Blanco (USO) sobre el convenio de seguridad privada: "Falta personal y las empresas tienen problemas para contratar"

La negociación del convenio de seguridad privada avanza lentamente. Los sindicatos están citados a una nueva reunión este viernes 31 de octubre. A la llamada acuden con la tranquilidad de saber que el actual convenio sigue vigente y que no caducará hasta 2027, por lo que, entienden, el tiempo corre a su favor. Iván Blanco, secretario de Organización de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada de la Unión Sindical Obrera (FTSP-USO), uno de los que representantes de los trabajadores que se sienta en la mesa de negociación, explica a Galiciapress las claves de esta negociación convocada por la patronal para abordar los problemas de un sector "poco atractivo", "sin relevo generacional" y donde los trabajadores han visto mermado su poder adquisitivo. En su opinión, las dificultades de las empresas constituyen una buena oportunidad para abrir la negociación.


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Seguridad privada vigilantes
Foto: EP

 

El sector de la seguridad privada vive unas semanas decisivas para su futuro, una importancia que contrasta con la parsimonia con la que están tratando el asunto en la mesa de negociación del convenio colectivo. Los sindicatos, llamados a pasar revista por la patronal, llegan a la cita conscientes de que el colectivo atraviesa un momento complicado y que en los próximos meses pueden dilucidarse una serie de asuntos clave para el porvenir de miles de profesionales, pero el hecho de que el tiempo corra en su favor en estos momentos hace pensar en una negociación larga y reposada, de la cual se sellarán pactos que marcarán el camino de los próximos años en la seguridad privada.

 

 

La patronal busca negociar ahora para asegurar personal y certidumbre ante la falta de trabajadores, el aumento del coste de vida y las próximas grandes licitaciones públicas.

 

"LA SARTÉN POR EL MANGO"

Desde la mesa de negociación transmiten absoluta serenidad y tranquilidad, conocedores que la arena del reloj cae muy despacio en estos momentos, puesto que el actual convenio no solo está vigente, sino que caduca en 2026. “No es un convenio que tocase negociar. Pero hay una problemática en el sector, y es que falta personal, está subiendo el nivel de vida y hay dificultades para las contrataciones. Además, están a la vuelta de la esquina unas licitaciones públicas muy grandes a dos o cuatro años, por lo que la patronal busca tener certidumbre y por eso nos convoca”, explica Iván Blanco, secretario de Organización de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada de la Unión Sindical Obrera (FTSP-USO).

 

Son los empresarios los que, en este caso y bajo los paraguas de FES, ASECOPS y APROSER, buscan tener cuanto antes las bases del que será “un convenio largo, a tres o cuatro años”, a fin de estabilizar el sector de la seguridad privada sin tener que esperar a entrar en conversaciones contrarreloj ni entrar en confrontaciones o conflictos. “La sartén la tenemos los sindicatos ahora mismo por el mango”, confían desde la mesa negociadora, que celebrará su próximo encuentro el viernes 31 de octubre, momento en el que esperan recibir la contraoferta de la patronal. 

 

Así las cosas, Blanco recalca la “seriedad” y la “tranquilidad” con la que FTSP-USO, que conformó una plataforma para negociar de manera conjunta con FeSMC-UGT y Comisiones Obreras del Hábitat, afrontan este tira y afloja con la certeza de que “el personal no se va a quedar sin convenio, porque hay uno firmado hasta 2027”. 

 

IVAN BLANCO FOTO
Iván Blanco | Foto: FTSP-USO

 

La calma que se respira es la que ha permitido poner a las tres fuerzas sindicales en consonancia y aplicar el proverbio que reza: “Si quieres llegar rápido camina solo; si quieres llegar lejos hazlo acompañado”. Para Blanco “tener una base común” con una mayoría de sindicatos y alcanzar consensos es clave, algo que hoy parece más difícil con CIG y ELA, sindicatos minoritarios que, a diferencia de los otros tres, persiguen abrir una senda hacia un convenio de ámbito autonómico y no el estatal por el que apuestan desde la FTSP-USO, pues, a su juicio, este permitirá mejoras para Galicia. 

 

El sector, muy concentrado en grandes ciudades, prefiere un acuerdo estatal porque permite lograr mayores mejoras que los convenios autonómicos o provinciales.

