en sardinillas enlatadas. Los trabajadores llevan tres semanas manifestándose cada jueves contra la precariedad que sufren ellos y los residentes. 

Por tercer jueves consecutivo, los trabajadores de la Residencia Pública Concepción Arenal de A Coruña han vuelto a manifestarse a las puertas del geriático para denunciar el "trato indigno" que a diario sufren los residentes y los trabajadores del centro, con 150 plazas. Pese a que el servicio del centro es público, la gestión es privada, hoy a cargo del Grupo Clece, filial de residencias de ancianos de ACS, propiedad del empresario y presidente del Real Madrid Florentino Pérez.

"Los residente comen sardinas en lata por falta de cocineros", denuncian desde REDE, 'Plataforma Particulares e Colectivos de Familiares e Usuarias de Residencias e da Dependencia', presentes en las protestas de este jueves que también integraron representantes del sindicato CIG y parlamentarios del BNG y el PSdeG. 

Se trata de un "menú de emergencia" por la fata de cocineros en la residencia. Las críticas a este centro no son nuevas, ya que en verano las trabajadoras y trabajadores denunciaban la falta de limpieza de las instalaciones desde el desembarco del Grupo Clece, a través de su filial 'Samaín Servizos', en sustitución de DomusVi. 

SEMANAS DE DENUNCIAS

Desde REDE llevan semanas denunciando la situación de desamparo de trabajadores y usuarios, con los recortes a los que se ven sometidos desde el 1 de agosto, cuando cambió la gestión del geriatrico en un nuevo "crudo enfrentamiento" entre Florentino Pérez y Josefina Fernández, al frente de DomusVi, que supuso de "más incumplimientos de normativas, más malas prácticas, más abusos hacia las personas mayores...". 

Desde REDE señalan que la situación es "crítica" al tiempo que señala a la Xunta como "agente inactivo y testigo mudo" de los sucesos que se viven en la residencia. "Es el paradigma perfecto de la ruina moral del actual sistema de cuidados de personas mayores", consideran en REDE de un centro considerado "residencia modelo" en 2003.