El escenario político español y la opinión ciudadana

Manoel Barbeitos
Economista

Si hacemos caso de las encuestas que, según las experiencias habidas, aparecen cómo más fiables, el gobierno español de las izquierdas (PSOE/ UP), a pesar del dificilísimo trance en el que le toca gobernar, disfruta de buena salud. Así, de tener lugar hoy unas nuevas elecciones generales tanto PSOE como UP sumarían prácticamente los mismos escaños (152 frente a los actuales 155) y le pasaría lo mismo a las derechas (PP,  Vox,  Cs) que pasarían de 155 escaños a 151. Teniendo en cuenta los resultados previstos para el resto de partidos a situación, de confirmarse estas encuestas, permanecería prácticamente igual.


Unos  vaticinios que parecen confirmar que la mayoría de la ciudadanía de los pueblos de España es muy consciente de la gravedad y excepcionalidad de la situación que estamos viviendo y de que, a pesar de los errores y los fallos, muchos de los cuáles son lógicos y seguramente inevitables, este Gobierno de las izquierdas (PSOE/ UP) es la mejor o menos mala de las opciones posibles de gobierno. Seguramente que muchos ciudadanos entienden que un gobierno de esta naturaleza, sin precedentes anteriores en la democracia  postfranquista, es inevitable que cometa errores, incluso que tenga meteduras de pata. Pero luego de la nefasta gestión de las derechas españolas (primero con J.M. Aznar, luego con M. Rajoy) no resulta sorprende que le concedan una amplia margen de confianza.


Mucho más cuando se es consciente de la dificilísima situación que a todos nos toca vivir y a estas izquierdas gobernar. No existen experiencias recientes o próximas en las que un gobierno europeo tuviese que gobernar bajo una doble crisis provocada por una pandemia y una recesión económica. Una pandemia de origen prácticamente desconocido, que obliga a paralizar la producción y la distribución por la necesidad de implantar una cuarentena, un estado de alarma, para así conseguir evitar una propagación del virus que sería demoledora. No cabe duda de que una mayoría de la población entiende la gravedad de la situación y se muestra comprensiva, a pesar de las molestias, con las decisiones adoptadas por el gobierno español, incluso con sus errores. Mucho más cuando va comprobando que esta pandemia cabalga sobre una nueva recesión económica cuya responsabilidad hay que adjudicársela a los gobiernos anteriores y sus políticas austericidas.


Una ciudadanía que, s atendemos a estas encuestas, es consciente de que el Gobierno español de las izquierdas (PSOE/ UP) está poniendo en marcha una serie de medidas laborales, sociales, fiscales... que buscan paliar, en la medida de lo posible, el impacto que sobre la actividad, el empleo y los ingresos tiene la parálisis provocada por la pandemia. Medidas que, por su extensión e intensidad, no tienen precedentes en la democracia española y que, resulta indiscutible, tienen a los colectivos más castigados por la pandemia como objetivo prioritario de atención. Seguramente a este gobierno se le puede acusar de lentitud, de ser algo tardío en la reacción, de fallos en la coordinación, de jacobino, etc., críticas justas y merecidas, pero también resulta indiscutible su voluntad de dar prioridad a los colectivos más afectados (familias, autónomos, pequeños empresarios, minoristas) y con menos recursos.


También resulta evidente que la mayoría de la ciudadanía es consciente, de que la oposición política, como por caso el PP, Vox, Cs y JxCAt, está adoptando una postura beligerante que no tiene parangón en los estados europeos de nuestro entorno: he ahí la ejemplar conducta de la oposición portuguesa. Una oposición que en este trance tan difícil para todos, no ayuda y que parece creer que "cuanto peor para todos mejor para nosotros". Una oposición absolutamente irresponsable y que, con toda seguridad, de seguir por ese camino, lo pagará electoralmente.

En este escenario cabe lamentar que los árboles de la política partidista le impidan, a algunas organizaciones democráticas soberanistas (ERC, BNG,), ver la selva que se esconde detrás y que se haría visible en caso de que el actual gobierno de izquierdas (PSOE/ UP) fuese derrotado. Algo que, no obstante, sí parece ver una mayoría de ciudadanos de los pueblos de España.


A pesar de esto, este indiscutible apoyo ciudadano debería también servir para que los partidos que conforman el actual gobierno español (PSOE/ UP) dejando atrás viejas tendencias jacobinas no olvidasen quiénes son sus auténticos apoyos y que, como tales, deben ser reconocidos políticamente atendiendo a muchas de sus reivindicaciones por ser muy justas y lógicas. Su continuidad dependerá, y mucho,  de que no dejen de tenerlo presente y de que, como hizo Odiseo en su vuelta a Itaca, no escuche falsos y traidores cantos de sirena.

Los ciudadanos estamos el acecho.

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