#Claves de la semana

"El problema de las ambulancias viene de la necesidad de EOXI y Sergas de vender eficiencia y suficiencia"

Galiciapress habla con Alberto Blanco, portavoz del Comité de Empresa de Ambulancias do Atlántico, que viene de denunciar el traslado de pacientes infectocontagiosos e inmunodeprimidos en los mismos vehículos


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  • Galiciapress habla con Alberto Blanco, portavoz del Comité de Empresa de Ambulancias do Atlántico, que viene de denunciar el traslado de pacientes infectocontagiosos e inmunodeprimidos en los mismos vehículos  
  • “No hay protocolos que marquen la actuación desde el primer instante, ni actualizados, y aún por encima, no consensuados entre la EOXI y la concesionaria” 
  • "Sabemos, por lo que tenemos hablado con compañeros de otras empresas, que este problema tiene lugar por Galicia adelante en todas las áreas sanitarias en mayor o menor medida”



Ambulanciainterior


Cuando una o un paciente con una enfermedad infectocontagiosa en ambulancia, el protocolo de seguridad marca un aumento de la protección del personal. Además de los guantes, las personas trabajadoras deben llevar batas desechables, mascarilla, gafas e incluso gorras desechables.


Si el aislamiento es de contacto, la ambulancia queda inoperativa al acabar el traslado y es trasladada a la base para que la dotación proceda a su limpieza y desinfección. En los aislamientos respiratorios, será una empresa especializada la que se encargue de la desinfección al final del traslado, y además durante el viaje la cabina sanitaria queda totalmente cerrada.


Este es el procedimiento habitual “cuando se nos informa”, como explica a Galiciapress Alberto Blanco, portavoz del Comité de Empresa de Ambulancias do Atlántico , que viene de denunciar el traslado de pacientes infectocontagiosos e inmunodeprimidos en los mismos vehículos. Blanco traslada la postura de la representación del personal, formada por CIG, UGT y CCOO, y los delegados de Prevención de Riesgos Laborales.


“En los últimos años, especialmente desde la apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro (HAC), detectamos un incremento notable de enfermos en situación de aislamiento, tanto a nivel interhospitaliario como a domicilio”, expone Blanco, lo que supone un riesgo para familiares y entorno de la o el paciente porque la familia no cuenta con preparación, entorno ni medios necesarios.


El Comité detectó a principios de 2017 la carencia de un Plan de Coordinación de Actividades Empresariales, que regula las empresas que concurren en un mismo centro de trabajo para la realización de su actividad. “No hay protocolos que marquen la actuación desde el primer instante, ni actualizados, y aún por encima, no consensuados entre la EOXI y la concesionaria”. Blanco informa de que el único procedimiento que existe es el de desinfección de la empresa cuando se tiene conocimiento del traslado de una o un paciente infectocontagioso.


El miembro del Comité de Empresa cuenta un ejemplo reciente “de tantos”, cuando una trabajadora del servicio de ambulancias de Vigo fue a buscar a un paciente de diálisis y supo que estaba siendo trasladado en vehículos de transporte colectivo con otras personas, “cuando en el hospital es tratado como un aislamiento. Al preguntarle a la enfermera, esta dijo que estaba en aislamiento pero la médica inmediatamente dijo que en las ambulancias no había que tratarlo como un aislamiento”.


Cualquier paciente puede toser, vomitar, orinar, defecar o, como en el caso de las personas enfermas de diálisis, se le puede abrir la fístula y sangrar –“lo que pasa más a menudo de lo que parece”- durante el traslado, lo que supondría exponer al personal y a los y las usuarias. “Luego, los patógenos no vienen en la ambulancia”, ironiza Blanco.


LAS RESPOSABILIDADES

Pero, ¿quién es responsable de actuar correctamente con este tipo de pacientes? “El problema viene de la necesidad por parte de la EOXI y del Sergas de vender eficiencia y suficiencia de las actuales infraestructuras hospitalarias por una banda. Por la otra, la empresa que se presentó a la baja al concurso público necesita mostrarse ‘servil’ para con quien le da de comer”, considera el portavoz.


A pesar de que la gerencia y el Sergas nieguen tener conocimiento de la situación, la representación del personal presentó por registro las reuniones mantenidas. Además, tienen constancia de que “por lo menos una de las dos inspectoras de trabajo que llevan las denuncias interpuestas por nosotros tuvo que ponerse en contacto con la EOXI de Vigo, para poder resolver una de las denuncias”.


Asimismo, desde el Comité exponen que la empresa de ambulancias intenta no incurrir en más gastos, un ahorro que se traduce en “todo lo que pueda meter en una ambulancia no lo mete en dos”. Tampoco tiene en cuenta la EOXI, según Blanco, la Prevención de Riesgos Laborales de trabajadoras y trabajadores. “La responsabilidad es compartida desde el punto de vista sanitario: el Servizo Galego de Saúde a través de la EOXI de Vigo”, declara.


Aunque Vigo no es el único lugar donde se reproduce el problema. “A pesar de no contar con datos concretos, sí sabemos, por lo que tenemos hablado con compañeros de otras empresas, que este problema tiene lugar por Galicia adelante en todas las áreas sanitarias en mayor o menor medida”, apunta el representante.


La representación del personal apunta también al “desconocimiento” de la legislación de transporte por parte de facultativas y facultativos, y “la falta de cuidado por parte de la Consellería por vigilar el correcto cumplimiento”. Asimismo, consideran responsable a la empresa por intentar “ahorrar” utilizando ambulancias de transporte colectivo para pacientes infectocontagiosos, algo prohibido taxativamente por el Real Decreto 836/2012.


LAS CONSECUENCIAS

La situación denunciada por el personal de Ambulancias do Atlántico supone graves riesgos sanitarios. “Primeramente de cara a los enfermos que puedan estar inmunodeprimidos que compartan ambulancia con el paciente infectocontagioso en el inmediato”, aunque Blanco explica que, de no estar activado el protocolo adecuado, el vehículo no será desinfectado, lo que puede suponer un contagio a posteriori a pacientes, familiares y personal.


Las trabajadoras y trabajadores sufren además una situación de desprotección por parte de la mutua, ya que “cada vez que un compañero acude después de una exposición se escudan en que no es demostrable que, de estar contagiado, fuese a causa del trabajo”, lo que consideran un intento de desviar los gastos a la sanidad pública “para que corra con los gastos”.


UN SERVICIO “MERMADO”

“El servicio se está incumpliendo a nuestro entender con respecto de lo que marcan los pliegos de la concesión actual”, considera el Comité, que habló en anteriores ocasiones de un servicio “mermado”.


Consideran que debería haber un mayor número de ambulancias en servicio, lo que permitiría, entre otras cosas, respetar los tiempos de espera o el tiempo de pacientes en los vehículos desde que suben. “La empresa tiene una plantilla de más de 100 trabajadores, de los cuales solamente tres técnicos son ayudantes –vulgarmente conocidos como camilleros- de lunes a viernes, dos por la mañana y uno por las tardes. Esto obliga a desviar a menudo una segunda ambulancia para hacer ayudas en los domicilios, con lo cual es una persona menos trasladando pacientes”, condenan.

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