Un vulnerable ERTE en Stellantis Vigo complica su futuro tras elecciones sindicales irregulares

Tras unas elecciones sindicales irregulares tumbadas por el Colexio Arbitral de Pontevedra, la dirección de Stellantis Vigo tendrá que negociar un nuevo ERTE para 2023.  

La CUT denunció las deficiencias en las votaciones y, si bien el laudo ordena repetir las elecciones, Stellantis está cerrada en banda, con el apoyo de otros sindicatos. Pese a todo, desde el sindicato advierten que tratarán de buscar el mejor resultado para la plantilla en las negociaciones aun considerando al Comité salido de las urnas en 2018, donde ellos tenían más representación, como el único válido. 

Galiciapress profundiza en las dificultades que atraviesa la planta en una conversación con los representantes de la CUT, que defienden, entre otros asuntos, la necesidade de que Stellantis abone una paga a sus empleados por la desviación del IPC. 

Setallantis Vigo cerrará 2022 como lo empezó: con más sombras que luces. La producción de la factoría olívica se ha visto lastrada todo este año por la crisis de los semiconductores, que ha forzado a la plantilla a parar en más de una ocasión. Mientras, la dirección admite que son “momentos complejos” en un contexto en el que el mercado parece saturado y en el que los coches aguardan por compradores y por llegar a nuevos mercados. Los trabajadores, entretanto, siguen atentos a sus teléfonos móviles, pendientes de un mensaje que les diga si mañana habrá trabajo o no. 
 

En este clima son muchas las dudas que planean sobre la planta de cara al próximo año, especialmente si tenemos en cuenta el colapso que se vive en los terrenos que tiene la empresa en Bouzas, O Porriño o Salvaterra y la incapacidad de la compañía para darle salida a toda la producción que hoy se amontonan esperando a ser transportada a sus destinos. 

¿La explicación? “No hay choferes”, dicen desde la dirección, un razonamiento que no satisface a la Central Unitaria de Traballadores. Desde la CUT advierten que la carga de trabajo se mantiene “a velocidad de crucero” y así seguirá “hasta que surjan nuevos problemas por la falta de componentes”. El principal escollo llega por ese “cuello de botella” del que no tienen bastante información los sindicatos. 

“EL DE 2018 ES EL COMITÉ CON LEGITIMIDAD PARA NEGOCIAR”

Por ahora, el ritmo no va a aflojar en Balaídos. “Trabajamos con normalidad. Los días 2 y 3 de enero iban a ser no laborables, pero ya nos han advertido que el martes 3 de enero sí habrá trabajo”, comentan desde el sindicato. Un sindicato que sigue enfrentado con la dirección de empresa con motivo del proceso electoral celebrado en octubre y cuyos resultados han sido puestos en tela de juicio por el laudo arbitral emitido desde el Colexio Arbitral de Pontevedra en el que consideraban, entre otras cosas, que durante la votación “no se respetó el derecho al voto secreto y libre”.

Stellantis sigue cerrado en banda a repetir el proceso como ordena el laudo -“que tiene carácter de aplicación”, recuerda la CUT-, y ha llevado el caso ante la Justicia. Ahora, las partes están esperando a que sea la Justicia la que se pronuncie estos días por las medidas cautelares que se solicitaron. Con todo, desde el sindicato no son especialmente optimistas, ya que en los Juzgados de lo Social de Vigo “Stellantis juega en casa, y con dos goles a favor”. 

La CUT pide la “no consolidación de las actas” y que se mantenga vigente el comité de empresa salido de las urnas del proceso de 2018. “Es el que tendría legitimidad, y más ahora que se está negociando el calendario laboral de 2023”, razonan. Sin embargo, con quien está negociando la dirección es con el actual comité de empresa, adelantándose antes de que haya una resolución firme. En este nuevo comité de empresa el SIT, sindicato cercano a la dirección, cuenta con 21 representantes. UGT, con cuatro, CC.OO. con tres y la CUT con otros tres componen el resto del comité, del que desaparece la CIG con respecto a 2018. 

Lo que sí trasladan desde la CUT es la “satisfacción” que se respiró en la planta una vez se dio a conocer el parecer de arbitraje. “Hace visible lo que lleva ocurriendo en este centro desde hace 40 años y que la sociedad ya sabe”, esgrimen. 

NEGOCIAR UN NUEVO ERTE

En el horizonte se presenta la posibilidad de que Stellantis negocie con los sindicatos, más pronto que tarde, la aplicación de un nuevo ERTE. Es en este punto cuando surge la gran pregunta: ¿Con quién va a negociar? ¿La CUT se sentará en la mesa de un comité de empresa que no consideran legítimo? El sindicato lo resuelve rápidamente: “Nuestra responsabilidad es presentarnos. Sería un acto de irresponsabilidad no comparecer”.
 

Así las cosas, la CUT indica que acudirá a defender a los trabajadores y a buscar soluciones, pero sin olvidar que “podemos impugnar cualquier acuerdo si así lo consideramos”. “Siempre dejamos de manifiesto que no damos por válidas las negociaciones y solo consideramos válido el comité de 2018”, insisten.

Las conversaciones por el ERTE son una realidad latente que se harán oficial próximamente. “Todas las auxiliares están negociando ERTEs”, avanza la CUT, “pero el comité de empresa no tiene ninguna notificación oficial”. Esto se debe a cuestiones “jurídicas” y de “estrategia empresarial”, a juicio del sindicato. 

VACACIONES DE VERANO Y PAGA POR LA SUBIDA DE PRECIOS

“Las empresas auxiliares negocian medidas de flexibilidad, ya se están proponiendo”. Con este panorama, las conversaciones en este sentido centrarán los próximos encuentros con la dirección, pero por ahora el debate está girando en torno a dos cuestiones. El primero tiene que ver con las vacaciones de verano, ya que existen dudas sobre si la plantilla podrá disfrutar de dos o de tres semanas de descanso en 2023. 

“Es una cuestión que siempre pedimos que se consolidase en el calendario. Nunca se consolidaron las vacaciones. No les interesa por las jornadas de exceso y seguir así funcionando a su antojo, ajustándolo a sus necesidades con arbitrariedad manifiesta”, critica la CUT. La decisión impide la conciliación de los trabajadores que necesitan tiempo para “organizar su vida”. 
 

“Esta nueva política, lejos de conciliar, busca lo contrario: preavisar con poco tiempo las jornadas hábiles, con las vacaciones juegan con eso. No saben si mañana vamos a trabajar, pero sí el trabajo que habrá en agosto”, reprocha el sindicato. No será hasta febrero que se aclare la perspectiva de cara a la época estival, pero hay muchas cosas en juego. “Están las ayudas públicas encima de la mesa, la carga de trabajo, la externalización…Se está creando un victimismo total y absoluto”, lamentan desde la CUT, al tiempo que recuerdan que el de Vigo es “el centro más productivo del grupo”. 

El otro tema de interés estos días en la factoría es la posibilidad de que Stellantis aplique en la ciudad olívica medidas similares a las adoptadas en Francia o Italia por la desviación del IPC. 

Tampoco aquí se muestran especialmente esperanzados en el sindicato, ya que a la respuesta a su consulta sobre la posibilidad de una paga, la dirección dijo que “ya bastante teníamos con que se nos regularizase la media del IPC interanual el 31 de diciembre, aunque no será con carácter retroactivo”. 

“No nos van a ofrecer ni lo de Francia ni lo de Italia. Ahí está la diferencia entre tener un comité de empresa fuerte y uno que se pliegue a lo que ordene la dirección”, zanja la CUT.