Brote de sarna y pobre alimentación en la residencia Domus Vi Monforte; denuncia el BNG en el Parlamento

El Parlamento de Galicia ha sido escenario este jueves de una grave denuncia. El diputado del BNG, Iago Suárez, ha alertado sobre un presunto "brote de sarna" y condiciones "inhumanas" en la residencia de mayores DomusVi Monforte. 

Basándose en testimonios de personal sanitario, Suárez describió una situación de colapso, con olores a heces y orina  "insoportables" y solo tres trabajadoras para 180 residentes durante la noche. La directora xeral de Maiores Xunta de Galicia, interpelada directamente sobre el caso se fue por los cerros de Úbeda, defendió su modelo de inspección sin referirse específicamente al caso.

La intervención de Iago Suárez en la cámara gallega fue contundente. El diputado nacionalista relató una situación que calificó de "insostenible" y que, según afirmó, "asusta". Suárez aseguró que su denuncia se basa en el testimonio directo de trabajadoras del hospital de Monforte (SERGAS) que, según su relato, tuvieron que acudir de urgencia a la residencia DomusVi de madrugada alertadas por un brote de sarna.

Suárez leyó en sede parlamentaria extractos que atribuyó a estas profesionales sanitarias, describiendo una escena alarmante. "Entramos por volta das 3 da mañá, o cheiro a ouriños e a feces era insoportable", citó el diputado. Las trabajadoras, según esta versión, no sabían "se era porque non se recollía os cueiros ou que pasaba", reflejando el caos que presenciaron.

El epicentro de la urgencia era, según la denuncia, un "residente con brote de sarna que se puxo moi agresivo". El diputado nacionalista añadió un detalle preocupante: "Este home compartía residencia [habitación] con otro residente", aumentando así el riesgo de contagio. La situación, según el testimonio leído por Suárez, desbordó al personal presente: "As profesionais só podían chorar ante a falta de capacidade".

"Solo tres personas para 180 mayores"

El BNG puso el foco en la que considera la raíz del problema: la falta de personal. Suárez detalló que la residencia, con 180 usuarios, funciona con 3 empleadas de noche, 14 de tarde y 18 de mañana. Cifras que, a juicio del nacionalista, son totalmente insuficientes y demuestran la "situación de colapso" del centro, algo que, insistió, "nada disto é culpa dos profesionais", que se ven "superadas".

Las quejas no se limitaron a la higiene o al personal, sino también a la nutrición. El diputado mencionó testimonios que aseguran que los mayores están comiendo todos los días patatas cocidas mezcladas con natillas. Ante la gravedad de los hechos, Suárez preguntó directamente a la representante de la Xunta cuándo se realizó la última inspección en DomusVi Monforte, sugiriendo que "fue hace demasiado tiempo".

La respuesta en la comisión del Parlamento de Galicia le correspondía a la directora xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade, Begoña Abeijón Fernández. Abeijón no hizo ninguna referencia específica a la denuncia sobre DomusVi Monforte ni respondió a la pregunta sobre la fecha de la última inspección en ese centro. En su lugar, defendió la gestión global de la Xunta, destacando la "máxima inversión en los últimos años" y la implantación de un "novo modelo residencial" que, según ella, "está situando a Galicia como líder".

La Xunta defiende su modelo de inspección

La directora xeral sí defendió la labor de inspección de su departamento. Aseguró que "o servizo de inspección fai visitas anuais" y está compuesto por "técnicos moi serios". Como prueba de su eficacia, Abeijón citó el reciente cierre de la residencia de Amoeiro (Ourense), una decisión que la Xunta tomó tras detectar graves irregularidades. "Actuamos de inmediato caiga que caiga", aseveró. Hay que recordar, eso sí, que la Xunta cerró este centro después de que entrase en la residencia la Policía Nacional por un tema de extranjería. Semanas antes, los inspectores de la Xunta visitaron el centro y abrieron expedientes pero no lo mandaron cerrar.

Abeijón también anunció la creación de más plazas residenciales, 900 de ellas financiadas por la Fundación Amancio Ortega. La directora xeral concluyó su intervención con un ataque político al BNG, al que acusó de "vivir al margen de la Galicia real" y afeó sus reuniones con Bildu. Por su parte, el BNG aprovechó el debate para pedir dimisiones por el caso de Amoeiro.

