Feijóo estrena candidatura mostrando sus aliados

Días atrás el señor Núñez Feijóo anunciaba su candidatura a las primarias del Partido Popular. No hubo lugar para las sorpresas pues era algo que estaba muy anunciado y que la crisis de liderazgo de su partido (PP) no hizo más que facilitar. Si la elección del señor Núñez Feijóo como presidente del Partido Popular está cantada y, por tanto, su candidatura a la presidencia del Gobierno de España en las próximas elecciones generales parece obligada, otra cosa muy distinta y que, como ya anuncian sus tertulias amigas, la victoria en las mismas se presente como prácticamente hecha.

El escenario político está tan lleno de incógnitas, y son tan importantes las mismas, que vaticinar ahora el resultado de unas elecciones que, si se cumplen todos los pronósticos, no se celebrarán antes de finales del año 2023 resulta muy arriesgado y con altas probabilidades de equivocarse.

Un escenario en el que dos fenómenos de carácter internacional -la guerra de Ucrania, la pandemia de la COVID-19- marcarán el futuro de Europa y, por tanto, de España. En relación al conflicto bélico, no se debería perder de vista de que puede tener un final, no probable pero posible, que sería catastrófico. El hecho de que uno de los contendientes sea una potencia nuclear (Rusia) hace que el fantasma del fin de la vida en el planeta vuele sobre el escenario internacional. En relación a la pandemia, existe la convicción científica de que a pesar de los avances conseguidos con las vacunas no tenemos la certeza de que no habrá nuevos brotes. Guerra y pandemia, que hacen que en el horizonte aparezca con fuerza la amenaza de una estanflación -estancamiento con inflación-. En este escenario, está por ver qué posición ocupará el Partido Popular ahora dirigido por Alberto Núñez Feijóo: ¿continuará en la línea anterior de utilizar la pandemia  y la guerra para comparar con el gobierno español de turno (PSOE/ UP) o cambiará el rumbo y se comportará como corresponde a un partido con visión de estado?

Por mucho que le intente lavar la cara a su partido (PP) el señor Feijóo no va a poder evitar, por caso, que continúe el peregrinar de relevantes dirigentes por los juzgados a causa de los numerosísimos casos de corrupción en los que aparecen implicados y que no cesan como estamos viendo ahora con la señora Ayuso. La corrupción seguirá pasando factura y pondrá a prueba su liderazgo, como también lo harán las ambiciones y los  personalismos de muchos de los dirigentes territoriales (Ayuso, Moreno, Mañueco) que no está claro que lo vayan a aceptar como líder indiscutible. Una prueba la venimos de tener recientemente y afecta la imagen liberal con que el señor Feijóo intenta vestir su candidatura. Me estoy refiriendo a la situación en Castilla y León: ya sabemos que en esta comunidad el PP viene de cederle a Vox nada más y nada menos que la presidencia de las Cortes, una vicepresidencia y tres Consellerías. Estamos así delante de un caso único en Europa en el que un partido de extrema derecha ocupa tales cargos. Un pacto que el Presidente del Partido Popular europeo viene de desaprobar. No parecería que el señor Feijoo se vaya a librar fácilmente del abrazo del oso de la extrema derecha, algo necesario si realmente quiere hacer creíble la imagen de político liberal.

Muchas, muchas son las incógnitas como para poder asegurar que el camino del señor Núñez Feijóo a Moncloa va a ser distinto a lo que parecía asignado a su predecesor el señor Casado. Lo iremos viendo.