 

“Hablamos de un sector con mucha presencia en las grandes ciudades y en donde el 80% de las patronales son de ámbito estatal. Madrid, Barcelona… Tenemos más facilidad de alcanzar mejoras con un acuerdo marco estatal, porque en las ciudades la necesidad es más acuciante que en Galicia, donde sobre todo hay problemas en verano para cubrir los servicios, y podemos exigir más que en convenios autonómicos o provinciales”, razona Blanco, si bien admite que en otros aspectos “podemos estar de acuerdo en otras muchas cosas”.

 

SUBIDA SALARIAL, REDUCCIÓN DE JORNADA, ABSENTISMO...

En cualquier caso, Blanco reitera que no habrá acuerdo “por menos de lo pactado en el anterior no hay negociación posible”, un mensaje que parece haber calado en la patronal, donde no desean aplazar la negociación para terminar negociando sobre la hora como en otras ocasiones. 

 

“El tiempo nos ayuda. Estamos valorando muchas cosas, como las festividades y mejoras en ellas, porque tenemos el precio de los festivos un poco estancado aunque suba el porcentaje de los convenios”, indican desde FTSP-USO, considerando que hay que poner sobre la mesa aspectos que hagan “atractivo” este sector, donde hace falta operarios en fines de semana y festivos. Capítulos como la prevención, pluses en los servicios conflictivos o la formación son apartados que necesitan de un diálogo sosegado, más allá de las reivindicaciones económicas, que serán, como casi siempre, el eje del debate. 

 

“Proponemos una subida de salario del 5% por año. Ya hablamos de un 20% sin contar el coste”, puntualiza Blanco, citando además pluses como el del arma o pluses definidos en aquellos lugares donde la renta per cápita sea más alta, imitando al de sectores como los funcionarios y los pluses de capitalidad o de insularidad. 

 

Chocan en este punto los sindicatos, pues si bien todos persiguen mejorar las tablas salariales pactadas en el convenio actual, el recorrido es distinto según a quien preguntes, aunque coincidente en la idea de que se encuentran lejos en la media nacional en comparación con otros sectores que prestan servicios. FeSMC-UGT, CCOO y FTSP-USO apuestan por ese alza del 5% anual, mientras que la CIG aboga por una subida salarial del 8% anual en todos los conceptos retributivos y ELA considera que la mejor alternativa es una revisión salarial vinculada al IPC.

 

 

A mayores, y como viene demandando USO, Blanco reclama aplicar de una vez por todas una reducción de jornada, sin necesidad de que esta venga impuesta por el Gobierno de España después de que el último intento del Ministerio de Trabajo cayese en saco roto por los votos en contra del Congreso. 

 

 

“Tenemos que ir hacia una reducción de jornada”, insiste Blanco, consciente de que la patronal está echando mano de la calculadora porque “inciden mucho en la problemática de los costes” en un sector en el que “la materia prima son las personas”. La propuesta de la CIG gira en torno a una reducción de la jornada a 1.568 horas anuales (35 horas semanales), estableciendo, a su vez, 110 días de descanso -dos semanas más con respecto al convenio vigente- y mejorando los permisos retribuidos, ampliandolos en el caso de hospitalización, enfermedad grave o cirguía, reconociendo tres días de asuntos propios pagadas y agregando nuevos permisos específicos, como en el caso de las pruebas parentales. Por todo ello, los empresarios han puesto la lupa sobre el absentismo en el sector, un apéndice en este diálogo donde las partes han tenido más fricción. 

 

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Imagen de archivo de una protesta de la FTSP-USO en un supermercado Carrefour de A Coruña

 

Las incapacidades temporales (ITs) están provocando sus costes a la patronal, donde alegan que esas bajas de corta duración afectan más a los turnos de fin de semana. “Es culpabilizar al trabajador”, reprende Blanco, que cree que estas ITs “se dan por algo: cuadrantes imposibles, rotaciones, solo un fin de semana libre al mes…”. “Otros sectores que cobran los porcentajes de IT básicos tienen el mismo o más absentismo que en la seguridad privada. El problema es otro, porque todos los sectores en los que hay absentismo hay precariedad en lo referente al desarrollo del trabajo”, argumentan. 

 

PREVENCIÓN "MÁS ALLÁ DE PLUSES"

Pese a todo, las impresiones de momento son buenas y desde la mesa negociadora hay optimismo para que esas mejoras sustanciales “terminen entrando”, porque sus demandas “son realistas” y que el escenario actual obliga a abrir la mano para “hacer atractivo el sector, si no, no tiene sentido que nos pidan que nos sentemos a negociar con tanta antelación; son conscientes de que hay que mejorar el sector”. 