Galiciapress se ha puesto en contacto tanto con la Consellería de Política Social e Igualdade como con la empresa DomusVi para recabar su versión sobre la denuncia específica del brote de sarna y las condiciones en el centro de Monforte. Al cierre de esta edición, no se ha recibido respuesta por parte de ninguna de las dos entidades.

Un modelo residencial en el punto de mira

La denuncia sobre DomusVi Monforte no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un contexto de creciente preocupación por el modelo de cuidados a mayores en Galicia. Los últimos años, especialmente tras el impacto de la pandemia de COVID-19, han puesto de manifiesto las carencias de un sistema altamente privatizado y, según denuncian sindicatos y asociaciones de familiares, enfocado más en el beneficio empresarial que en la calidad asistencial.

El caso más reciente y flagrante es el de la residencia de Amoeiro (Ourense), que la Xunta de Galicia se vio obligada a intervenir y cerrar el pasado mes. La inspección detectó allí falta de higiene, residentes desatendidos y una atención sanitaria deficiente. Aunque la Xunta lo utiliza como ejemplo de que la inspección funciona, los críticos señalan que la situación se arrastraba desde hacía años sin que se tomaran medidas drásticas.

El debate político y social pivota constantemente sobre los ratios de personal. Las centrales sindicales  evan años exigiendo un aumento de las ratios de gerocultoras, enfermeras y personal de limpieza, argumentando que las actuales son insuficientes para garantizar una atención digna, especialmente en centros grandes. La Xunta defiende su "novo modelo", que incluye cambios en los ratios de enfermería, pero para la oposición y los sindicatos sigue siendo un parche en un modelo donde prima la gestión privada con fondos públicos.

Largo historial de denuncias en torno a DomusVi Monforrte

La residencia de mayores DomusVi Monforte, ubicada en Monforte de Lemos (Lugo), lleva años en el centro de la polémica por una serie de denuncias que plantean graves carencias en la atención a sus residentes. Familias afectadas, trabajadores y sindicatos han trasladado al ámbito judicial y al de la administración autonómica repetidas quejas que apuntan a una atención por debajo de lo exigible, según fuentes consultadas.

En marzo de 2021, una querella criminal admitida a trámite por el Juzgado n.º 2 de Monforte puso en el foco la supuesta negligencia en el cuidado de personas mayores: casos de desnutrición, úlceras graves y falta de reacciones oportunas derivaron en la acusación contra la dirección del centro, la empresa matriz y responsables autonómicos. 

Durante 2022, el centro vivió otro episodio crítico al detectarse al menos dos casos de sarna entre los residentes. Familias denunciaron que uno de los afectados fue diagnosticado en un hospital externo y que, en el centro, los protocolos de aislamiento resultaron insuficientes. Paralelamente, los sindicatos reclamaron mayor presencia de personal sanitario, especialmente en los turnos nocturnos, donde según los trabajadores no se prestaba atención adecuada a los usuarios.

En los años siguientes, las protestas laborales crecieron de la mano de CCOO y otros sindicatos que denunciaron falta de plantilla estable, recortes en materiales de limpieza y lencería, y un aumento de las cargas de trabajo. Las organizaciones apuntan que estas condiciones repercuten directamente en la calidad asistencial que reciben los mayores. 

DomusVi, el gigante de la dependencia

En este ecosistema, DomusVi no es un actor cualquiera; es el gigante del sector en España y uno de los principales en Europa. De origen francés (controlado por el fondo de inversión ICG), DomusVi gestiona en España más de 200 centros, entre residencias, centros de día y servicios de teleasistencia, superando las 25.000 plazas. Su facturación anual se cuenta por cientos de millones de euros, convirtiéndolo en el líder indiscutible del mercado de la dependencia en el Estado.

En Galicia, la presencia de DomusVi es igualmente hegemónica. Opera una treintena de centros que suman miles de plazas, muchas de ellas concertadas con la Xunta de Galicia. Esta posición dominante le otorga una capacidad de influencia notable en el sector. La compañía ha sido frecuentemente el foco de las críticas de las asociaciones de familiares (como Vellez Digna o REDE) y sindicatos, que denuncian que su modelo de negocio busca maximizar beneficios a costa de la calidad del servicio y las condiciones laborales de sus empleadas.

Las polémicas han acompañado a la firma durante años. La gestión de la pandemia en sus centros fue duramente criticada, con una alta mortalidad registrada en varias de sus residencias más grandes, como las de Cangas o Vigo. Las denuncias por falta de material de protección para las trabajadoras, escasez de personal y falta de información a las familias fueron una constante durante los meses más duros de 2020.