Trabajadores geriátricos en procesión por la muerte de los cuidados: "Xunta convierte las residencias en un negocio"

Una semana más, los profesionales del sector de los cuidados y la dependencia han salido a la calle en Galicia para denunciar la precariedad que sufren. Residencias privadas, centros de día, el servicio de ayuda en el hogar...todos sufren unos "salarios miserables" y una gran "sobrecarga de trabajo" que acaba repercutiendo de manera directa en el tiempo y la calidad que brindan a los usuarios. Tras varias semanas de protesta, este 21 de mayo ha tenido lugar una nueva jornada de huelga en el sector, con movilizaciones por toda Galicia, con el ejemplo del área de Ferrol y la procesión que han protagonizado los profesionales. 

ATAÚDES Y CRUCES

En su marcha, cargados con ataúdes y cruces, han salido en una "procesión laica del eterno desencuentro", con imágenes de, entre otros, la conselleira de Política Social, Fabiola García, a la que también mandaron mensajes como "no trabajamos por caridad" o responsabilizándola de ser "responsable de la miseria de las residencias" junto a los gestores de firmas como DomusVi por "favorecer a las grandes multinacionales y "fondos de inversión que gestionan servicios privados financiados con dinero público" a fin de convertir "los cuidados en un negocio" sobre la calidad del servicio. 

"Estamos ata a cona", rezaba el lema de algunas camisetas que decenas de manifestantes utilizaron como pancarta en el recorrido por las calles de Ferrol para denunciar el pasotismo de las autoridades y la patronal sobre el convenio de un colectivo que, recuerdan, durante la pandemia de la Covid-19 fueron considerados "imprescindibles". 

"Día y noche, los 365 días del año ponemos toda nuestra energía para cuidar las personas usuarias, mientras la patronal y la Xunta de Galicia precariza día a día a nuestras vidas, permitiendo que 8.000 trabajadoras del sector estén cobrando por debajo del Salario Mínimo Interprofesional", denuncian desde la CIG en su comunicado, tachando a la profesión de ser "la esclavitud del siglo XXI". 

Ante este panorama, el sindicato reprende a la patronal que "se niega a negociar un convenio colectivo digno" mientras oferta "migajas" pese a los beneficios millonarios que viene celebrando el sector en los últimos años.

Tras la protesta, los delegados de la CIG entregaron a la Xunta las firmas recogidas hasta la fecha con las rubricas de trabajadores, familias, usuarios y particulares en apoyo del colectivo para mejorar sus condiciones laborales y por "un sistema de cuidados de calidad".