 

En esa línea, hay dos asuntos que traen de cabeza a todos los profesionales de la seguridad privada. Uno de ellos es el de la peligrosidad, justo en un momento en el que se han incrementado sustancialmente las agresiones a los vigilantes, con ejemplos como los episodios violentos que han tenido lugar en hospitales y centros de salud de Galicia, donde, además de los sanitarios, el personal encargado de la seguridad suele salir muy mal parado en esta clase de circunstancias. 

 

Los sindicatos piden “acuerdos y mínimos” en materia de prevención, sabedores de las dificultades que existen para intentar alcanzarlos pues, con el ejemplo de la sanidad, “cada área hospitalaria tiene cierta independencia”, por lo que son muchas las voces que hay que poner en común. Asuntos como los pluses de peligrosidad o el empleo de chalecos y spray para los vigilantes han salido a relucir durante el diálogo con la patronal, considerando desde la FTSP-USO que “no puede quedar el uso del chaleco a criterio del jefe de seguridad del cliente o el gerente de turno”. 

 

 

“Deben existir unos mínimos en los servicios con más conflictos, en aquellos donde está más que demostrado que estos sistemas evitan lesiones y ayudan al desarrollo del servicio, porque hablamos tanto de la protección del agredido como del agresor, porque el spray, por ejemplo, es una medida no letal. No puede quedar algo así a expensas de la valoración de un cliente o de criterios económicos y de coste. Es básico, es la prevención, va más allá de los pluses de peligrosidad, que también revindicamos”, enmienda Blanco.

 

El otro gran tema de conversación en la seguridad privada es el de las jubilaciones en un momento en el que no hay relevo generacional y en donde el debate pase por lograr una jubilación digna y anticipada para muchos profesionales. La tónica general en estos momentos es la de acudir al contrato relevo en un sector envejecido y donde está costando cada vez más encontrar relevistas.  

 

 

“Hay servicios donde a lo mejor no puedes tener a vigilantes de 61, 62 años. El físico tiene sus límites a algunas edades. Habría que tener otras posibilidades para destinar a ese personal a servicios más livianos, menos conflictivos. Esto influye en el absentismo, en las bajas…”, razona Blanco. Otro asunto digno de mención es el de la expedición de TIPs, un apartado en el que se ha mejorado en los tiempos para lograr la certificación, pero todavía con una sola máquina para todo el Estado.

 

 “Estamos atentos a todo el movimiento en redes sociales y a los mensajes que recibimos. Aceptamos las críticas y valoramos aquellas que sean constructivas”

 

En paralelo a las negociaciones, un grupo de vigilantes al margen de los sindicatos convocó una movilización en Madrid para el próximo 26 de noviembre, tratando así de llevar a la calle algunas de las reivindicaciones del sector. Desde la FTSP-USO dicen ser sensibles a todas las reclamaciones del colectivo y manifiestan el “total respeto” a todo tipo de protestas. 

 

“Estamos atentos a todo el movimiento en redes sociales y a los mensajes que recibimos. Aceptamos las críticas y valoramos aquellas que sean constructivas”, abunda Blanco, que sin embargo entiende que en estos momentos no se dan los condicionantes como para llegar a este extremo de convocar protestas cuando la negociación sigue su curso, aunque mantienen la escucha activa.

 

La negociación seguirá sin plazos fijos y con calma mientras haya voluntad de diálogo por parte de la patronal.

 
 

A la espera de volver a sentarse este viernes 31 de octubre, los sindicatos confían en que la patronal acerque un documento con el cálculo de los costes de sus reivindicaciones. Eso sí, Blanco asevera que si alguien tiene prisa por llegar a un acuerdo es la patronal: “No hay prisa. La pelota está ahora en su tejado en un diálogo dentro de la cordialidad y la serenidad. El convenio tiene que estar marcado por esto mismo, no nos fijamos ningún plazo y nos reuniremos las veces que hagan falta mientras exista voluntad negociadora”.

 

“Es probable que lleguemos a un acuerdo, pero en cualquier momento se puede romper y dejar la negociación ahí. Non creo que pase, porque si solicitan la mesa será para traer algo, no para que nos vayamos enfadados y de vacío, creando un conflicto que antes no existía”, resuelve Blanco.

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