Presupuesto y personal sanitario. Nada nuevo bajo el sol

Eva Solla
Vicepresidenta do Parlamento de Galicia

Vicepresidenta do Parlamento de Galicia e deputada de En Marea. Enfermeira nas listas de contratación do SERGAS. Cursou os seus estudos na universidade pública. Desde pequena tivo inquedanzas políticas aínda que comezou a súa militancia hai case unha década nas filas de Esquerda Unida. Actualmente é Coordinadora Nacional de Esquerda Unida. Desde 2014 é a secretaria xeral do Partido Comunista de Galicia. 

Sanitariosbatas


El pasado día 20 de noviembre la mayoría parlamentar del Partido popular rechazaba en el Pleno del parlamento de la Cámara el conjunto de las enmiendas a la totalidad presentadas por todos los grupos de la oposición. La apisonadora anual. Nada nuevo bajo el sol.


Esta práctica que se reproduce cada año desde que el PP tiene mayoría absoluta obedece a un total desprecio por el trabajo y propuestas de la oposición. Podríamos pensar que dado que las enmiendas a la totalidad hacen referencia a aquellas en las que se altera la deuda o proponemos más ingresos vía fiscal, el partido del Gobierno simplemente está en desacuerdo con nuestra propuesta económica.


Eso permitiría que siendo las enmiendas parciales enmiendas que no alteran el estado de ingresos, ahí sí la mayoría pudiese aceptar propuestas de la oposición.


Nada más lejos de la realidad. El debate final finalizó el 19 de diciembre y aconteció lo esperable: la apisonadora pasó también por encima de las enmiendas parciales sin prácticamente discutirlas.


Esta circunstancia rebosa la característica de ausencia de democracia. Va más allá en casos como el de la Consellería de Sanidad donde las cuentas no cuadran, como ya denunciamos desde En Marea este mismo verano.


La Consellería de Sanidade volvió a poner en práctica en este año un ejercicio de soberbia descomunal repitiendo casi los mismos presupuestos, obviando que el Consello de Contas advierte cada año que "se recurre de forma periódica a generar gasto que excede las consignaciones presupuestarias".


Es decir, a pesar de que las partidas de personal sanitario son insuficientes cada año y obligan a incrementar crédito para las contrataciones de eventuales.


Cabe detenerse a recordar otro aspecto que denunciamos en agosto a tenor del informe del Consello de Contas: la precarización del personal va en aumento. El texto lo traslada así: "Se observa una merma interanual de 638 efectivos medios de personal propietario y un incremento de 458 interinos" y fija la temporalidad en el 23,8% en la atención primaria y un 34,5% en la especializada. Un auténtico despropósito.


Si a esto sumamos los cientos de plazas públicas amortizadas en los últimos cuatro años, la necesidad de nuevos puestos de trabajo fijos en la sanidad pública se multiplica enormemente.


En el debate presupuestario del pasado día 20 el señor Valeriano Martínez, Conselleiro de Economía, anunciaba una supuesta lluvia de plazas públicas en la administración autonómica. Plazas que en su mayoría ya habían sido anunciadas previamente y que en el caso de la sanidad, parece que rondarían las 1.600.


Pero, analicemos al por menor ese dato. La cuantía de personal que se jubila en el próximo año en la sanidad pública supera las 800 personas. Nos quedan ya la mitad de las plazas ofertadas. Si tenemos en cuenta que tras la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia que condea la concatenación de contratos del personal interino y la elevada cobertura de plazas con personal no fijo la Xunta tiene que sacar esas plazas en la oferta, la realidad es que la practica totalidad de las plazas suple puestos de trabajo ya existentes. Por lo que podemos tener claro que no se van a crear nuevas plazas públicas en la sanidad que suplan lo recortado en los años de crisis.


Pero además, todo esto queda patente precisamente en los propios presupuestos. Si acudimos a las partidas de personal funcionario en la sanidad (no el laboral) que se corresponde con el personal sanitario, en este 2018 la partida para los sanitarios y sanitarias en atención especializada solamente se incrementa un 3,18%. Toda vez que el IPC tiene un promedio interanual del 2,3%, no existe ni subida salarial patente ni incremento para nuevo personal.


En el caso de la atención primaria el dato es peor. Tras un presupuesto en el que se devolvieron parte de las pagas extra retiradas años anteriores, este año la partida dedicada a los salarios del personal funcionario en atención primaria sufre un ligero descenso del 0,34%. Si tenemos en cuenta el dato anterior del IPC, parece que no sólo no habrá incremento de personal, si no que de manera preocupante se puede prever una escasa o ausente estabilización del empleo.


En resumen, el presupuesto sanitario en materia de personal público evidencia, por una parte, que la Xunta no piensa reponer ninguna plaza de las amortizadas en los años de crisis y por otra parte que avanza el adelgazamiento de la atención primaria. Si además atendemos a las cuantías y toda vez que de celebrarse la OPE en el próximo 2018 aún habría que esperar para que el personal se incorporara, podemos prever una nueva “chapuza” presupuestaria en la que el Gobierno tenga que modificar el crédito para realizar contrataciones eventuales como en años anteriores.


Nada nuevo bajo el sol para el personal sanitario público.



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