Pues ya llegó el día de las elecciones generales en España, un 26 de junio, después de una recta final no exenta de sorpresas informativas que implican al ministro Fernández y al jefe de la Oficina Antifraude, De Alfonso. Este suceso es como la traca final de unas “fallas” muy llenas de pólvora. Y, la pólvora nunca trae cosas buenas si no se sabe utilizar…
Despois de 15 días de campaña, un para descansar. O domingo todos os partidos galegos escollen a capital para seguir o escrutinio.
El Rey llamará a consultas a los líderes una vez constituídas las Cortes el 19 del próximo mes. A partir de ahí, el calendario es incierto por la previsible ausencia de mayorías.
PP e En Marea buscan seducir aos socialistas, que confían en evitar o 'sorpasso'. Ciudadanos aspiran a ser "decisivos" e o BNG a recuperar representación no Congreso.
La verdad es que, en circunstancias normales, en una democracia parlamentaria, jamás daría yo ese consejo a nadie. Pero estamos en una situación especial, parecida al agotamiento de la primera Restauración Borbónica, y, paradójicamente, el votar en blanco, abstenerse o votar partidos pequeños, es lo más que podemos hacer nosotros, el pueblo, frente a la Casta. Así que déjenme decirles el por qué de este heterodoxo artículo.
Pero la esperanza es lo último que se pierde y por eso confían en que ese asunto no afecte al voto el 26 de junio.
El PP gana con el 29,6 por ciento, seguido de Podemos con el 25; PSOE se queda con 20,5 y Ciudadanos sube hasta el 14,81.
El Estado español continúa sin aplicar la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, ratificada en 2008.
Teña criterio e manteña as súas conviccións e logo vote, se así o desexa, ao seu líder favorito, porque isto da gobernabilidade de España só o arranxan os cidadáns españois cambiando a orde dos factores partidarios
Por fin ha llegado el único debate a cuatro -Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias- de estas elecciones del 26J. Éste ha tenido lugar en un clima que a priori los cuatro candidatos calificaban de tranquilo y sin sobresaltos, pero casi nadie se lo creía porque si no, no sería un debate. A medida que el encuentro iba avanzando el ambiente se iba calentando y se ha podido comprobar por dónde pueden ir los tiros políticos una vez conocidos los resultados, que no darán la mayoría absoluta a ningún partido o coalición, salvo sorpresas de última hora, que todo puede ser.
Este lunes los cuatro principales candidatos se enfrenta en un debate a cuatro muy medido en el que parcicipará, esta vez sí, Mariano Rajoy.
El Partido Popular ganaría las elecciones del 26 de junio con casi el 30 por ciento de los sufragios y Unidos Podemos quedaría como segunda fuerza política, con un 24,4 por ciento.
Este viernes había 126.000 demandas de voto, frente a las 23.000 en fechas equivalentes antes de las elecciones de 20 de diciembre. Asociaciones denuncian que miles de españoles en el extranjero se quedarán sin votar.
Para el 26-J la ciudadanía tiene dos nuevos hechos relevantes para incorporar a la decisión sobre su voto y avalar el proyecto de país que prefiere. El primero, la actuación de las distintas formaciones políticas para iniciar o bloquear un nuevo ciclo político de cambio. La pugna por la interpretación del significado de ese cambio y su representación y legitimación es crucial. El segundo, la probable y deseable mayor confluencia entre las fuerzas alternativas, en particular, el acuerdo para la presentación electoral conjunta de Podemos y sus actuales alianzas (En Comú Podem, En Marea, Compromís y otros como Equo) con Izquierda Unida-Unidad Popular (ampliable también con algunos como MES balear, Chunta aragonesista o Batzarre navarro), así como con personalidades de varios ámbitos profesionales y sociales. La diversidad, complejidad e importancia de esta articulación unitaria y su impacto electoral merece también una reflexión.
Las negociaciones han tenido que superar escollos como la configuración de las listas y la marca electoral de la confluencia entre Podemos e IU.
Es la misma cantidad que las elecciones del 20 de diciembre y 465,69 euros menos que en las del 2011.
Aínda que ninguén o dixo e todavía hai moita tea que cortar dentro do Partido Popular, aos dirixentes do partido que fundara Manuel Fraga e levara ao cenit do poder José María Aznar, pícalles a curiosidade estos días por coñecer canto tempo vai continuar no poder Mariano Rajoy, tras dilapidar a súa maioría absoluta e pasarse ao "tancredismo" dende o que intimidou aos seus para que o sigan vendo como a única cabeza de lista posible de cara ás inmediatas eleccións lexislativas.