El público -el 90% que aguantó hasta el final- estaba entregado, pocos podrían ponerle algún pero al espectáculo. Tampoco es de extrañar, al fin y al cabo, los Guns N' Roses siempre ha sido un combo que dividido a los seguidores del rock, los hay que no los soportan por su supuesta impostura y los hay que los aman por su indudable talento para combinar melodía y volumen. Un talento que ayer mostraron en abundancia ante más de 25.000 espectadores en Vigo, muchos venidos de fuera de Galicia.