La Xunta de Galicia bajó este año de 40 a 26 las 'Parroquias de Alta Actividad Incendiaria', muchas han resultado quemadas
Las cifras de terreno quemado en las oleadas de incendios registrados en 2017 (62.096) y 2022 (51.643) se quedarán muy por debajo de los número que se registrarán en este 2025.
Cuando la Xunta presentó el 1 de mayo el Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (Pladiga) se fijó como objetivo que el terreno quemado durante la vigencia del plan estuviese por debajo de las 18.554,5 hectáreas en 2025, la media de lo quemado en la última década. Estamos enfilando la recta final de agosto y esa cifra ha quedado, tristemente, muy pero que muy lejos: Copernicus cifra en 125.000 las hectáreas calcinadas en Galicia, según las previsiones que se manejan en estos momentos a la luz de como están evolucionando los incendios de esta oleada que está dejando en jaque a toda Galicia.
Un ligero vistazo al Pladiga basta para ver como el trabajo de la Xunta ha quedado completamente obsoleto, considerando que algunos apartados, como el de las parroquias encuadradas en el listado de mayor riesgo y sobre las que habría que aplicar medidas excepcionales, son hoy un fiel reflejo de que la inversión de la Xunta, cifrada en cerca de 1,8 millones de euros para la formación y el entrenamiento del personal de los servicios de prevención de incendios forestales, está muy alejada de la realidad que deja ver hoy el fuego.
LAS PAAI
El Pladiga de 2024 contaba con 40 parroquias de las cuatro provincias consideradas Parroquias de Alta Actividad Incendiaria (PAAI), localizadas casi todas ellas en Ourense, siendo con 28 la provincia con más parroquias con esta categoría. Representaban, por tanto, el 70% de las PAAI del Pladiga de 2024.
No obstante, en el plan actual han pasado a ser solo 26 las parroquias identificadas como PAAI, lo que significa que hay catorce menos (una rebaja del 35%). En el momento de la presentación del plan el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, consideraba que era una "buena noticia" la rebaja hasta las 26 parroquias. El optimismo respondía un poco en gran medida a la tendencia que se venía registrando, siendo 2024, con "solo" 755 fuegos declarados y un total de 2.644,7 hectáreas de terreno quemado, un año de récord positivo. Solo en 2018 hubo cifras mejores. Hoy, según las estimaciones, la cifra es 24 veces superior y todavía estamos en el octavo mes del año. Romperemos con seguridad los registros alcanzados en las oleadas de incendios registrados en 2017 (62.096) y 2022 (51.643).
Siguiendo los buenos datos de los últimos dos años, para este 2025 las PAAI por número de incendios se redujeron de 20 a 18, saliendo del listado la parroquia de Sabuguido, en Vilariño de Conso, y Changuazoso en A Mezquita. También sale de este listado Poio, aunque entra Pontellas, en O Porriño, equilibrando de nuevo en cuatro la representación de Pontevedra en este apartado.
En la PAAI por número de incendios y virulencia también hay cambios, pasando de seis a cuatro: Castro de Escuadro, en Maceda, y Cernado, en Manzaneda, salen de este grupo con respecto a las clasificadas en 2024, donde se mantienen en 2025 Tállara, en Lousame, Quins, en Melón, Santigoso, en A Mezquita, y Mourentán, en Arbo.
Es en la PAII por virulencia donde hay la mayor caída, ya que en 2025 solo entran dentro de la categoría cuatro concellos de Ourense: Chandrexa de Queixa, Cualedro, Oímbra y Muíños con las parroquias de Requeixo, San Millao, A Granxa y Prado de Limia, respectivamente. Así, con respecto a 2024, ni A Coruña, ni Lugo, ni Pontevedra cuentan con parroquias en este apartado al quitarle la Xunta esta consideración a Ribasieira, en la coruñesa Porto do Son, Meiraos, en la lucense Folgoso do Courel, y Saiar, en la pontevedresa Caldas de Reis.
También se caen de este listado Camba, en Laza, Casaio, en Carballeda de Valdeorras, Grixoa, en Viana do Bolo, Padrenda, en Padrenda, Busés, en Oímbra, A Xironda, en Cualedro, y Vilamaior da Boullosa, en Baltar, mientras que en Chandrexa se cambió Queixa por Requeixo. Así, de catorce pasamos a solo cuatro parroquias en este nivel.
Pese a los cambios de la Pladiga con respecto a 2024, el mapa correspondiente a las Zonas de Alto Riesgo de Incendio (ZAR) es idéntico en los dos últimos planes ejecutados por la Xunta de Galicia.
AMENAZAS EN O COUREL, VALDEORRAS...
Sin embargo, este cambio de categoría no ha evitado que el fuego arrasase con muchas de estas parroquias que se han salido del radar del Pladiga en 2025, pero no de la ola de incendios que está azotando Galicia y que ha devorado decenas de miles de hectáreas de terreno.
La entrada de estas parroquias en el Plan responde al historial de las mismas. Si han sufrido dos o más fuegos con efecto sobre más 200 hectáreas en los últimos diez años, o una media de más de siete incendios en el último lustro, entran dentro de esta categoría y se recomienda adoptar medidas extraordinarias en materia de prevención contra el fuego y la protección de los montes y las viviendas,
En estos momentos podemos ver como muchas de estas parroquias fuera del Pladiga han sido pasto de las llamas. Precisamente en Folgoso do Courel, el concello lucense que se salió de la lista en este 2025, tenían este lunes el enemigo a las puertas con el fuego avanzando desde Quiroga y con el temor de que se repita la dolorosa estampa del parque do Courel arrasado como ocurrió en 2022.
Mientras, los incendios de Chandrexa, iniciado precisamente el pasado 8 de agosto en la ya citada parroquia de Requeixo, Larouco y Oímbra son ya los más destructivos de la historia reciente de Galicia. En la parroquia de Castro de Escuadro, que dejó de ser catalogada como PAAI, se originó un fuego en la noche del domingo 10 de agosto, que terminó por unirse al iniciado dos días después en Santiso, también en Maceda, y que sigue sin control tras quemar más de 3.000 hectáreas.
En Oímbra el incendio declarado en A Granxa se ha comido ya más de 11.000 hectáreas de terreno, saltando hasta Monterrei, Cualedro, Verín o Laza. Paradigmático es el caso de Vilardevós, ausente en el Pladiga de 2024 y 2025, pero con tres incendios activos desde el jueves en tres parroquias distintas y que en su conjunto quemaron cerca de 2.000 hectáreas. Ante la situación actual, y pese a la inversión de administraciones públicas como la Xunta o la Deputación de Ourense para la prevención contra los incendios, queda patente que los planes aplicados hasta ahora no han surtido efecto, ni siquiera en aquellos lugares donde habían explicitado que las labores de prevención debían reforzarse ante el temor de que, como en años anteriores, el fuego volviese a ser el triste protagonista del verano.
Escribe tu comentario